Antonio Parra
Con este disco Curro Piñana culmina una trilogía dedicada a las tres culturas que poblaron y convivieron en la península Ibérica.
Ha grabado en clave flamenca poemas procedentes de la poesía cultuta que inicialmente no estaban pesandos para ser cantados. Comenzó la serie con “De lo humano y lo divino” (1998), basado en poemas del místico sufí Ibn Arabí (siglo XII), seguido por trababajos protagonizados por la tradición cristina, “Misa Flamencia” (2007) con poemas de San Juan de la Cruz y “Saetas” (2007). El cantaor cartagenero es la quinta generación dedicada al flamenco, con Antonio Piñana Segado (1913-1989) como el gran maestro, entre sus últimos discos destaca la extraordinaria “Antología del Cante Minero” (2011) un trabajo monumental y magistral donde reúne los diversos estilos de los “Cantes de Levante” que su abuelo magistralmente dejó ya plasmados a lo largo de su extensa discografía. Ahora, completa la trilogía con la grabación dedicada a la cultura judía en la que Ibn Gabirol (Málaga, 1021 – Valencia, 1058) –el gran mísitico sefardí– es el protagonista, y donde vuelve a contar con Antonio Parra para la adaptación literaria; le acompañan a la guirra dos de sus hermanos Antonio y Carlos. Los versos los ha cantando en un amplio registro de palos encontrando el alma flamenca de cada verso con acierto: por fandangos, tarantos, tientos, soléas, malgueñas, bamberas, fandangos naturales, cartageneras, bulerías y tonás. Piñana ha sabido con inteligencia, talento y sensibilidad interpretar los versos para un trabajo único. Un disco muy emocionante de la mano de uno de los artistas flamencos más destacados tanto por herencia como por el trabajo que ha desarrollado en su carrera.
De Oriente a Occidente, una obra monumental.
Algunos cantaores han adaptado temas de la poesía llamada culta, así como pasajes del Cántico Espiritual y otras composiciones de San Juan de la Cruz. Sin embargo, nunca hasta
hoy un cantaor había abordado la gigantesca tarea de adaptar poemas procedentes de las tres grandes religiones del Libro, todas ellas surgidas en un estrecho territorio geográfico, pero expandidas luego por todo el mundo: la judía, la cristiana y la islámica.
Esa es la tarea enorme que hace ya más de una década se propuso el cantaor cartagenero Curro Piñana, y que culmina ahora con este disco que el lector tiene en sus manos. Una grabación dedicada a la cultura judía y, especialmente, a Ibn Gabirol, el gran místico judío sefardí (es decir, español), como antes lo estuvo a otro español (andalusí), el llamado por los musulmanes “Maestro Máximo”: Ibn Arabí, nacido en la Murcia islámica del siglo XII.
La tarea se ha ido completando estos años con la adaptación de poemas del divino poeta Juan de Yepes (San Juan de la Cruz) y con la grabación de una misa flamenca de gran calidad, así como con un disco de saetas con un recorrido extensísimo por esta familia de cantes.
Ibn Gabirol
Selomoh ben Yehudah ibn Gabirol fue un filósofo y poeta nacido en Málaga hacia 1021 y muerto en Valencia hacia 1058. A pesar de su temprana muerte, tuvo una vida intensa y azarosa y dejó una gigantesca obra tanto en el campo de la lírica como del pensamiento, influyendo mucho tras su muerte en escritores de la España islámica, en la que vivió, como entre los pensadores cristianos posteriores, especialmente entre los franciscanos. En términos generales los especialistas lo celebran hoy como uno de los genios literarios y filosóficos de la Edad Media española, en ese cruce de caminos religiosos y de culturas que fue la península ibérica entonces.
Entre su obra lírica destaca la poesía religiosa, como el Meter Malkut (Corona del reino). En su poesía, entre otras muchas, destaca la composición “El alma lastimada”, objeto de este disco. Como filósofo neoplatónico adquirió celebridad con La fuente de la vida (Fons Vital), escrita originalmente en lengua árabe (y en forma de diálogo) y como moralista tuvo notoriedad La corrección de los caracteres.
El disco
La bella composición “El alma lastimada”, que da nombre a esta grabación de Curro Piñana es, lógicamente, el eje central de la poesía de Gabirol aquí recogida. Se muestra en esos versos el dualismo neoplatónico que hizo suyo el poeta y filósofo malagueño.
Su obra poética no sólo adoptó el tono filosófico, religioso, elegíaco o de queja social o amorosa, sino que frecuentó la mayoría de géneros de moda en su época, incluyendo el panegírico.
Igualmente hemos querido mostrar aquí su poesía más vitalista, más de celebración del amor, del vino, de la vida, su poesía báquica, como la composición chispeante “Llévame a los viñedos”.
Todos los poemas de Ibn Gabirol han sido adaptados a partir de la traducción del original de Angel Sáenz-Badillos (“El alma lastimada”, Córdoba, 1992). Pero el disco, aun teniendo a Ibn Gabirol como centro del mismo, no está dedicado sólo a él, de ahí el añadido “y otros poemas” del título, y aborda en su conjunto a la cultura lírica judía.
Los romances medievales son otra fuente riquísima para adentrarse en el alma sefardí. Han sido adaptados algunos muy populares, como El Conde Olinos. También se han adaptado el nostálgico “El prisionero”, “Las tres cautivas” o el lleno de picardía “Tres hermanas”. Dentro del ámbito de los romances y letras populares se incluye también “Monte Sinaí”, en este caso en relación con el culto y la fe propia del judaísmo.
Finalmente, el disco se completa con dos composiciones ad hoc, escritas pues para la ocasión por quien esto firma. La primera evoca en pocos versos la expulsión de los judíos de Sefarad, su gran dolor. Este tema se llama “Ay, Sefarad”. El otro es “Hanukkah”, con el asesoramiento documental de la medievalista María Martínez, profesora de la Universidad de Murcia.
Este es el segundo disco de Curro Piñana para el que hago la adaptación literaria, por lo que siento el legítimo orgullo de haber participado de forma amplia en esta trilogía que hoy culmina el cantaor cartagenero sobre las grandes religiones del Libro. Ya, hace más de 15 años, di a conocer a Piñana la obra de Ibn Arabí y adapté varios de sus poemas, recogidos en el disco al que ya he hecho alusión antes. Mi relación, a un tiempo, con el flamenco y con la filosofía de las religiones, facilitó la labor.
Sin embargo, esa labor primera no hubiese sido posible sin alguien con tanto talento y conocimientos como Curro, cuya voz, rica en registros y potentísima, acepta todo reto; su dominio amplísimo de los cantes, su formación musical y su inteligencia hacen el resto. En cuanto se le entregan, hace los temas paradigmáticamente suyos, los crea y los recrea continuamente en una sorprendente capacidad de demiurgo creador. En cada actuación, aunque el palo siga siendo el mismo, es al mismo tiempo otro, casi otra melodía en el constante estado germinal al que Curro somete los cantes. En fin, aquí tiene el buen aficionado a la buena música otra joya piñanista. Un cantaor todavía joven y con un creciente prestigio mundial. Pasen, escuchen y `vean´. Toquen y crean.