21 y 22 de abril.
Colegio Mayor San Juan Evangelista. Madrid.
Cante: José Mercé, Carmen Linares, Sonia
Miranda y Antonia Contreras.
Guitarra: Moraíto, Miguel Ángel Cortés,
José Manuel León, Eduardo Pacheco y Chaparro
de Málaga
Biale: Fuensanta “La Moneta”
Texto: Manuel Moraga
Fotos: Rafael Manjavacas
EL TARANTO, ALMERÍA Y EL
JOHNNY: CUESTIÓN DE JUSTICIA
Van ya para treinta y seis los años de actividad
del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista de Madrid.
Más de tres décadas en las que el flamenco ha
sido un compromiso. Baste mencionar que entre sus socios de
honor destacan nombres como los de Juan habichuela, Félix
Grande, Ángel Álvarez Caballero, Carmen Linares,
José Mercé o Enrique Morente, por ejemplo. Es
bueno recuperar esta perspectiva y conceder todo el valor
que tiene el trabajo de una entidad sin ánimo de lucro
que ha podido ofrecer a la afición tantas noches de
gloria sin ningún apoyo estatal.
Pero sobre todo hay que echar mano del archivo sentimental
para rememorar el “Romance de Juan García”
de Menese –todavía en tiempos de dictadura- o
las múltiples noches enduendadas de Morente, Camarón,
Mercé y tantos otros maestros con Alejandro Reyes -presidente
del club- sentado siempre junto a la columna. Dentro de esta
apuesta del Johnny –así se le conoce popularmente-
por tener el flamenco como una de las expresiones fundamentales
en el seno de la Universidad, está el Festival Flamenco
por Tarantos “A Almería”, vigente desde
1980 y en el que, esta vez sí, está implicada
una administración: el Ayuntamiento de esta ciudad
andaluza.
El motivo de toda esta introducción es subrayar la
importancia que ha tenido este Club de Música y Jazz
en la historia moderna del flamenco, tanto en Madrid –por
su propia ubicación- como en Almería –concediendo
a esta ciudad un honroso lugar en el ámbito flamenco-
como al propio estilo que abandera el festival, esto es, el
taranto. Y de hecho, el Ayuntamiento de Almería quiso
hacer justicia a esta entidad entregando el viernes una placa
a Alejandro Reyes como reconocimiento a la difusión
que el Club ha desarrollado en todos estos años del
Taranto y del Flamenco de Almería.
Y, cómo no, el taranto ha sido el principal protagonista
de este 17º Festival, que tenía a José
Mercé y a Carmen Linares como cabezas de cartel, dos
flamencos que también figuraron en los dos primeras
ediciones de este acontecimiento. El jerezano cantó
lo que todos esperábamos, es decir, por derecho. Comenzó
con una malagueña de Chacón a la que no acabó
de darle la grandeza que merecía, pero todo lo que
hizo después no tuvo desperdicio. Realizó un
amplio y bonito repaso por cantiñas (donde incluyó
el mirabrás) y cantó fenomenalmente bien por
siguiriya y soleá. Pero en mi opinión lo más
destacable fueron los tarantos, estilo que no suele ser habitual
en sus recitales (al menos, en los que viene haciendo últimamente)
y donde José se entregó con enorme dramatismo.
De la excelencia de sus bulerías huelga hablar, pero
sí quisiera destacar de nuevo la guitarra de Moraíto
por el volumen (en sentido tridimensional) que es capaz de
dar a su música, por el exquisito sentido del acompañamiento
que tiene y por la grandeza de sus falsetas. Creo que todo
el mundo coincide con esta opinión, pero no por ello
hay que dejar de darla: es de justicia.
Precedieron a José Mercé las cantaoras Sonia
Miranda y Antonia Contreras, correctas en el oficio, valientes
–incluso muy valientes, diría yo- con los cantes
que expusieron, pero quizá les faltó algo de
dolor en su interpretación.
Carmen
Linares abrió la segunda noche. Uno de sus atractivos
es su extenso conocimiento de los cantes y por eso el aficionado
siempre espera que Carmen recupere formas poco habituales.
Así lo hizo con los fandangos de Lucena o las soleares.
Pero los momentos más cálidos los consiguió
con la “Milonga del forastero” (un sobrecogedor
poema de Jorge Luis Borges excelentemente interpretado por
la cantaora) y, cómo no con los tarantos.
En la segunda parte de la velada tuvimos el baile de Fuensanta
“La Moneta”, enérgica bailaora granadina
que tiene todas las cualidades para ser una figura de peso
en la danza flamenca. Es personal, utiliza perfectamente la
expresión, busca recursos diferentes y carga de emotividad
los bailes. Tiene la fuerza de su raza, pero a veces se echa
de menos algo de poso. Hizo granaína con los fandangos
de la tierra, siguiriyas y, por supuesto, el taranto, magníficamente
cantado por José Valencia. Y para seguir haciendo justicia,
hay que mencionar el trabajo de todo el grupo: además
de José Valencia, en el cante estuvieron Antonio Núñez
“El Pulga” y Antonio Campos. Juan Riquena y Dani
Méndez acompañaron con las guitarras.
Por cierto, y ya que no soy ni propietario ni director de
esta web sino un simple colaborador, en uso de esa independencia
puedo subrayar tranquilamente que esta web también
ha sabido entender y valorar el trabajo del Club de Música
y Jazz San Juan Evangelista concediéndole la Mención
Especial en la última edición de los Premios
Deflamenco.com. También es de justicia decirlo.