1929-2007
|
Autor de varios libros fundamentales para el flamenco, más notablemente “Art of Flamenco” y “Lives and Legends of Flamenco”, ambos traducidos a varios idiomas, Pohren fue concedido el título de flamencólogo por la Cátedra de Flamencología de Jerez. “Art of Flamenco” se publicó poco antes del mítico “Mundo y Formas del Flamenco” de Antonio Mairena y Ricardo Molina, pero la obra de Pohren ha superado la prueba del tiempo bastante mejor, habiendo sido reeditado en varias ocasiones, más recientemente, hace dos años. En la década de los cincuenta, Pohren, que se encontraba trabajando cerca de Morón de la Frontera, y que ya tenía formación en la guitarra flamenca, descubrió el que llegaría a ser personaje fundamental en su vida: el tocaor moronense (nacido en Arriate), Diego Amaya Flores, “Diego del Gastor” (1908-1973). Su admiración por Diego quedó plasmada en varias publicaciones, escritas con un estilo abierto y ameno, que provocaron un auténtico peregrinaje de jóvenes aficionados extranjeros al pequeño pueblo de Morón de la Frontera donde Pohren había abierto una especie de centro que proporcionaba alojamiento y clases de guitarra y baile además de frecuentes fiestas con artistas de Morón, Utrera, Lebrija, Alcalá y otros lugares señeros para el flamenco. Personajes de Morón como Diego del Gastor o Joselero de Morón, además de Fernanda de Utrera, Anzonini del Puerto o Miguel Funi entre muchos otros amenizaban las veladas organizadas por Pohren para sus huéspedes. Hoy en día cientos de norteamericanos siguen buscando el ideal dibujado por Don Pohren de un tipo de flamenco no comercializado. El popular grupo Son de la Frontera, compuesto de jóvenes descendientes de Diego del Gastor bajo la dirección de Raúl Rodríguez, ha logrado diseminar la esencia de la música del moronense adoptivo que cautivó a Don Pohren hace medio siglo. Más información:
|
El lunes por la tarde, una época llegó a su conclusión. Don E. Pohren, estadounidense de 78 años, el que queriendo o sin querer fue el guru absoluto del flamenco para incontables norteamericanos y otros no españoles, falleció en su casa en Madrid después de una larga enfermedad.
