Israel Galván refleja en ‘La Curva’ su inquietud por unir dos universos musicales

El bailaor se apoya en el cante de Inés Bacán para expresar lo jondo y el piano de Sylvie Courvoisier para lo contemporáneo

Las ’12 Cuerdas’ de las guitarras de Alfredo Lagos y Dani de Morón sonarán, junto al baile de Ángeles Gabaldón

Israel Galván amplía las líneas geométricas de su baile y ahora se instala en ‘La Curva’, que mañana lunes día 27 de febrero presenta en el Teatro Villamarta en el marco del XVI Festival de Jerez. El bailaor sevillano refleja en esta propuesta su inquietud por unir dos universos musicales: el flamenco más profundo y la música contemporánea. Entre ambos, también habrá sitio para el silencio y no faltarán las referencias artísticas a Vicente Escudero y Antonio.

En el XVI Festival de Jerez también tiene su espacio propio la guitarra. En esta ocasión, por partida doble: Alfredo Lagos y Dani de Morón suman ’12 Cuerdas’ y su talento para el toque contará con la presencia del baile de Ángeles Gabaldón como artista invitada.

La “inquietud” de Israel Galván ha sido una constante en su carrera artística. Pero, con ‘La Curva’, logra dibujar esa incertidumbre que genera “hacer una obra que uniera dos universos”, como el propio bailaor pone de manifiesto. Esos dos mundos –lo tradicional y lo contemporáneo- están presentados con una referencia clara: el cante de Inés Bacán y el piano de Sylvie Courvoisier. “Ellas me ayudan a poner la banda sonora al taller personal de mi baile”, sostiene Galván. Y, de paso, lo llevan por una especie de viaje que va “desde Lebrija a Nueva York”, con la compañía Bobote, “mi fiel escudero del compás”.

En esa línea que va de un mundo a otro, Israel Galván se siente cómodo. “De repente tres idiomas distintos aprenden a comunicarse”, aclara el bailaor. “Este espectáculo saca al flamenco de su hábitat natural. Tenemos libertad para experimentar en un espacio sin principio ni fin, sin concesiones”, agrega.

En esa “libertad” aparece con un papel predominante el silencio, una de las obsesiones de Galván y presente también en su espectáculo ‘La edad de oro’. De hecho, ‘La Curva’ se presenta como la segunda parte de esta propuesta anterior y “nace de mi familiaridad con el silencio”.

Si en ‘La edad de oro’ se enfrentaba a un cantaor y a un guitarrista. En esta ocasión, “voy hacia lo femenino, con dos mujeres, una muy jonda y otra muy vanguardista. Las dos juntas representan mi idea de mujer artista”, explica. Todo ello con el propósito de responder a la necesidad del bailaor sevillano de “desestructurar los recitales flamencos, donde cante, música y danza están íntimamente ligados”. Al separar cada elemento, lo que busca Galván es “mostrar el silencio que constituyen mi integridad rítmica”.

Al margen de estas consideraciones, ‘La Curva’ es también un homenaje a uno de los ídolos de Israel Galván, Vicente Escudero. El genial Escudero bailó en un local parisino del mismo nombre que el espectáculo y se convierte en una referencia estética. “Hay una dirección curva que tomo partiendo de Escudero hasta llegar a Antonio”, aclara Galván. Es decir, contrapuntos dancísticos que se superponen en este nuevo montaje y subrayan el desprecio de la seguridad (lo recto) para asomarse al precipicio (lo curvo).

        

Biografía

Israel Galván de los Reyes, (Sevilla 1973), hijo de los bailaores sevillanos José Galván y Eugenia de los Reyes, desde los cinco años vive de manera natural los ambientes de tablaos, fiestas y academias de baile a los que acompaña a su padre. Pero no es hasta 1990 cuando encuentra su vocación por el baile. En 1994 entró a formar parte de la recién creada Compañía Andaluza de Danza dirigida por Mario Maya, comenzando una trayectoria imparable jalonada de importantes premios.

