Dentro del Ciclo «Flamenco en la Frontera» el artista gaditano ofrecerá un recital íntimo en la Sala García Lorca de la Fundación Casa Patas. Acompañado en los vientos por el artista sanluqueño Diego Villegas.
Sábado, 30 de enero 2016. 22:30h
JAVIER RUIBAL, voz y guitarra
Diego Villegas, saxo, armónica, flauta y clarinete
JAVIER RUIBAL.
Es un buscador de aromas, un perseguidor de la fábula y el ensueño, un explorador de la belleza, un acólito de la mística de lo profano. Un sanador a través del éxtasis. Se cuenta el amor arrebatado, el irrenunciable, la hora inaplazable de los besos, la urgencia de los cuerpos sin demora, la lágrima más dulce, la risa más hermosa. Retratista de perfiles, paisajista al mismo tiempo, importan el personaje y el paraje exótico que le rodea, lo irreal casi se toca porque se transparenta en lo real. Y todo esto se ve porque se oye. Cantar con la voz remota que resuena en la memoria, ecos sefardíes junto a la “toná” y la zambra, oriente y occidente, ayer y hoy, armonía del futuro, alquimia del presente. Sus fuentes, lo familiar en su infancia; del flamenco, los cantes de ida y vuelta, tanguillos y bulerías; del rock la vieja escuela; del jazz el ejemplo, la actitud, la lealtad con la música.
De las letras españolas los hermosos poetas del veintisiete, la palabra exuberante, la poesía con alas. De las letras americanas, los cantores del Caribe y el realismo fantástico. De lo popular el humor, y de su tierra natal, la alegría. Su propósito…, acaso reescribir un refrán, reconciliarse con su alma, emular a Federico García Lorca, divertir…, acaso emocionar.
Treinta años de oficio avalan a este músico creativo y diferente a todos los de su cultura y generación. Compositor, arreglista, guitarrista y cantante. Autodidacta y heterodoxo. Músico de frontera.
Estas y un sin fin de definiciones más se han empleado para definir a este creador inclasificable por lo personalísimo de su propuesta artística. Fronterizo con el flamenco siempre se dejó envolver y fascinar por él pero tomando la precaución de no hacerse pasar por lo que siempre quiso dejar claro que no era: un flamenco, no por falta de afición sino por absoluto respeto al mismo. Sin embargo una buena parte de la nueva música flamenca está directamente influenciada por este artista que se descubre como un auténtico innovador del lenguaje musical y poético.
Música y textos cuidados con la rigurosidad y esmero que le caracterizan. Buena factura en sus arreglos y una ejecución con la guitarra con mucha personalidad y fuerza. No solo se expresa bien en solitario sino que se rodea de los músicos más creativos y generosos cuando decide que su propuesta ha de tener más cuerpo y contundencia.
Las cualidades de su voz le permiten transitar con libertad y desahogo por las sonoridades del flamenco, la música del magreb, de india y del caribe en un ir y venir constante y armonioso que nos invita a creer con firmeza en que la fusión de las músicas y las sangres nos traerá un nuevo lugar de encuentro para la felicidad, un nuevo planeta que está aún en formación.