Programación
XV Festival Flamenco Caja Madrid 2007
NOTAS AL PROGRAMA
Considerado uno de los más importantes del género,
el Festival Flamenco CAJA MADRID, celebra su XV convocatoria, un hecho
fehaciente que significa el resultado de la gran acogida que alcanza entre
la afición, no solamente madrileña, sino de distintos lugares
de aquende y allende las fronteras, debido a sus excelentes carteles,
en los que se anuncian las figuras consagradas con los nuevos valores
del cante, el baile y la guitarra. De nuevo estamos ante un acontecimiento
de la música autóctona más importante de Occidente,
sobre su tradicional escenario.
«Sabiduría» y «De aire y madera»
La veteranía es un grado y, por lo tanto, un compromiso. El compromiso
de la experiencia en el campo artístico. Y la experiencia lleva
a todo artista cierto a la sabiduría. Razones por las que el cantaor
Diego Clavel, dominador de una gama estilística
verdaderamente amplia, se mantiene en un lugar privilegiado de su arte,
desde que en los años sesenta se revelara profesionalmente en concursos
y festivales andaluces, con sus grandes facultades y su entrega apasionada,
a lo largo de una trayectoria triunfal, poniendo de manifiesto su creatividad
coplera, sus versiones jondas de versos cultos y sus variantes sobre determinados
estilos. Junto a la guitarra enjundiosa de Antonio Carrión,
reaparece en Madrid, para testimoniar su categoría.
Por su parte, Carmen Linares, la señora del
cante, vive actualmente el punto más álgido de su carrera,
en la que ha estrenado distintas formas de representación artística,
yendo desde los tablaos a los teatros internacionales, pasando por los
festivales más prestigiosos. Su repertorio es de los más
completos de la historia, por lo que se le considera la reivindicadora
del cante de mujer, como lo fuera en otro tiempo la magistral Niña
de los Peines. Carmen Linares, premiada en toda la geografía cantaora,
llega en esta ocasión a nuestro festival, con un espectáculo
singular, titulado «De Aire y Madera», encabezando
una excelente compañía dirigida por Pepa Gamboa y compuesta
en primer término por el guitarrista y compositor Juan
Carlos Romero. No puede haber mejor colofón para una velada
flamenca que un estreno de tamaña importancia.
Galardón Flamenco Calle de Alcalá 2007 y «Tierra
de calma»
El tradicional Galardón Flamenco Calle de Alcalá, trofeo
con el que se premia anualmente a un intérprete consagrado y ligado
artísticamente a Madrid, ha recaído esta vez en un maestro
madrileño: Víctor Monje «Serranito».
Artífice de la guitarra flamenca y mediante ella compositor inspiradísimo,
«Serranito» es desde los años cincuenta un concertista
celebrado mundialmente, primero por su colaboración con la bailaora
Lucero Tena, y seguidamente en sus giras por los cinco continentes ofreciendo
su música flamenca personalísima, galardonada en distintos
países, por lo que el galardón que ahora recibe viene ha
consumar una proyección artística fuera de serie. Puede
decirse que «Serranito» es el guitarrista más singular
de nuestra época, tanto por su difícil y genuina técnica
como por la solemne sonoridad de sus arpegios y falsetas.
La segunda parte de la sesión, bajo la égida de
«Tierra de calma», se basa en la presentación
e interpretación del disco del mismo título, recién
grabado por el joven cantaor Miguel Poveda, triunfador
de la última Bienal Ciudad de Sevilla. Lo configura un repertorio
estilístico muy escogido, con el que el artista catalán
personaliza su expresión de una forma posiblemente definitiva.
Para su actuación cuenta con las colaboraciones especiales de Juan
Carlos Romero, a la guitarra; Diego Carrasco,
al cante, Diego Amador, al piano; y Rocío
Molina, al baile. Lo que llamamos cuatro puntales.
«Eternidad» y «Aluricán en Azul y Verde»
Con el rótulo de «Eternidad», la cantaora trianera
Esperanza Fernández, nos presenta una función exaltadora
de lo fundamental del cante flamenco, de los valores musicales, expresivos
y originarios que lo sustentan. Con su voz emocionante, con su voz plañidera,
forjada en las raíces del devenir jondo de su familia y de su barrio,
manifiesta un entrañamiento artístico de legítima
sentimentalidad, lo mismo en los cantes básicos como en los festeros.
Es una figura ya definida en el panorama flamenco de la actualidad. Sus
conciertos se suceden y se cuentan por triunfos.
