Dominique Jègou, el principal responsable del Festival Les Voix du Cante Flamenco, ha convocado una rueda de prensa en Grenoble para el día 22 de noviembre para exponer los graves problemas económicos con que tiene que afrontar la administración si la cita flamenca de Grenoble va a seguir a flote.
Domineque Jègou con El Torta
En el año 2001 este festival, que acaba de celebrar su tercera
edición hace tres semanas escasas, fue el primero en recibir el
apoyo económico de la Unión Europea. Pero como va el dicho,
«demasiado poco demasiado tarde». El ambicioso programa de aquel
año, que abarcaba exposiciones, espectáculos, charlas y
cine en una quincena intensiva, se vio obligado a cancelar la gala de
clausura porque no había dinero para pagar a los numerosos artistas
españoles y extranjeros que figuraban en el cartel – la acordada
subvención no se haría realidad hasta dos meses después
del festival, y era imposible cubrir gastos. Como explica Jègou,
«4500 € en billetes de tren y avión pagados por adelantado
se tiraron a la papelera, y se tuvo que devolver el importe de las localidades
vendidas». Escandaloso, se mire como se mire.
Este año el festival ha podido resurgir gracias a un equipo de
voluntarios y la colaboración de diversas empresas locales y nacionales,
en una versión algo más reducida en extensión, pero
sin escatimar en calidad, y con la participación de los cantaores
Antonio Reyes, Juan Moneo 'El Torta', Fernando Terremoto, Melchora Ortega,
Chaquetón y Ezequiel Benítez, y los tocaores Moraíto,
Pascual de Lorca y Jerónimo Maya además del solista, el
veterano Paco Cepero y su conjunto. Un admirable cartel que logró
congregar a casi cuatro mil personas a lo largo de cuatro días
de actuaciones, exposiciones y talleres intensivos de cante, baile, toque
y percusión. Pero en una conversación durante el transcurso
del festival, Jègou hizo hincapié en que «todo pende
de un hilo muy frágil». Ahora ese hilo parece haberse partido
con el cierre de la cuenta bancaria de la asociación organizadora.
Los problemas del festival de Grenoble reflejan una tendencia preocupante
en el panorama del flamenco actual. Como comentó en Utrera hace
poco el guitarrista Antonio Moya, «cuando hay dinero importante,
llaman a los fusionistas, pero cuando el presupuesto es reducido nos llaman
a nosotros». ¿Y quiénes son «nosotros»? Los
artistas que defienden el flamenco tradicional, «sin trampa ni cartón»
como lo describe Javier Puga, encargado artístico del festival
flamenco de Mont-de-Marsan. Un flamenco básico y de raíz
que puede servir de orientación, tanto para los nuevos valores,
como los aficionados nacionales e internacionales. También Jègou,
que ha pretendido mantener el carácter tradicional del festival,
destacó «si anunciamos baile, volantes y mantones, los teatros
se llenan con facilidad, pero un cantaor y un tocaor, eso cuesta más
a la hora de buscar avalistas». No obstante, en el festival del mes
pasado, los cuatro recitales fueron calurosamente recibidos con repetidas
ovaciones emotivas.