Ya se han dado a conocer algunos detalles de lo que será la edición nº 20 de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Contará con nuevos espacios escénicos y patrimoniales y pondrá el foco en la participación.
Su director, Antonio Zoido, quiere que la ciudad se transforme para celebrar la que denomina Fiesta de Otoño en Sevilla y por ello plantea numerosas actividades de calle.
Durante el encuentro mantenido esta mañana con los medios en la Casa de Salinas, se han adelantado novedades tales como la clausura, en el Puerto de Sevilla, con Dorantes, y la adaptación del Teatro Alameda a Café Cantante.
Se mantienen además negociaciones con las Casas Palacios sevillanas para incorporarlas como espacios escénicos de la Bienal. La programación completa será presentada en los primeros días de marzo.
La XX Bienal de Flamenco empieza a esbozar sus líneas programáticas. En un encuentro con la prensa, en la Casa Palacio del siglo XVI Casa de Salinas –situada en pleno centro de la ciudad-, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, y el director de la edición 2018 del festival, Antonio Zoido, han reflexionado ante los medios sobre la filosofía y las líneas de programa en las que se vienen trabajando para dar forma a la próxima edición.
La XX Bienal de Flamenco se desarrollará del 6 al 30 de septiembre en pleno pórtico del otoño sevillano. “Para que la Bienal sea la Fiesta de Otoño de Sevilla es necesario que esté llena de actividades en la calle y que en ellas existan opciones transversales para cuantos quieran participar independientemente de su edad, condición o capacidades. Será una Bienal sin fronteras artísticas y lanzada en todas las dimensiones”, ha señalado Zoido.
Para conseguir este objetivo ya se trabaja en la programación de la Bienal, que comenzará el 6 de septiembre con unas jornadas festivas, abiertas y participativas, el sentido de fiesta que la nueva dirección quiere mostrar al mundo. El día 7 de septiembre, la Plaza de Toros de la Maestranza abrirá sus puertas para acoger el espectáculo Arena, del bailaor Israel Galván. Será la inauguración de la Bienal.
Junto a otros espacios escénicos de la ciudad como los Teatros de la Maestranza, Central, Lope de Vega o Alameda, a los que se suman espacios de riqueza patrimonial como el Alcázar o la iglesia de San Luis de los Franceses, inaugurada con motivo de la pasada edición, la Bienal ofrecerá la oportunidad de conocer los trabajos que los artistas flamencos conciben como obras singulares para ser mostradas en este escaparate mundial, referencia única del acontecimiento flamenco, en nuevos escenarios.
En este sentido, se han adelantado numerosas novedades, tales como la clausura de la Bienal por parte de Dorantes, planteada en el Puerto de Sevilla, y la adaptación del Teatro Alameda a Café Cantante, en el que tendrá cabida en las noches sevillanas el flamenco más ortodoxo y el de vanguardia. Además, se ha anunciado el mantenimiento de negociaciones con las Casas Palacios sevillanas, tales como la Casa Salinas, lugar elegido para esta presentación, con el objetivo de incorporarlas como espacios escénicos de la Bienal. A este respecto, el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, ha comentado que se pretende que estos edificios, de excepcional valor patrimonial, queden incorporados como espacios escénicos de la Bienal.
“La Bienal ha forjado en sus sucesivas ediciones un arquetipo, otro de los muchos que la ciudad ha producido a lo largo de su historia”, ha señalado Zoido, a lo que ha añadido que “estos cánones han sido adoptados por otras muchos acontecimientos que, con características similares, han ido apareciendo no sólo en Andalucía y en España sino en todo el mundo. Hoy es una realidad palmaria que el flamenco ha “colonizado” -en el sentido grecolatino del término- ciudades de los cinco continentes siguiendo las pautas trazadas por la Bienal. Ese ha sido el proceso que hemos vivido activamente y con el que hemos llegado a su vigésima edición”.
La XX edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla continuará siendo así el acontecimiento que ya es desde hace tiempo: buscará la misma excelencia en presentar el corpus clásico del flamenco que cuanto de innovador se haya producido desde la edición anterior. Al mismo tiempo, prestará atención a que, como sucede en la primavera, la ciudad se transforme en cierto sentido, que aparezca distinta a los de dentro y los de fuera, continuando así la línea que le forjó un nombre en Europa desde mediados del siglo XIX, distinguiendo sus cuatro estaciones, han coincidido el director del festival y el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo.
Por todo ello, Zoido ha concluido con esta reflexión: “Esto no sería real si, como sucede en las fiestas de primavera, no se buscara llegar a una fiesta total, participativa, hecha para todos y, para ello, además de la programación oficial del acontecimiento habrá otra que ofrezca la posibilidad de engarzar con la Bienal a toda la ciudadanía sin distinciones”.
La programación de la XX Bienal de Flamenco y su imagen gráfica 2018, en la que trabaja el artista multidisciplinar Pedro G. Romero, serán presentadas en el mes de marzo.