Despedida de una leyenda. Antonio Gades. 1936-2004

El mundo del flamenco y de la danza está conmocionado ante la noticia de la muerte del legendario bailaor, bailarín y coreógrafo alicantino Antonio Esteve Ródenas, «Antonio Gades» en Madrid a la edad de 67 años.

Hace tiempo que el bailaor padecía la enfermedad con la que dejó de luchar la tarde de martes, 20 de julio – debido a su delicada salud no pudo asistir en 2003 al Festival de Cante de las Minas de la Unión donde fue la figura homenajeada – y la desaparición de este artista marca la clausura de una época dorada cuando no había comodidades ni subvenciones para los jóvenes artistas y el éxito se conseguía a base de mucho trabajo, cosa que nunca asustaba a Antonio Gades. Difícilmente habrá otro con tanta dedicación y tanto talento.

El bailaor granadino Manolete nos ha afirmado que “dio todo por el arte, y con tres o cuatro grandes coreografías que ha hecho dio la vuelta al mundo”. El hermano de Manolete, el desaparecido tocaor Juan Maya ‘Marote’ estuvo trabajando con Gades ocho años y una estrecha amistad les unía. En 2001 Marote contó esta anécdota: “Antonio Gades fue muy estudioso, ha llegado hasta donde ha llegado porque lo ha merecido. Me acuerdo una vez estando en Madrid, a las tres de la mañana, con mi hermano Manolete, con el Güito, mi primo Mario Maya, y pasaba Antonio Gades con el coche que
tenía, que era un seiscientos, y dice Antonio ‘¡mira de donde vengo!’ Sacaba la camisa de la ventanilla y la estrujaba y salía agua… de estudiar… ¡a las tres de la mañana!
Y ha llegado a ser el bailaor más largo de España”.

“Dio todo por el arte”

Manolete

Lo descubrió y apadrinó Pilar López, treinta años mayor que él, cuando Gades tenía 16. Hoy Doña Pilar se encontraba muy afectada por la muerte de su protegido al que hace más de medio siglo dio nombre artístico y una manera elegante y digna de entender el baile.

La intervención de Gades en 1963 en la película “Los Tarantos” junto a Carmen Amaya, donde interpreta una inolvidable
farruca en las calles de Barcelona, le dio a conocer mundialmente y muchos jóvenes bailaores empezaron a adoptar su línea y sus maneras. Pablo Picasso y Joan Miró fueron grandes admiradores suyos.

Entonces su carrera tomó otro rumbo y Antonio Gades llevó su arte a los grandes teatros y festivales del mundo acaparando premios y galardones importantes y llevando su baile al cine con las obras del director Carlos Saura con «Bodas de Sangre» (1981), «Carmen» (1983) y «El Amor Brujo» (1985) . Después vendrían las grandes obras, destacándose Fuenteovejuna, obra perfecta y compacta cuyo éxito consolidó la fama de Gades como coreógrafo.


Antonio Gades con Cristina Hoyos

En 1978 Antonio Gades fue el primer director del Ballet Nacional de España. En una entrevista que apareció en el periódico El País hace dos años Gades explicó que quería hacer algo con las tradiciones, coger su esencia y convertirlas en algo más.

Su última voluntad fue la creación de una fundación dedicada al apoyo de la danza española.

Estela Zatania

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