En septiembre de 1998 presentó en la X Bienal de Flamenco de Sevilla ‘¡Mira! Los zapatos rojos’, primer espectáculo de su propia compañía, con dirección artística de Pedro G. Romero y escénica de Pepa Gamboa. Este montaje, que supuso una revolución en la concepción de los espectáculos flamencos, le abrió las puertas de los más importantes festivales y teatros de España y Europa.

Su segundo trabajo (‘La metamorfosis’) data del año 2000, de nuevo con Pedro G. Romero y Pepa Gamboa. Una compleja coreografía elaborada a partir de la obra de Kafka que confirmaba, una vez más, la fuerza innovadora y la valentía de este joven bailaor.

Sería en septiembre de 2002, en la XII Bienal de de Sevilla, cuando dio paso a una nueva idea: ‘Galvánicas’. En 2004 vuelve a este certamen para poner en escena ‘Arena’. De la complejidad camina en 2005 hacia la sencillez con ‘La edad de oro’. El año termina con la concesión del Premio Nacional de Danza en la modalidad de Creación, concedido por el Ministerio de Cultura.

En la simplicidad de sus creaciones insiste con ‘Tábula rasa’ (2006). Coreografía para su hermana Pastora (‘La francesa’) y en 2007 ve la luz ‘El final de este estado de cosas’. Tras su paso por el Festival de Avignon en 2010 y el Teatro de la Villa de París, recibe el Gran Premio de Danza 2009-10 que concede el Sindicato de la Crítica francés. A este galardón se suma el Premio Max de las Artes Escénicas 2011 al Mejor Intérprete Masculino de Danza.

Otros ciclos

“En un Festival como éste, vinculado al baile, hemos querido hacer una pincelada”, señala Alfredo Lagos, guitarrista jerezano, que compartirá mañana escenario en Sala Compañía con el también guitarrista Dani de Morón. ’12 Cuerdas’ es el título de un espectáculo –las mismas que suman entre los dos- que contará con la presencia de la bailaora Ángeles Gabaldón como artista invitada.

Tanto Alfredo Alfredo Lagos como Dani de Morón ya han demostrado sus sobradas habilidades tocando para el baile y el cante. Ahora reclaman su sitio en la escena para dar a conocer sus sensibilidades diferentes y sus puntos de confluencia.

 

“Somos diferentes, pero complementarios”, asegura Alfredo Lagos. Entre otras cosas, les une el hecho de proceder de lugares “de raíz flamenca”. “Esa raíz está bastante arraigada, pero luego la cabeza está en el siglo XXI”, explica Lagos.

’12 Cuerdas’ no está concebido como un mano a mano entre dos guitarristas, según aclara Dani de Morón. “Cada uno tiene su forma y su discurso y, entre ambos, hay respeto y admiración”.

Nunca antes habían trabajado juntos y ahora lo hacen por iniciativa de Fernando González-Caballos, artífice de esta propuesta. La experiencia está resultando positiva. “Cada vez es más difícil estar con un compañero y reírse”, apunta Dani de Morón. Y eso ahora le sucede con Alfredo Lagos. A nivel artístico, “nuestra coincidencia está en la diferencia”, sentencia el jerezano.

Abrirá el espectáculo Dani de Morón interpretando temas como ‘Inmigración’, ‘Cambio de sentido’, ‘Morón DF’ o ‘Barrio C’. Alfredo Lagos propone piezas propias como ‘Rondecaña’, ‘Riotinto’, ‘A mi mare’ y ‘Buletango’. Sin embargo, no se trata “de un programa riguroso y cerrado”, coinciden los dos guitarristas. Siempre cabe la posibilidad de establecer pequeñas variaciones en función de la sensibilidad del día.

Dpto Comunicación Festival de Jerez

 

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