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El análisis más relevante realizado hasta el momento sobre la vida y obra de Sara Baras incluye, además, una entrevista en profundidad con la artista realizada por Juan Verdú y Jacinto González, relevantes galerías fotográficas, y un interesante portafolio de fotografías realizado expresamente para la ocasión por David Breckon.
Sabicas es el protagonista de la segunda parte del número 2 de El Canon, siendo retratado a través de versos de Joaquín Sabina para presentar declaraciones imprescindibles del maestro guitarrista en mayo de 1987 nunca antes editadas de forma impresa. La parte dedicada a Sabicas incluye también un texto de Manolo Sanlúcar donde el artista gaditano expone las claves por las que el pamplonica es imprescindible para la historia del flamenco. Esta parte de la revista se realiza con motivo del Festival Sabicas de Pamplona, cuya celebración también es reseñada.
Soleá, la tercera parte de este número, reúne una serie de artículos interesantes sobre acontecimientos recientes en el tiempo. Se abre con un texto ensayístico de Ángel González con motivo de la exposición La noche española en el Museo Nacional Reina Sofía, analizando el concepto de «lo español» y la relación del flamenco con otras artes en tiempos en que los ballets rusos sirven para formar la estructura de compañía de baile flamenco a comienzos del siglo XX. Posteriormente, Jacinto González analiza los métodos de entrevista de Miguel Mora con motivo de la publicación de su nuevo libro «La voz de los flamencos», donde Mora recopila los mejores momentos de más de dos décadas entrevistando a artistas flamencos para El País. En esta parte se incluye, además, una presentación por parte de Estrella de Diego y una recopilación de las mejores declaraciones recogidas a los flamencos por parte del periodista madrileño. Con un recuerdo hacia Miguel Candela se cierra esta edición, ocupando la última página una carta póstuma escrita para la ocasión por Pina Bausch, principal coreógrafa en la historia de la danza contemporánea, recordando sus momentos más flamencos en el Candela.
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