Silvia Cruz Lapeña
El Teatro Conde Duque ofrece cuatro días de actuaciones con cante, baile y toque donde artistas por debajo de los 30 años mostrarán su talento en la capital.
¿A qué edad se considera que está cuajado un artista? La pregunta, imposible de responder, se complica en el mundo jondo, donde se dice que es mejor que las gargantas tengan años y experiencia para dar el máximo y sonar cómo su música, sus letras y sus tradición merecen. Eso también lo saben los responsables del ciclo Flamenco Joven que se celebra del 20 al 23 de septiembre en el teatro Conde Duque de Madrid, donde han escogido a un grupo de gente joven, pero con cierto bagaje artístico, para mostrarle a la capital cómo es el flamenco que está por venir.
“El primer requisito es que tengan menos de 30 años, pero también que sean, en cierta medida, artistas maduros”, dice Pablo Sanz, gestor cultural de la sala y responsable, junto a Antonio Benamargo de una programación que este año celebra ya su tercera edición.
En el cartel que han preparado para 2017 hay nombres que como el de Lela Soto, cantaora y heredera de los Sordera de Jerez; Tomatito Hijo a la guitarra o Nazaret Reyes al baile. Son solo una muestra, pues cada día habrá un representante de cada disciplina sobre las tablas del teatro madrileño: “Son actuaciones de dos horas donde un cantaor, tocaor y bailaor tendrán su espacio”, dice Sanz, que asegura que hacer la selección nunca es tarea fácil.
Buen ojo
En el teatro donde se celebra Flamenco Joven, competencia del Ayuntamiento de Madrid, tienen dos líneas de trabajo con las que buscan apoyar el trabajo artístico de jóvenes y mujeres. “Es público, y como tal, tiene un compromiso con la sociedad”, asegura Sanz, que informa de que el consistorio da pleno apoyo a la iniciativa.
Sanz, ligado al flamenco desde hace años por haber estudiado en el colegio San Juan Evangelista, llamó a Benamargo en cuanto entró a trabajar en el Conde Duque porque ya había programado un ciclo parecido en 2008. “También porque es uno de los mejores programadores de España, tiene un gusto exquisito y conocimientos exhaustivos de la cantera flamenca”, dice el responsable de la sala.
Viendo la programación, hay que reconocer que Benamargo tiene el ojo afilado. Tanto, que cuando cerraron los contratos de este ciclo nadie excepto él podía intuir que algunos de sus “fichajes” iban a tener un verano movidito. Es el caso, por ejemplo, de dos de los jóvenes que este año pasaron por el Festival de Cante de las Minas. “Alejandro Hurtado, por ejemplo, que ha ganado el Bordón Minero en La Unión o Macarena Ramírez, que ha quedado segunda en El Desplante”, explica Sanz.
Flamenco por derecho
El flamenco que quiere promocionar el festival es “por derecho” y con esa declaración de intenciones bajo el brazo es obligado preguntarle a su responsable por la presencia de Rosalía en el cartel. La catalana viene de triunfar con Refree en Los Ángeles, un disco que ha tenido mucho éxito y mucha repercusión mediática, pero alejado de lo que sería el flamenco clásico que defiende la organización. “Así es, pero aquí Rosalía viene a cantar por derecho y será una oportunidad privilegiada de verla en un registro para el que la acompañará a la guitarra Joselito Acedo”, informa el programador del Conde Duque que opina que “la fusión ya tiene sus propios circuitos”.
David Martín o Cristóbal Reyes, al baile; el cante de Israel Fernández o Celia Romero y las guitarras de Álvaro Mora o la mexicana Andrea Salcedo son otras de las actuaciones que podrán verse en un evento en el que todos los participantes cobran. “Es importante porque Flamenco Joven no es un concurso ni una oportunidad, es una manera de dar una plataforma a artistas que aún no tienen una gran repercusión pero sí un estilo”, dice Sanz para quien es importante promocionar un género que “no siempre ha sido bien tratado”.