Carta abierta de Antonio Canales.

La redacción de Deflamenco ha recibido el siguiente texto de Antonio Canales, referido al nombramiento de la bailarina Cristina Hoyos como directora de la 'Compañía Andaluza de Danza'.

LA DANZA…

Quiero
felicitar a la bailarina Cristina Hoyos, con motivo de su reciente nombramiento
como directora de la «Compañía Andaluza de Danza».
Creo que es una señora lo sobradamente cualificada para ejecutar,
con magnífica solvencia, dicha responsabilidad. Su trayectoria
artística avala y ratifica en demasía este plebiscito.

Sus trabajos efectuados, «Pro y para la Danza», son más
que un modelo de compromiso, perseverancia y profesionalidad. Con lo cual
el fallo es correctísimo y no hay nada que objetar.

Pero sí quisiera expresarle, con todos mis respetos, a la nueva
directora; con motivo de sus últimas declaraciones en prensa. Que
la «Compañía Andaluza de Danza» no es sólo
un gremio compuesto por flamencos. Debo recordar que dentro de nuestros
enraizados territorios, preexiste un folklore y unas tradiciones muy arraigadas.
Una Danza Española, una escuela bolera y tantas otras modalidades
más que confortan nuestra idiosincrasia Andaluza y Española.

Espero que el trabajo que se forje, en esta tan noble compañía
que nos representa, no se limite a potenciar, sólo, el triunfo
del flamenco. Hay otras muchas disciplinas que requieren sustento y desarrollo
con premura, para que se unifique toda la amplia gama de bailes y danzas
de los que disponen nuestras eternas heredades.

Asimismo
habría que apuntar, que no es ecuánime la decisión
de que el elenco de su entidad privada pase a formar parte de la compañía
andaluza, de forma directa. Esto no es un buen criterio, existe democracia.
Por lo que se deben convocar audiciones para ocupar esos puestos. Con
un tribunal capacitado y responsable.

Los triunfos, los aplausos, y las victorias, no tendrían ningún
sentido si no existieran las capitulaciones. Cuantas obras de arte, incomprendidas,
fueron el verdugo de su propio forjador para más tarde encumbrar
al artista en lo más alto.

El fin que se debe perseguir en el arte glorioso de la danza es la necesidad
de expresión. Para mercadear con él ya tenemos compañías,
varias, que se encargan de ello. Y copan con sus famosísimas y
jóvenes estrellas el panorama actual. Rivalizar con ellas es dar
punta pies contra un duro aguijón.

Antonio canales «Bailarin»

 

 

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