La música de Wagner arreglada 'a la española', con la participación de Pasión Vega, Gerardo Núñez, Pepe Rivero, Germán Díaz, Concha Buika, Jerry González y muchos más.
“Siegfrieds Olé in Spain” (Gateway4M/Galileo MC) es
la tercera parada en la gran aventura de Ben Lierhouse. Tras tener una
revelación en un estudio habanero, el productor alemán intuyó
que las titánicas partituras de Richard Wagner podían viajar
y empaparse de ritmos y melodías locales.
Lo que asombró a Lierhouse en 1999 –que un percusionista
afrocubano sumara espontáneamente su instrumento a una grabación
wagneriana y que aquello sonara natural, casi inevitable- se ha repetido
en la media docena de países que ha visitado posteriormente: el
imperial Wagner se presta a la síntesis y al mestizaje con otros
mundos sonoros.
En su empeño por universalizar a Richard Wagner y tras productivas
estancias en La Habana y Nueva York, Lierhouse llegó a Madrid en
2003. Lo que iba a ser inicialmente una boda gitana entre el flamenco
y el compositor germano se fue enriqueciendo tras el contacto con la realidad
musical ibérica.
Finalmente, en “Siegfrieds Olé in Spain” hay mucho
flamenco, con el gran Gerardo Núñez demostrando el arte
políglota de su guitarra, pero también se introducen la
jota aragonesa, la muñeira gallega, el fado portugués y
el eterno pasodoble. La música folclórica hispana se integra
felizmente en Wagner, con la argamasa de páginas de Isaac Albéniz
y Enrique Granados, compositores que –aunque de una generación
posterior- coincidieron en el siglo XIX con el maestro germano y no fueron
inmunes a su poderosa influencia.
“Siegfrieds Olé in Spain” es, como los otros títulos
de la serie, el resultado de una compleja producción. Antes de
entrar en el estudio, el pianista Pepe Rivero, cubano residente en Madrid,
trabajó durante meses en los arreglos en el encaje de las piezas
de un rompecabezas cada vez más ambicioso. Las bases, grabadas
en el estudio madrileño Infinity, juntaron a extraordinarios talentos
de la escena jazzística; Bobby Martínez, Jerry González,
Alain Pérez y el propio Rivero. Se sumaron instrumen- tistas españoles,
como Germán Díaz López (zanfona) y el citado Gerardo
Núñez, que realizó su delicado trabajo en su propio
estudio.
Y las voces. Nombres de prestigio en los coros, desde Eva Durán
a Gema Corredera. Al frente, solistas de primera: la malagueña
Pasión Vega, la afroespañola Concha Buika y la chilena Dolores
García Salas. Luego, en Hamburgo, se añadieron los arreglos
orquestales, labor a cargo de la internacional Gateway Symphony Orchestra
a las ordenes de Alexander Mottok. Un total de más de dos años
de trabajo, con infinidad de viajes, negociaciones y cambios (para mejor,
insiste Lierhouse).
“Siegfrieds Olé in Spain” materializa un Richard Wagner
nunca escuchado antes. En un momento de crisis en el disco clásico
-cuando agonizan las grabaciones sinfónicas, por la abundancia
de versiones de las mismas obras y por los altos costos de los registros-
“Siegfrieds Olé in Spain” imagina a un Wagner insólito,
viajero y abierto a lo que le llega a sus oídos. El Lierhouse Project
reinventa el legado del compositor de Leipzig y le saca de ese nicho ario
en el que le han encerrado los que se consideran sus únicos albaceas.
Estas audaces lecturas de Lierhouse no tienen miedo a enfrentarse con
las interpretaciones ortodoxas. De hecho, una de las prestaciones de los
reveladores DVDs que se venden por separado o que acompañan, en
versión reducida, a los CDs, es el llamado Taller Wagner: la aparición
en la pantalla del icono del maestro indica que es posible acceder a la
escucha del pasaje original y realizar una comparación desprejuiciada.
La publicación de “Siegfrieds Olé in Spain”
irá acompañada por el lanzamiento en el mercado español
del exuberante “Tristan meeets Isolde in Harlem”, donde el
jazz, el blues, el soul, el gospel y hasta el hip-hop se incorporan amistosamente
a las partituras wagnerianas. Ambos volúmenes se suman al histórico
“Parsifal goes La Habana”, ya conocido en España.
Los siguientes capítulos de la serie, ya acabados o en proceso
de realización, incluyen paradas en Brasil, Francia o Inglaterra,
aparte de un potente “The Ring goes Swing” y un heterodoxo
“Wagner Lounge”. La sorpresa, el deleite están garantizados.