Del 18 al 20 de julio 2013 se ha desarrollado la cuarta edición del Congreso Universitario organizado por la Fundación Cante de las Minas y la Universidad de Murcia a través de la Universidad del Mar.
Ha contado con la participación de ponentes muy reputados en el Flamenco como son el poeta, actor y escritor José Luis Ortiz Nuevo, el crítico y periodista Alfredo Grimaldos, el cartagenero Antonio Parra, la periodista japonesa Kioko Shihaze, el agitador flamenco José Manuel Gamboa, los flamencólogos Juan Verdú y Juan Vergillos, y el guitarrista Norberto Torres. También, la directora y fundadora de la Bienal de Flamenco de los Países Bajos, Ernestina van de Noort, y el cantaor dos veces ganador de la Lámpara Minera y director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, Luis Pérez Cardoso, más conocido como Luis de Córdoba.
La conferencia inaugural ha corrido a cargo del poeta, actor y escritor José Luis Ortiz Nuevo, y ha versado sobre “Trinidad Huertas La Cuenca: una precursora conquistando nuevos públicos del mundo”. Ortiz Nuevo se ha lamentado del poco valor que históricamente se le daba en España a la música y la estética del Flamenco, en contraposición con lo que ocurría en el extranjero, “pues eran los periodistas y críticos extranjeros los que lo ponían en valor”. Ortiz Nuevo recordaba la trayectoria de Trinidad Huertas La Cuenca, desde sus comienzos hasta su repentina muerte, como precursora del baile flamenco.
La segunda ponencia de la mañana la ha protagonizado el periodista y escritor Alfredo Grimaldos, bajo el título “Del duende a la globalización”. Grimaldos ha reflexionado sobre las dos corrientes del flamenco, la aperturista y la purista. En este sentido, defiende que los flamencos actúen en los grandes teatros, porque aporta más calidad al cante, pero sin olvidar las raíces. Sobre la globalización del flamenco, Grimaldos asegura que “el arte jondo se ha universalizado, pero ha tenido sus pérdidas”, y evocando al maestro Mairena, ha dicho que “el cante tiene que evolucionar, pero debe conservarse lo antiguo, como si fuera la música clásica”.
El periodista, escritor y profesor Antonio Parra habló sobre “El flamenco a través de la novela y las crónicas de viajes: 1850-1930”. Un recorrido por los libros de Baroja o Palacios Valdés que recreaban pasajes flamencos a los libros de viajeros de extranjeros como Gautier que venían hastiados de Centroeuropa, buscado la esencia y el romanticismo español que emanaba del flamenco.
Después de la conferencia de Antonio Parra, se realizó una visita al Parque Minero de La Unión, con un recital flamenco del ganador de la Lámpara Minera del año pasado, Ricardo Fernández del Moral, en la Mina Agrupa Vicenta, el cual, realizó un recorrido por nuestros cantes levantando al público de sus asientos al terminar su actuación.
La segunda jornada del IV Congreso Universitario de Investigación sobre flamenco ha puesto sus ojos en Japón y los Países Bajos, y en la afición y el conocimiento que hay en estas naciones sobre el arte de lo jondo. La primera de las ponentes, la japonesa Kioko Shikaze, ha resaltado la tradición flamenca en el país nipón desde que en el año 1929 vieran bailar a la Argentina. Fue esta bailarina de danza española, que también se inclinó por el flamenco, la que sembró el germen de lo que se ha convertido en una verdadera pasión por el flamenco, y que alcanzó su máximo esplendor en la década de los sesenta, cuando se intensificó la interacción entre artistas de ambos países.
Algo parecido le ocurrió a Kioko Shikaze, ponente de la conferencia “Flamenco y Japón”, cuando vió actuar por primera vez a la Compañía de Antonio Gades. Era 1986, y decidió dejar su trabajo en el mundo de las finanzas en la ciudad de Osaka, para cambiar su residencia a Sevilla y convertirse en Doctora de la Universidad de Flamenco y corresponsal de la revista especializada Paseo Flamenco. Esta periodista está vinculada al Festival del Cante de las Minas desde 1990.
Kioko Shikaze ha querido trasladar a los alumnos del Congreso “el intercambio cultural que existe entre Japón y España, con artistas de ida y vuelta”, y ha mostrado a través de material audiovisual el trabajo que desarrollan los artistas de su país, “tomándose muy en serio su trabajo, lo que refleja que el flamenco es algo universal y en todo el mundo se practica”.
La mañana de la segunda jornada del Congreso se ha completado con la proyección del documental “El cante bueno, duele”, dirigido por Ernestina Van de Noort y Martin Van Beenen, producido por la Bienal de Flamenco Países Bajos y la NTR televisión. El documental fue grabado en 2010 y estrenado en 2011 en Holanda, y según Van de Noort, “trata de dar a conocer el flamenco en mi país”. En la realización de la cinta, ha añadido, “viajamos hasta Jérez de la Frontera, donde Moraíto Chico ejerció como anfitrión, presentándonos a su familia y enseñándonos las raíces de su arte in situ”. Sin embargo, y como consecuencia del empeoramiento del estado de salud y posterior fallecimiento de Moraíto, la película quedo inconclusa en su enfoque original, pero, reconoce su autora, que “tan sólo cambió el punto de vista, no así su finalidad”, que no era otra que difundir el flamenco en Holanda y, “enseñar algo tan hermético a priori”, pero que “se ha convertido en una conexión con otras iniciativas que se están llevando a cabo en mi país y que complementan a la Bienal de Flamenco Países Bajos -del cual Ernestina es fundadora y directora- que celebra ya su cuarta edición y reparte por cuatro sedes (Amsterdam, Rotterdam, Utrecht y La Haya)”.
