El ciclo F on Fire, la antesala de Flamenco On Fire, se desarrolló el viernes 12 de agosto en las Ruinas de San Pedro y el balcón del ayuntamiento de Viana con éxito absoluto de público. Por primera vez desde hace dos años, el cante y la guitarra regresaron a los espacios monumentales de la comunidad de Navarra sin aforos reducidos y sin restricciones.
Lo hizo, en primer lugar, desde el balcón del ayuntamiento, a las 13 horas, la voz lírica y honda de Sandra Carrasco, onubense plagada de matices que cantó, nana, malagueñas y abandolao y, para terminar, cantes de su tierra que cayeron como una miel pesada y honda. El toque de Joni Jiménez, de Cascorro, es clásico. La fachada data del siglo XVII y juntos, guitarra, garganta e historia frente a los asistentes, crearon la simbiosis que busca esta novena edición del festival: reflexionar qué canta el cante y, entre tanto, contar la tierra desde su carácter monumental.
En esa misma línea, con el cartel de todo vendido pocas horas antes de comenzar el espectáculo, la expresión del arte continuó en las Ruinas de San Pedro, donde tuvo lugar el espectáculo de producción propia del festival, “Voces”, una de las propuestas que sintetiza la idea de acercar la lírica flamenca a todos los oídos. La guitarra de Joni Jiménez abrió en solitario por tarantas y cerró con una pausada y flamenquísima solea, dando paso a Sandra Carrasco que, sin correr y con mucha dirección como es habitual, volvió a deleitar al público por levante, malagueña, seguiriyas y por su tierra natal, Huelva, abriendo con su actuación la caja de pandora de la que salieron sensibilidades y texturas de terciopelo que siempre han caracterizado a esta artista. Dejó al público en píe, en bandeja, para ceder el testigo a La Fabi, fuerza, raza y exquisito hacer. Alegrías y unas largas bulerías, de píe y con baile, pusieron de manifestó la madurez y el excelente momento artístico de la jerezana que, afortunadamente, parece no tener fin y que la sitúa en un olimpo de difícil acceso. Fue precisamente ella la que llamó a Alba Heredia. Taranto rematado por tangos. El público tuvo que girarse para recibir a la bailaora que salió de entre las ruinas de este majestuoso enclave, iluminada por la luna llena, bailó hasta el escenario en dónde demostró por qué es una de las jóvenes bailaoras que han venido para quedarse. El fin de fiesta fue la guinda, bulerías, La Fabi y Alba, y una Sandra que salió por un costado del escenario para cantar a La Fabi y a Alba. Amalgama de arte. Mención especial: Joni Jiménez, el madrileño está maduro, soberbio toda la noche, solo y acompañando. Testigo de todo lo anterior: Antonio Losada, a la percusión y que llenó de ritmo y compas las ruinas de San Pedro. Excelente jornada, preludio de lo que podremos ver cuando arranque la novena edición de Flamenco on Fire.
Puede consultar la programación al completo y encontrar más información en la página web flamencoonfire.org
Debe estar conectado para enviar un comentario.