Texto: Estela Zatania
Foto portada: Paco Sánchez
Perteneció
a una generación de espléndidos tocaores destinados a conquistar el mundo…o
al menos eso pensamos. Juan Maya ‘Marote’, Paco de Antequera, Paco Cepero,
José Luis Postigo, Paco del Gastor, Juan y Pepe Habichuela… Aún basándose
en la escuela de Montoya y Ricardo, tenían otro sonido más dinámico, empezaban
a meter armonías nuevas y a llevar el compás con más contundencia. Marote
desarrolló un rasgueo agresivo, rápidamente adoptado por todos, que cambió
el sonido del acompañamiento para baile. Desde mediados de la década de
los sesenta hasta principios de los setenta, la conquista fue tan absoluta
como breve. ¿Quién hubiera podido imaginar que llegaría un crío de Algeciras
capaz de cambiar el panorama de la guitarra flamenca, dándole la vuelta
de manera tan dramática que aquella fecunda generación de maestros quedara
como una mera transición entre escuelas?
No obstante fue una transición rica y prodigiosa que coincidía con el
auge de la época de los festivales y Manolo Domínguez y su quinta facilitaban
el acompañamiento para aquellas largas noches flamencas de verano. También
fue una época prolífica en cuanto a las grabaciones. El admirable acompañamiento
del Rubio quedó registrado con las voces del Chato de la Isla, Luis de
Córdoba, Tina Pavón, Chano Lobato, Fernanda y Bernarda de Utrera, Gaspar
de Utrera, Pepa de Utrera, Manolo Limón, Chozas de Jerez, Curro Fernández,
Pepe Núñez «El Loreño», Gitanillo de Oro, Rafael Calderón, Emilia Jandra,
Manuel Márquez y Aguilar de Vejer entre otros, colaborando en ocasiones
con los tocaores José Luis Postigo, Quique Paredes o Paco Jarana.
Muy solicitado por los bailaores, recorrió mundo con Curro Vélez, Manuela
Vargas, José Greco y Matilde Coral. Tocaba en el tablao sevillano Los
Gallos cuando Manuela Carrasco bailaba en el cuadro, y posteriormente
en su compañía. En Córdoba en el año 1980 se llevó los dos premios de
guitarra, el de «Ramón Montoya» para guitarra de concierto y el de «Manolo
de Huelva» para acompañamiento. Cuando en 1984 la Cátedra de Flamencología
y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez de la Frontera le concede el
Premio Nacional de Guitarra Flamenca, Manuel Ríos Ruiz destaca «la maestría
de su toque, su dominio de los estilos y su capacidad para acoplarse a
las más diversas voces cantaoras del momento y a las más dispares figuras
del baile de la actualidad…guitarra armoniosa y profunda, legítima y
acompasada…más maestría imposible».
Los compañeros de Manolo Domínguez citan la calidad melodiosa de su toque,
su personalidad y sus amplios conocimientos del cante. Hoy al conocer
la triste noticia el maestro Paco Cepero comentó: «coincidimos muchísimo
en los festivales siempre…los artistas más grandes lo reclamaban, estaba
en la cumbre. Un gran guitarrista y un gran amigo, incomensurable…todos
mis honores para él…».
Agradecimientos a Brook Zern por la información discográfica
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