Al igual que hizo el pasado año, el Teatro Barakaldo comienza la temporada con el festival Viernes Flamencos que, en ésta, su edición número 26, aspira a continuar siendo una cita imprescindible para los amantes del género y, al mismo tiempo, un reclamo para la curiosidad de aquellos que todavía no se han acercado a conocerlo.
Una cuidadísima oferta de contenidos que combinará ortodoxia y vanguardia; cante, toque y baile; espectáculos íntimos y grandes montajes, conformarán el festival de este año. Además de esto, tendremos actividades paralelas, como cursos o conferencias, y la proyección de la película Canto cósmico, el documental dedicado al Niño de Elche.
El Teatro Barakaldo ofrece un bono especial para asistir a todos los espectáculos del ciclo. Y los más jóvenes podrán beneficiarse de la taquilla de última hora en la mayoría de los espectáculos.
Tríade es el espectáculo que abre esta vigésimo sexta edición, un work in progress del bailaor Víctor Fernández. Un intérprete con una sólida formación en flamenco y danza española al que sus inquietudes profesionales le han acercado a otras disciplinas, como la danza contemporánea. El espectáculo pudo verse esta tarde (12 de septiembre), a las 19:30, en la Plaza de las Esculturas y estará abierto al público de manera gratuita, con él se inauguró oficialmente los Viernes Flamencos.
Las siguientes propuestas que podremos ver serán dos piezas cortas de Álvaro Murillo que combinan danza y reflexión. La primera de ellas, Flamencas, nos invita a poner en valor la aportación de las mujeres a este arte. El arte de las mujeres que cantan en las calles, las que bailan en un escenario y las que sueñan desde casa. Un trabajo corporal acompañado de una conferencia sobre nombres femeninos que quizás hayan pasado desapercibidos para los libros. Y tras un breve intermedio, que estará aderezado por un poco de vino extremeño, la tierra de Álvaro Murillo, el público podrá asistir a la segunda de las piezas que presenta. Se trata de Flamenco Futuro. Un trabajo que busca la adopción, transformación y proyección del decálogo del baile flamenco explicado por Vicente Escudero en 1951, hacia el futuro. Danza flamenca que se sirve de las nuevas tecnologías para explorar la plástica corporal. Ambas representaciones se presentan el día 23 de septiembre y a las que se podrá asistir consecutivamente o por separado.
Y el día 30 de septiembre, después de su estreno en la Bienal Flamenca de Sevilla, a La Leona, el espectáculo con el que la bailaora, coreógrafa y creadora internacional Olga Pericet promete sumergirse en los orígenes del cuerpo flamenco. Es, sin duda, una de las grandes citas del festival. Olga Pericet, Premio Nacional de Danza 2018, busca el diálogo entre el animal y el instrumento en la simbología de La Leona, la célebre guitarra de Antonio de Torres que podría considerarse el primer prototipo de guitarra española y flamenca. Una interpretación libre, inspirada en un instrumento único y en su proceso de construcción, lleno de misterios y poéticas. Pericet es una artista de enorme versatilidad escénica y con una gran capacidad de transmisión. En La Leona, junto a un equipo de cinco músicos, pone a prueba su bravura, desnudándose física y espiritualmente en una experiencia íntima con los espectadores.
Y el día 7 de octubre llegará la música de la mano de dos guitarristas excepcionales, Pepe Habichuela y Josemi Carmona. Dos guitarras, el título con el que se presentan en concierto, une por primera vez los repertorios de padre e hijo. Los temas clásicos de guitarra de Pepe (soleá, granaína, taranta) con el abordaje más jazzístico y moderno del repertorio de Josemi. La guitarra de Habichuela lleva más de 60 años de trayectoria por los escenarios del mundo y tiene, entre muchos galardones, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Ha acompañado a grandes figuras, como Camarón o Enrique Morente, a la vez que ha descubierto el talento de nuevas generaciones. Pepe Habichuela está considerado una institución en el acompañamiento al cante. La guitarra de Josemi Carmona es moderna, con personalidad, con voz y sonido propio. Fue creadora de la música de Ketama y no tiene límites musicales. Carmona se ha inventado tantos acordes y melodías que lleva el reconocimiento de su generación como creador del nuevo flamenco y referente del flamenco fusión.
El 14 de octubre, a uno que ya apunta como algo más que una nueva promesa, Cristian de Moret. Cantante y multiinstrumentista, presentará, por primera vez en Euskadi, Caballo Rojo, su segundo trabajo discográfico en el que fusiona el flamenco con el rock el jazz, los ritmos latinos o la electrónica. Un artista que llamará la atención tanto a los aficionados al flamenco como a los que no lo son.
En octubre, el día 21, con un cante mucho más ortodoxo, el de Rancapino Chico. Un joven-veterano del flamenco más puro, al estilo de su progenitor Alonso Nuñez, Rancapino. Su último disco, Por mi amor al Arte, refleja el gran momento personal y profesional que atraviesa el artista chiclanero, con un temple en la voz y en la forma de interpretar que está solo al alcance de unos pocos. El recital de cante de Rancapino Chico se completará con la actuación de otro gran cantaor, Esteban Guerrero, conocido como Caracolillo de Cádiz. Continuador de una saga de artistas y ganador de numerosos galardones, como el prestigioso Premio Nacional Antonio Mairena, el cantaor gaditano ha compartido escenario a lo largo de su trayectoria con las primeras figuras del mundo del flamenco.
Ya en noviembre, el día 4, los Viernes Flamencos presentarán el estreno absoluto de Bidaia, el proyecto que auna en el escenario la trikitixa de Xabi Aburruzaga y la guitarra de Gaspar Rodríguez. Aburruzaga, con veinte años de recorrido musical, es un músico ecléctico en plena madurez y creatividad. Ha grabado cinco discos de estudio y un sexto trabajo en directo, en el que recoge algunas de sus canciones anteriores con nuevos arreglos. El malagueño Gaspar Rodriguez es un guitarrista y compositor con una larga trayectoria y experiencia en el acompañamiento y la composición para la danza, identificado por su toque expresivo y vanguardista. Ambos interpretarán a solas composiciones propias y, a dúo, algunos de sus temas más significativos.
Y cerraremos la 26ª edición del festival con otro gran espectáculo de danza, el que nos traerá la Compañía de Eduardo Guerrero, titulado Sombra Efímera II. Eduardo Guerrero es un artista con un talento natural que cautiva al público y que la crítica especializada califica de salvaje e hinóptico. La pieza que presentará, Sombra Efímera II, se construye a partir de una serie de episodios. Múltiples acciones escénicas simultáneas, imágenes impactantes con la que nos adentramos en un nuevo territorio a explorar a través de las formas, la luz, el sonido… siempre desde el flamenco. Una obra cargada de imágenes que el espectador debe de ir encontrando y que habla de la sociedad actual y de los siglos pasados, de la evolución y del retroceso en determinadas parcelas, del camino y del cambio, porque sin camino no habría cambios.
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