Por la tarde de la segunda jornada contó con las conferencias del agitador cultural y experto en flamenco, José Manuel Gamboa, y el flamencólogo y director de Suma Flamenca de Madrid, Juan Verdú. En el primer caso, Gamboa hizo un repaso histórico por las antologías flamencas que se dieron desde los años 50, que han supuesto uno de los grandes medios a través del cual ha sido recopilada la música flamenca. En su ponencia fue desentrañando la intrahistoria de las antologías que ilustres como Valderrama, Pepe Marchena, Pepe de la Matrona o Sabicas grabaron en su época.
La conferencia de Juan Verdú, titulada “El Renacimiento del Flamenco en Madrid: 1980-2000 y sigue”, no era otra cosa que una reivindicación de Madrid como casa del flamenco por excelencia, por donde “todos los buenos aficionados deben pasar, sin importar de donde vengan”. Verdú contaba a los presentes sus vivencias con Carmen Linares, Enrique Morente o los Habichuela, con quienes promovió gran cantidad de festivales por todo Madrid y ayudaron a expandir el flamenco en la que él mismo llama “la movida del flamenco”.
El toque flamenco ha protagonizado la primera ponencia de la última jornada del Congreso Universitario de Investigación sobre Flamenco, que se viene desarrollando desde el jueves en la Casa del Piñón de La Unión. El guitarrista investigador Norberto Torres, Doctor en Ciencias Sociales y Humanas, ha disertado sobre “La guitarra pre-flamenca y guitarra clásico-romántica en la primera mitad del siglo XIX: intercambios y préstamos”.
La guitarra flamenca aparece en la segunda mitad del siglo XIX, pero Torres ha querido documentar los antecedentes que existen desde el siglo XVI, deteniéndose finalmente en la primera mitad del siglo XIX. En su tesis ha analizado la tradición de guitarra rasgueada, cómo se mantuvo en España y en Andalucía particularmente, aportando además fuentes literarias y musicales para ello. También ha marcado las diferencias entre guitarra clásica y flamenca y su separación como disciplinas, pero ha establecido puntos de coincidencia, como el hecho de que un guitarrista culto del ámbito académico, Trinitario Huertas, mantuvo la tradición guitarrística rasgueada, pese a que se renegaba de ella históricamente.
La segunda de las conferencias de esta mañana de sábado la ha desarrollado el escritor, periodista y Premio Nacional de Flamencología en crítica flamenca, Juan Vergillos, que bajo el título “Cuatro emociones flamencas”, ha querido conectar el flamenco con lo emocional, aplicando su bagaje personal tanto en el flamenco como en la psicología, basándose en su formación en Terapia Gestalt.
Partiendo de la base de las cualidades curativas de la música, Vergillos sostiene que “el flamenco nos ayuda a conectar con las emociones más básicas del ser humano, que es lo que más se necesita hoy en día. La cultura se ha sofisticado hoy en día mucho y hemos perdido conexión con lo instintivo, y el flamenco por sus características musicales, mucho más primitivas, nos conecta con lo más primario del ser humano”. Vergillos sostiene que ”el flamenco es una forma de acceder a lo mejor de nosotros mismos, que lo tenemos olvidado, y eso lo diferencia con otras artes occidentales, además de que conecta con la civilización griega, que fue la primera establecer el vínculo entre la música y la parte más genuina del ser humano”.
Y para ello ha puesto como ejemplo cuatro estilos de flamenco como forma de acceder a cuatro emociones básicas: las alegrías, que genera alegría como emoción básica; la seguirilla, como manera de expresar en flamenco la agresividad o la ira; la melancolía, relacionado con la soleá; y el miedo con los cantes mineros. Como ejemplos, se ha podido ver y escuchar baile por alegrías, al maestro Agujetas cantar por seguirillas, a Fernanda de Utrera cantando una soleá y a Pencho Cros una minera.
Esta última jornada del IV Congreso Universitario de Investigación sobre flamenco se completará con la conferencia del cantaor, Lámpara Minera y director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, Luis Pérez Cardoso, “Luis de Córdoba”, sobre “El Flamenco, un arte vivo”.
Tras la entrega de diplomas a los más de 30 alumno participantes, se clausuró el congreso a cargo del Alcalde de La Unión y Presidente Ejecutivo de la Fundación Cante de las Minas, Francisco Bernabé; el Secretario General de la Consejería de Universidades, Empresa e Investigación de la Región de Murcia, Antonio Navarro, y el Vicerrector de Desarrollo Estratégico y Formación de la Universidad de Murcia, Fernando Martín.
El Congreso se cerró con un Recital de cantes mineros a cargo de Encarnación Fernández (Lámpara Minera 1979 y 1980), acompañada a la guitarra por Antonio Muñoz (Bordón Minero 1983 y Guitarrista Oficial del Festival).
Ricardo Fernández del Moral