A la memoria del inolvidable tocaor Pedro Bacán, se estrena el
espectáculo «Aluricán en Verde y Azul», configurado
sobre el libro de Alfonso García Herrera que glosa su música
y su persona. Para ello, se ha reunido un grupo de artistas de la comarca,
con los que el guitarrista lebrijano compartió su trayectoria artística:
su hermana Inés Bacán, Pepa de Benito y Rafael de
Utrera, al cante; Angelita Vargas, Carmen Ledesma, Fernando
Peña y Diego de Margara, al baile; las sonantas de Antonio
Moya y Curro Vargas; los palmeros El Pelao, Romaní y Gonzalo,
más la colaboración de Sevi Bacán, dirigidos por
Tere Peña, para formar un cuadro flamenco de rompe y rasga.
«Las raíces de un arte»
Dijo el poeta: «¡Por el aire, por la yerba,/ cuidado que no
se pierda!». Con los tres cantaores que conjugan el programa «Las
raíces de un arte», el flamenco, el arte que nos apasiona
no puede desaparecer. Tres cantaores de raza y generalísmos -como
los llamaría Demófilo- en un mismo cartel, nos llevan a
concluir que la noche puede ser para el recuerdo, para lo anales del cante
verídico. Es un cartel redondo. El Canela de San Roque,
Pansequito y José Mercé, con las guitarras gitanas
de Niño Jero, Diego Amaya y Moraíto, respectivamente,
están llamados a ofrecer una velada que puede estremecer a la afición
más exigente.
El Canela de San Roque es un puntal de la ortodoxia,
un enamorado de su arte donde los haya, que viene manteniendo una trayectoria
lucida y lúcida, preferentemente en las peñas andaluzas,
donde cuenta con seguidores que valoran sus conocimientos y su entrega,
cada vez que afronta su largo repertorio de estilos.
Pansequito, vive la plenitud de su «decir». Personal desde
los fundamentos, cuando canta por soleá, parece que de un instante
a otro va a «esparrabarse», pero nunca sucede. Lo que ocurre
es que su concepción de este estilo lleva implícita un especial
barroquismo en algunos de sus tercios; mas el compás natural no
lo pierde, sino que lo adapta a su manera de «hacer» el cante.
No cabe duda que con este personalismo ha creado una soleá nueva,
con unos valores distintos y unos matices musicales diferentes. Y además
de su extraordinaria soleá, sabe de cante lo que no está
en los escritos. Es un consumado maestro en toda la extensión de
la palabra. Una figura no solamente consagrada, sino mitificada con el
paso del tiempo.
Y José Mercé. La consolidación
de José Mercé como la nueva gran figura del cante, significa
para Jerez la continuidad de su milagro jondo. Un artista cuyo destino
se vislumbraba desde sus inicios y ha cuajado como el maestro de su generación,
por sus amplios y profundos saberes de su arte, y porque es un cantaor
inspirado, que reúne una serie de cualidades básicas, entre
ellas su don para llegar al público inmediatamente a través
de su gran voz. Cantaor espléndido por siguiriyas, de la que domina
diversas variantes, lo mismo que de soléas, tangos y tientos, fandangos,
aires levantinos y cantiñas, un fenómeno por bulerías,
es hoy por hoy el máximo exponente del cante de su tierra. Y sin
renunciar para nada de la idiosincrasia recibida, es un artista de su
momento, empeñado en la superación íntima en todos
los órdenes, consciente de que nadie puede ser un verdadero artífice
de su arte si no consigue liberarse de la mediocridad de algunos ambientes
y adivinar que el arte no es nunca limitación, sino ilusión
interminable, porque ante él solo existe el infinito, sin olvidar
lo incunable de lo jondo.
«Un sorbito de lo sublime»
Y el baile conmovedor y a rajatabla. Nuevo espectáculo de la diosa
gitana: «Un sorbito de lo sublime». Manuela Carrasco
es la bailaora que sostiene la más palpable y positiva jondura
en el baile flamenco actual. A partir de los primeros años setenta
empezó a gozar de la veneración de los aficionados. Su empaque,
sus manos como sombras chinescas en donosura, el donaire de su braceo
y su taconear acompasado, su arrebatada forma de bailar por todos los
palos, sin perder nunca la compostura ni el ritmo, enardece a los espectadores,
trasmite un mensaje de flamenquería pura desde los desplantes a
los remates. Por algo se ha escrito que Manuela Carrasco se inmola bailando.
Ahora lleva en su elenco a Manuel Molina, con su cante y su guitarra,
consumando con él estampas flamencas de una plasticidad y belleza
realzadas. Y junto a esta gran atracción, los cantes juncales y
legítimos de Enrique El Extremeño, José Valencia,
La Tobala, Samara Amador y Antonio Zúñiga, al son
de las guitarras punteras de Joaquín Amador, Pedro Sierra
y Miguel Iglesias. En definitiva, una compañía
de lujo, para ponerle colofón y broche requintado a un festival
de la mayor entidad flamenca.
Manuel RÍOS RUIZ
Programación
XV Festival Flamenco Caja Madrid 2007
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