‘Zapateado Niño Ricardo’ y ‘Se Comerá Mi Dolor’ forman parte del compendio de los primeros registros sonoros que son un hallazgo histórico para el flamenco contemporáneo
El álbum verá la luz en mayo a través de BMG junto a la Fundación Paco de Lucía contando con 20 canciones grabadas cuando tenían 11 y 13 años
Unas cintas de bobina abierta utilizadas hace 60 años en un anticuado magnetofón Grunding guardaban un tesoro que será revelado en nuestros días. Las 20 canciones que componen Pepito y Paquito suponen un viaje en el tiempo a los orígenes de dos prodigios del cante y el toque como son Paco de Lucía y Pepe de Lucía. Su talento fue registrado de manera sonora por primera vez en su Algeciras natal a la edad de 11 y 13 años respectivamente.
BMG y la Fundación Paco de Lucía han hecho un trabajo de pura arqueología musical para traer a nuestros días el nacimiento artístico de unas leyendas universales del flamenco. Unas grabaciones rudimentarias recogidas entre 1959 y 1960 donde dos niños se divertían tocando y cantando. Sus más allegados eran conocedores de una genialidad que más tarde fructificará en Los Chiquitos de Algeciras. A partir del próximo mes de mayo todos seremos testigos de unos documentos sonoros que encierran un valor histórico incalculable.
Ya se revelaron dos piezas inéditas ejecutadas de manera natural por los dos hermanos como fueron ‘Bulería Niño Ricardo’ y ‘Me Falta La Resistencia’, ahora se nos muestra otras dos piezas como son ‘Zapateado Niño Ricardo’ y ‘Se Comerá Mi Dolor’.
Una esencia que siempre estuvo ahí
En este avance de nuevo tenemos a un Paco de Lucía homenajeando al que fue su mayor referente en el toque. ‘Zapateado Niño Ricardo’ es el reflejo de una inocente admiración ejecutada con una madurez impropia de su edad. Una técnica impoluta que desde su infancia se revela como su marca esencial. Talento e inspiración con las seis cuerdas gracias a una ejecución asombrosa en su manos, mente y corazón. Un niño que ya sonaba a adulto con una personalidad única. Un eco del pasado que se vuelve atemporal.
La voz Pepe emerge con brillantez haciendo suya ‘Se Comerá Mi Dolor’, la célebre soleá con fandango de Rafael Farina. Un huracán vocal que, con precisión y naturalidad, modula la energía y el sentimiento. Flamenco en estado puro con la guitarra de Paco sosteniendo la desgarradora intensidad de su hermano que a los pocos años ganaría el I Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera.
Una década sin Paco de Lucía
Hace diez años que el mundo del toque se quedó huérfano y sin el mayor de sus exponentes, pero el aura de Paco se perpetúa al envolver a cada guitarrista que tiene el
ímpetu de atreverse a romper lo establecido y que pule su talento y embrujo con constancia y trabajo. Dos máximas con las que el maestro de Algeciras abrió nuevos caminos y sendas, facilitando su tránsito a otros que vinieron detrás de él.
Y aunque la genialidad de Paco ya alcanzó el estatus de leyenda en vida, con todo tipo de reconocimientos alrededor del mundo, su legado trasciende mucho más allá de su ausencia porque abraza la eternidad. Una década en la que se nos ha arrebatado composiciones que ya nadie escribirá pero que ahora se nos da la oportunidad de poder descubrir los comienzos de un icono. Pepito y Paquito es el primer preámbulo registrado de todo lo que vino después. La primera prueba sonora de un niño que con su guitarra haría historia.