Imaginación y melancolía marcan el acercamiento de Yerbabuena a los estragos de la Guerra Civil

‘Cuando yo era…’, la nueva obra de la granadina clausura el certamen dedicado al baile flamenco y español

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“Hasta dónde podemos llegar a imaginar algo que no hemos vivido”. Es esta profunda reflexión la que inaugura el nuevo trabajo de la bailaora granadina Eva Yerbabuena, que regresa con su compañía después de estrenar hace dos años en el Teatro Villamarta su anterior montaje, ‘Lluvia’. En esta ocasión, la artista nacida en Frankfurt será la encargada de clausurar el XV Festival de Jerez con ‘Cuando yo era…’, un espectáculo que podrá verse mañana sábado 12 de marzo en el coliseo jerezano.

En él la memoria y los recuerdos, reales o ficticios, vuelven a ser ‘leit motiv’ de una obra en la que el simbolismo de un torno de alfarero centra una escena, donde Yerbabuena emerge dispuesta a moldear aquellas conciencias adormecidas partiendo de su fama de “mujer melancólica”.

La última jornada de la muestra jerezana de baile flamenco y danza española se completa con la sesión, a partir del mediodía, del taller ‘Comprende el flamenco. Aprende a distinguir los palos’, impartido por Faustino Núñez en Centro Andaluz de Flamenco (CAF); y con una nueva exhibición, a partir de las siete de la tarde en la Sala Paúl, del taller de coreografía del maestro valenciano Javier Latorre.

 En ‘Cuando yo era…’, Eva Yerbabuena recupera ese aire melancólico y nostálgico que la caracteriza para, bajo el trasfondo de la pérdida de familiares víctimas de la Guerra Civil española, reflexionar una vez más sobre las ausencias, el movimiento y la búsqueda. “Soy una persona en búsqueda continua a través del movimiento, cada vez puedo hablar más moviéndome y menos con la palabra”, ha declarado recientemente a la web 'flamenco-world.com' a propósito de su nuevo espectáculo. “¿Qué ocurrió en realidad?, ¿por qué tuvo que pasar?, ¿qué habría sucedido si todo hubiera sido diferente?”, se plantea Yerbabuena en la escueta sinopsis argumental de una obra que encierra, como suele suceder en sus creaciones, más interrogantes que respuestas.

Para este trabajo, la bailaora y coreógrafa granadina ha vuelto a contar con su equipo habitual, que encabeza la guitarra de Paco Jarana. Precisamente de sus notas arranca la partitura del espectáculo, al que además se incorpora la dirección escénica de Juan Ruesga. En ‘El taller del alfarero’, una de las escenas clave de la producción y con el barro como protagonista y guía del hilo argumental de la propuesta, es donde el director escénico reconoce que Eva “despliega todo su misterio”, dentro de una obra concebida, explica, “como una estructura de círculos concéntricos, donde la bailaora y la pella de barro girando conforman un importante paralelismo visual”.

Números coreográficos

A lo largo de ocho números coreográficos, Yerbabuena imprime en el espectáculo su personal visión de la Guerra Civil en relación con sus sentimientos más íntimos y la superación de la pérdida/ausencia de los seres queridos en confrontación con el alumbramiento de una nueva vida. Sobre el escenario podrá verse una pella de barro girando sobre un torno, que dará vueltas para que la mano moldee la imagen, una imagen que girará y se moverá, a ritmo de serranas, tangos, fandangos, bulerías… En definitiva, entre palos por “donde uno se pierde”, precisó la bailaora ante los medios de comunicación.

Como ha explicado en rueda de prensa su última propuesta “no es fácil” y en ella utiliza dos lenguajes. Uno, el de su baile. El otro lo aporta el barro, un elemento que, a su juicio, “construye y destruye”. “Modelamos el barro como el tiempo nos modela a nosotros”, añadió. Y tiempo y barro van de la mano en ‘Cuando yo era…’, cuando Yerbabuena era una niña y se convirtió en “testigo invisible” de las conversaciones de sus mayores acerca de los duros sucesos acaecidos a su familia durante la Guerra Civil.  De su bisabuela Rosario escuchaba el relato de la pérdida de su marido, mientras su abuelo paterno se distraía con las ocurrencias bélicas del humorista Gila al tiempo que le enseñaba los dos tiros recibidos en la pierna.

“Lo escuchaba como un cuento. Luego, me he dado cuenta de su tragedia. De eso nace el espectáculo”, precisó la bailaora. Y, de paso, rinde un homenaje a sus ancestros: sus bisabuelos maternos y abuelos paternos, víctimas de semejante ignominia.

Reconoció que “hay gente que no necesita mirar atrás”, pero aseguró que, “para mí, el olvido no existe”, puesto que es fundamental en la transmisión de las experiencias y el conocimiento de generación en generación. A Eva Yerbabuena la soledad no le asusta, puesto que “es necesaria, forma parte de nuestra vida”. Ese sentimiento es una constante en todos sus espectáculos, aunque en éste “con mayor intensidad”.

Para la que es ya la octava producción propia al frente de su ballet flamenco, ha vuelto a rodearse de su elenco habitual. Las guitarras de Paco Jarana y Manuel de la Luz, las voces de Pepe de Pura, Jerómo Segura y Moi de Morón, y la percusión de Manuel José Muñoz ‘El Pájaro’ y Raúl Domínguez. El diseño de escenografía corre a cargo de Vicente Palacios, mientras que las luces son de Fernando Martín.

Dpto Comunicación Festival de Jerez

 

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