La Cuadra presenta mañana su último montaje en el VIII Festival de Jerez, calificado como «una locura y atrevimiento» por Távora
«El
flamenco debe igualarse en capacidad de comunicación con las demás
artes», explicó Salvador Távora, director de La Cuadra,
compañía que mañana martes día 2 presenta
su espectáculo ‘Imágenes andaluzas para Carmina Burana’
en el VIII Festival de Jerez, certamen dedicado al baile flamenco y español
que se inició el pasado día 27 de febrero y finalizará
el 10 de marzo.
El director de la compañía sevillana ha tomado la célebre
obra de Carl Orff para poner en escena la idiosincrasia del pueblo andaluz
en una serie de imágenes que tienen como referencia la religiosidad
de esta comunidad, al margen del flamenco, las pasiones y las pinceladas
estéticas referentes al mundo del caballo. «Es una locura
y un atrevimiento. Se podría decir que es irrazonable, pero ¿por
qué no puede tener la locura cabida en el arte?», se preguntó
Salvador Távora. «’Imágenes andaluzas para Carmina
Burana’ no deja al público indiferente», señaló.
Uno de los objetivos de La Cuadra ha sido poner el cante a la misma altura
que la música clásica porque, en opinión de Salvador
Távora, «tiene el mismo valor». A este respecto, explicó
que en el espectáculo que podrá verse mañana martes
en el Teatro Villamarta «la palabra se hace cante, valor y expresión».
En cuanto a la adaptación de la música de Carl Orff a la
estética flamenca, Távora explicó que se «ofrece
una musicalidad ordenada donde las guitarras y el cante están al
mismo tono que la música clásica».
No obstante, el director de La Cuadra definió su último
montaje como «un espectáculo de emociones y la emoción
no tiene ni explicación ni dueño». A este respecto,
dijo que ‘Imágenes andaluzas para Carmina Burana’ engarza
con la esencia del arte que, a su juicio, son «emociones y raíces»
y afirmó que la compañía que dirige está lejos
de intentar dar una explicación de lo que traslada a la escena.
«El arte no tiene una misión explicativa ni tiene por qué
ser razonable. Su misión es provocar la reflexión, al mismo
tiempo que proporcionar deleite», añadió.
Salvador Távora explicó algunos de los momentos más
llamativos de ‘Imágenes andaluzas para Carmina Burana’.
Entre ellos, mencionó la caída de una bailaora sobre la
cruz, extenuada ante el cante por seguiriyas, una singular interpretación
de la costumbre popular de llevar una cruz en el pecho.
Los ‘Carmina Burana’, los cantes de Beuren (antología
de poemas medievales a partir de unos manuscritos probablemente redactados
en lo siglos XII y XIII) fascinaron de tal manera al compositor alemán
Carl Orff (1895-1982) que compuso con espontaneidad y celeridad la música
de la obra que le ha hecho mundialmente famoso.
La conexión entre los versos de esta cantata y el flamenco fluye
de forma natural a través de la adaptación realizada por
La Cuadra. Y así se puso de manifiesto en el estreno que tuvo lugar
el pasado verano en el Festival de Peralada. El baile de Lalo Tejada,
Marco Vargas y Francisco Carrasco –apoyados en el cante de Ana Peña
y Kina Méndez- comparte estética en esta adaptación
con una soprano solista, un coro de sopranos, además de bailarinas
y personajes como monjes y jinetes.
La Cuadra
La Cuadra aparece en el panorama teatral español hacia finales
de 1971, asumiendo una postura estética y social contra la manipulación
folclórica de la cultura andaluza. Távora, apoyándose
en las más profundas manifestaciones del vivir cotidiano del pueblo
andaluz, elabora un lenguaje peculiar que, quizás, se podría
definir como «una poética física de los sentidos».
‘Quejío’, ‘Los palos’, ‘Herramientas’
fueron sus primeros montajes en la década de los setenta. En los
80 aparecieron en la escena española ‘Nanas de espinas’,
‘Piel de toro’, ‘Las bacantes’ para, más
tarde, adaptar la obra de García Márquez ‘Crónica
de una muerte anunciada’, la ópera ‘Carmen’ o
el mundo pictórico de un genio en ‘Picasso andaluz o la muerte
del minotauro’. ‘Don Juan en los ruedos’ y ‘Villalón,
ganadero y poeta’ son los dos espectáculos previos a éste
de ‘Imágenes andaluzas para Carmina Burana’.
La propuesta de espectáculos del VIII Festival de Jerez la completa
mañana martes día 2 la guitarra del joven Javier Conde,
que actuará en el ciclo ‘Bordón y cuenta nueva’
en la Sala La Compañía. Javier Conde es un guitarrista adolescente
que, sin embargo, tiene tras de sí un amplio bagaje artístico
y algunos reconocimientos públicos de interés.
Con
sólo 8 años hace su primera aparición oficial. Sería
en Cáceres, su ciudad natal. Con 9 años compartió
escenario con Manolo Sánlucar y el bailaor Manolete. A partir de
aquí, es frecuente su participación en concursos de guitarra
con menciones de interés que avalan su calidad: finalista en el
Festival de Cante de las Minas; premio especial y mención de honor
en el X Concurso Internacional de Guitarra Flamenca de Puente Genil; primer
premio en el VI Certamen Internacional de Guitarra Flamenca Ciudad de
Jaén. A los 12 años grabó su primer trabajo discográfico
–titulado ‘Grandes de la guitarra’-, además de
colaborar en otras grabaciones.
Jerez, 29 de febrero de 2004
Departamento de Comunicación
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