Abril-Mayo, 2008. Jerez de la Frontera
Las salas de exposiciones del Centro Andaluz de Flamenco se visten de vida con las acuarelas de Antonio Valentín. Sus veinte retratos, realizados a otras tantas figuras señeras del flamenco están revestidos con la hondura de los grandes acontecimientos, con la autenticidad que brinda el retratar no sólo a una persona sino también su personalidad.
Cada paleta que utiliza Antonio Valentín se ajusta al carácter de aquel que posa, convirtiendo esta exposición en un recorrido en el que se plasma toda la fuerza del duende. El gesto, la expresión, la postura, las miradas, el porte, dibujan los caminos del arte jondo que cada uno de los personajes de la exposición ha seguido, y que confluyen en un único camino común: el del peso de una herencia cultural que, desde Andalucía, se extiende por el mundo. El corazón de Andalucía hace fluir el arte a los rincones más remotos; y el calor de esta sangre, de esta vida, fluye también en los retratos de Antonio Valentín, todo un hallazgo artístico que ahora nutre las paredes del Centro Andaluz de Flamenco.
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