Este fin de semana, 12 y 13 de mayo turno para dos jóvenes cantaores bien entroncados, Rancapino chico acompañado de Antonio Higuero y María Terremoto junto a Nono Jero.
Alonso Núñez Fernández (Rancapino Chico)
Hijo del gran cantaor Alonso Núñez Núñez “Rancapino”, y de Juana Fernández Núñez, sobrino de Orillo del Puerto y biznieto de la Obispa. Nació en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en 1988. Según palabras de su padre el niño tatareaba las canciones, antes de empezar a hablar …
Empezó darse a conocer a la muy temprana edad de 6 añitos en el programa infántil “Veo Veo” de Canal Sur, presentado por Teresa Rabal, donde ganó en las primeras categorías el primer premio revelación, su padrino de entrega de premios fue el gran cantaor Antonio Fernández Díaz “Fosforito”.
A partir de aquí debutó en el gran Teatro Falla, donde participó al lado de figuras de la talla de Chano Lobato, Juan Villar, Rancapino, etc … También ha tenido el lujo de estar acompañado a la guitarra por otros grandes guitarristas como: Juan Habichuela, Paco Cepero, Moraito Chico, Quique Paredes, etc
Participó en varios programas más de la época como: en Sabor a Tí de Ana Rosa Quintana donde actuó cantando por Tangos, más adelante también fue participe en Senderos de Gloria presentado por Consuelo Berlanga, donde repitió varias veces más, homenajeando a grandes figuras como Curro Romero, Nano de Jerez y Juan Habichuela, con 10 años colaboró en el disco homenaje deJuan Habichuela, “del Campo al Principe” cantando por Tangos. donde intervino al lado de: Enrique Morente, Estrella Morente, Miguel Poveda, Rancapino, y la familia de Juan Habichuela.
Intervino en el programa del Loco de la Colina, donde fue entrevistado por Jesús Quintero. A sus 17 años, compartió escenario en el programa de canal sur presentado por María Jímenez y donde participó al lado de primeras figuras como: Pepe de Lucia, Remedios Amaya, Diego Carrasco, Rancapino padre y muchos más …
Con 22 años se presentó en el concurso de la peña flamenca de Chiclana de la Frontera, donde consiguió el primer premio, cantando por los palos de martinetes, fandangos y bulerías. Además junto a su padre presentaron en el Teatro Moderno de Chiclana de la Fra, el espectáculo. “El Ayer y el Hoy”, donde obtuvieron un gran exito, según la crítica. En el mismo Teatro Moderno el sólo hizo el espectáculo: “Arte y Pureza”, donde dio un recital cantando por Alegrias, Tangos, Fandangos, Bulerías, y junto a la bailaora Claudia Cruz, homenajearon a Manolo Caracol y Lola Flores e hicieron una Zambra en su honor.
Hoy dia el cantaor chiclanero, Alonso Nuñez, “Rancapino Chico”, está considerado como gran promesa dentro del Flamenco Puro y heredero de los cantes de Cádiz, donde tiene presente a los más grandes como: la Perla de Cádiz, Enrique el Mellizo, y a parte también se acuerda de Paco Toronjo y Juan Talega. Y al igual que su padre, también tiene esa escuela del gran Manolo Caracol, Antonio el de la Calzá y Juanito Valderrama. (al cual tuvo la suerte de conocer, y compartir escenario con él).
Actualmente ha participado en el festival: Los Viernes Flamencos de Jerez de la Fra. También en los Festivales de Palacios que se organiza en el mismo Jerez, actuó en el Palacio Villavicencio, donde también obtuvo un gran éxito de crítica y público. Así mismo está haciendo festivales, peñas flamencas y teatros …
Ha compartido y comparte escenario con los más grandes del flamenco hoy en día. Lleva su carrera en el flamenco sin desvirtuarlo, haciendo los cantes puros como su padre y así está obteniendo mucha aceptación por parte del gran público.
María Terremoto
Jerez ha regalado un imperio de voces al flamenco. Uno de los más grandes, considerado maestro de la seguiriya, fue el Terremoto de Jerez. María Terremoto, hija de Fernando Terremoto y nieta del Terremoto de Jerez se estrenó en los escenarios la primera vez que una Zambomba dejó el patio de vecinos para ser también espectáculo con público. Ese día, cumplía un año.
El padre revolucionó la Zambomba y la hija con el derroche de voz hace justicia al nombre artístico familiar. “Mi padre, si viviera, hubiese querido que mi lanzamiento como cantaora no hubiese sido tan pronto. Él habría preferido que yo hubiese estudiado el flamenco en profundidad antes de subirme escenario”, cuenta María.
Además del legado familiar, María habla cantando porque el barrio de Santiago es un tablao abierto las 24 horas. “Desayuno en la calle casi cada día, en el bar El Tabanquito, y allí puede sentarse alguien y hacerme palmas o ritmos con los nudillos, y de ahí, me arranco con el cante, el baile o lo que haga falta”. El barrio de Santiago es una comunidad donde todos se conocen, y sobre todo, se comparte. El trato y la relación es de hermandad. El barrio es una fiesta de hermandad. Cualquier esquina puede ser en verbena. No necesitan teatro.
María Terremoto canta desde que era migaja de pan. Recuerda emocionada cómo fue el reencuentro con su padre, cuando regresó a los tablaos tras recuperarse de una enfermedad. Le brindó, en la peña de su familia (la Asociación Cultural Fernando Terremoto), una bulería con 8 años. “Mi padre era guitarra, su maestro fue Manuel Morao. Mi padre no cantaba ni en las bodas de sus hermanas, no era capaz ni de tocar las palmas. Hasta que un día se arrancó a cantar y le animaron a presentarse a un certamen en la Peña Don Antonio Chacón. Allí debutó como cantaor, a los 22 años”, cuenta María. Fernando Terremoto dejó para la posteridad tres discos, tres mayúsculas maravillas. En Madrid formaba parte del elenco de Las Brujas, Casa Chicote o Los Canasteros. “Cuando era chica, mi padre se encerraba en la habitación a componer, se grababa con un aparatito y mil veces repetía y repetía hasta dar con la nota o la letra. A mí me gustaría formarme en solfeo, ser maestra de cante y, como mi padre, llegar a componer”, cuenta a este periódico.
Terremoto de Jerez -abuelo- también empezó a cantar más tarde que la nieta, él era bailaor de profesión. La seguiriya es un palo para pasar fatiga, con letras profundamente duras: “Qué desgracia la mía hasta en el andar, que los pasitos que pa´lante yo daba, se vienen pa´ atrás”. Interpretadas desde el dolor y el llanto. “Es un palo que no puede cantar cualquiera. Mi abuelo de chico pasó mucha pena y desde lo más profundo sacaba la rabia para llegarnos al alma”. La Terremoto cree que su abuelo era un flamenco puro, de cante hondo. Su padre era un artista más completo, con mejor formación, conocedor de otros estilos musicales y compositor de coplas.
María Terremoto estuvo un tiempo viviendo en Sevilla. Allí conoció a la gran bailaora Manuela Carrasco, que para ella es su tercera abuela. La nieta de Manuela y ella iban juntas al cole. “Manuela me enseño muchísimo, a ella, y a mi abuela materna – María Márquez, también cantaora de Jerez- les debo parte de lo que sé”. He ahí que la artista, además de cantar, tenga mano con el baile. La niña que hace de los fandangos un regalo de los dioses, dice que su vida es el cante, que donde no llegan las palabras llega el quejío, y que su manera de expresar lo que siente es desde este arte.