El pasado lunes 23 de febrero tuvo lugar en el Palacio de Congresos de Madrid un homenaje al maestro Juanito Valderrama con gran cantidad de artistas en escena y varios momentos para el recuerdo.
Gaspar Zarrías con Juan Valderrama
Organizado por la Junta de Andalucía debido a la proximidad del
día regional, tras la ocurrente presentación de Juan Luis
Cano («Gomaespuma») y un discurso institucional de Gaspar
Zarrías (consejero de presidencia de la Junta de Andalucía)
seguido del himno andaluz, empezaron las actuaciones flamencas.
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Monts Cortés
Miguel Poveda
Comenzando por Montse Cortés que interpretó «El cantaor»
por tientos, «Tengo el gusto tan colmao» fue lo elegido por
Guadiana para hacerlo en soleá por bulerías. «Torrecampeño»,
fandangos de Huelva interpretados por Potito y Paquete («La Barbería
del sur»). Entrada en escena de José el Francés interpretando
«El emigrante» por tangos, para posteriormente escucharse
el mismo tema por bulerías a través de El Pele y Manuel
Silveria. Carmen Linares se lució con «Garbo malagueño»
y Miguel Poveda fue causa de muchos comentarios posteriores debido a la
buena interpretación junto a Chicuelo de la milonga «La rosa
cautiva». Aplausos para Arcángel por «La novia de Reverte»
y entrada en escena de Diego el Cigala con Niño Josele a la guitarra
y Sabú al cajón con «Madre hermosa» por bulerías.
Juan Valderrama con Juan Habichuela
Fin de Fiesta por bulerías
La gran sorpresa se produjo cuando apareció sobre el escenario
Juan Habichuela con su guitarra, cuestión que hacía presagiar
algo interesante. Tanto fue así, que el propio Juanito Valderrama
subió al escenario para cantar un par de letras por taranta, habiendo
en ese momento sobre el escenario más de ciento cincuenta años
de vida flamenca. Fin de fiesta por bulerías con todos los artistas
participantes del evento, y la entrañable sorpresa de la maestra
coreógrafa Pilar López, que no pudo evitar ponerse frente
a Don Juan Valderrama para hacerle en pleno patio de butacas un baile
por bulerías. Palabras finales de agradecimiento por parte de Dolores
Abril, esposa del maestro, debido a que su marido estaba demasiado emocionado.
Merecidamente y no era para menos.
