1945-2009
texto: Estela Zatania Jerez y el mundo flamenco de luto por una leyenda Ha fallecido el gran Parrilla de Jerez. Y con él, toda una institución guitarrística: media vida junto a la Paquera, el impagable trabajo para rescatar los clásicos villancicos folklóricos de Jerez, sus años en Madrid en los tablaos de Pastora Imperio y de Caracol. Pero, por encima de todo, se ha perdido ese sello inconfundible que formaba parte de la escuela jerezana del toque. La saga de los Parrilla ha perdido a uno de sus hijos más queridos y representativos. Emparentado con el mítico Frijones o el Juanichi, el de la siguiriya, hijo del Tío Parrilla, sobrino de una generación bendita que incluye al Borrico o el Serna, y hermano de Ana Parrilla y Juan Parrilla. En Jerez no se cae una hoja sin que llore el bosque entero.
Hace cinco años, pocos meses después de enterrar a su Paquera, le vino la cruel enfermedad que la noche del pasado sábado terminó de quitarle la vida a la edad de 64 años, en la misma calle Campana donde había nacido. Además de Paquera, y sus ilustres familiares, llegó a tocar a los cantaores legendarios de su época como Antonio Mairena, Manuel Agujeta, el Chocolate o Terremoto, entre muchos otros. Había empezado como bailaor, y nunca perdió su simpática pataíta por bulerías. En la clausura de la Bienal Flamenco de Sevilla del 2004, conmovió al público cuando bailó en solitario a la voz grabada de Paquera, entonces recientemente desaparecida. La fama de Parrilla traspasó las fronteras de su país. En el 2005, el representante de un foro de internet de guitarristas norteamericanos, reunió entre los miembros una suma importante de dinero que luego entregó personalmente, realizando un viaje a Jerez para el propósito. Hubo otros actos de homenaje, más notablemente en la plaza de toros de Jerez, el 11 de junio del 2005, con la participación de más de cuarenta artistas, incluyendo a José Mercé, Moraíto, Paco Cepero, Lebrijano, Tomatito, Rancapino, el Capullo o Niña Pastori entre muchísimos otros. |