Entre los objetivos principales de esta edición, la Bienal de Flamenco se plantea proponer, a distintas escalas, un diálogo entre la ciudad de Sevilla y el flamenco, especialmente en la modalidad de baile.
En primer lugar, porque, por su climatología y sus características intrínsecas, es una ciudad idónea para albergar expresiones callejeras. Como muchas otras viejas ciudades europeas, Sevilla combina un importantísimo legado patrimonial con construcciones concebidas para este siglo; un juego de arquitecturas ideal para dar la réplica al movimiento de artistas inquietos, dispuestos a dialogar con ellas y a dejarse influir por su carga histórica o estética. Pero además, frente al resto de las ciudades, Sevilla posee una apretada red –hoy desgraciadamente invisible a los ojos– de lugares ligados a la creación y a la difusión del flamenco y, en particular, de la danza: academias, botillerías, cafés cantante, patios, plazas y otros lugares en los que ésta fue tomando forma, primero en alegre convivencia con otras danzas andaluzas, boleras o folklóricas, y más tarde, erigiéndose en un arte con entidad propia.
En el marco de la Bienal de Sevilla, ‘Una ciudad para el flamenco’ es una invitación a redescubrir esa red, esas arterias cuyas huellas se adivinan aquí y allá, y al mismo tiempo, construir otras redes que las unan a la Sevilla del siglo XXI. Un entramado en el que quepan todo tipo de manifestaciones: individuales y de grupo, de flamenco o de esas otras danzas de las que tanto ha bebido o a las que tanto da de beber, de figuras consagradas que quieren abrir nuevas relaciones con espacios inusuales o de jóvenes, muchos de los cuales no pueden hacer frente al esfuerzo de crear una compañía o un gran montaje y quieren mostrarle al público sus relevantes aportaciones.
Con la excepción del espectáculo que abre el ciclo el jueves 6 de septiembre, ‘Il giardino dei peri’, a cargo de uno de los grupos históricos del teatro y danza de calle (el Teatro Tascabile di Bergamo), en esta edición se presentan algunos itinerarios con actuaciones breves que tienen lugar en su mayor parte a plena luz del día y que salen al encuentro de un público distendido, ya acuda como transeúnte curioso o por haber sido amablemente convocado; como aficionado que por las noches paga para ver espectáculos o personas que nunca han pisado un teatro.
Con la complicidad y la guía de una maestra de ceremonias, en la mañana de los sábados y domingos, la Bienal de Flamenco se detendrá unos minutos en rincones cargados de historia, como la Plaza Virgen de los Reyes, la Alameda de Hércules, el Parque de María Luisa o el Mercado de Triana, y en otros que nacieron en el siglo XXI con tanta personalidad –como el Metrosol Parasol, las “Setas”– que hoy constituyen verdaderos emblemas de esta ciudad. Y otros rincones de la ciudad, como la Casa de la Provincia y la Escuela Clic.
Un encuentro festivo y enriquecedor que, con la colaboración de todos, hará de Sevilla una ciudad para el flamenco.
Rosalía Gómez Muñoz
Directora artística de la Bienal de Flamenco 2012
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