El Ballet Nacional volvió a la ‘Catedral del Cante’ con gran entusiasmo, que se percibió desde el inicio. 14 años después de su última aparición en el Festival Internacional del Cante de las Minas, ahora bajo la dirección de Rubén Olmo, más de 30 bailarines deslumbraron en el escenario de La Unión.
Bajo la oscuridad, los quejíos del cante acompañaron al cuerpo masculino del Ballet, cuyos taconeos resonaron en una ‘Catedral del Cante’ repleta. Así comenzaron las ‘Estampas Flamencas’.
La noche comenzó con el martinete, destacando los movimientos elegantes y figuras corporales. Dos solistas brillaron con un zorongo de Enrique Bermúdez, coreografiado por Miguel Ángel Corbacho, al igual que la pieza inicial. Los caracoles llenaron el escenario de mantones y batas de cola, en una coreografía dinámica y colorida bajo la dirección de Olmo. Una seguiriya silenció al público, y Olmo añadió un toque personal con un taranto, homenajeando a su maestro Manolo Marín. Su actuación recibió una gran ovación.
“Estamos en uno de los mejores festivales de flamenco y hay muchos nervios”, confesó Olmo antes del espectáculo, aunque no se notaron. Esta suite clásica gira en torno a Antonio El Bailarín, destacando su dificultad y alejándose de la vanguardia actual.
Tras la actuación de Olmo, el «Almoraima» de Paco de Lucía reunió a todos los bailarines en el escenario. Olmo invitó al presidente de la Fundación Cante de las Minas, Joaquín Zapata, y al director del Festival, Julio García Cegarra, a un fin de fiesta lleno de emoción. “El Ballet Nacional vuelve a su hogar”, declaró Zapata.
El Ballet en la ‘Avenida del Flamenco’
Después de la gala, el cuerpo de baile salió de la ‘Catedral del Cante’ por la puerta principal, pasando por la Plaza Joaquín Costa, para inaugurar una placa en la ‘Avenida del Flamenco’. “Estamos emocionados de estar aquí, celebrando 45 años de Ballet”, dijo Olmo, dedicando el acto a artistas pasados y presentes. Sorprendieron con una actuación improvisada frente al Mercado Público, entregándose al baile y a La Unión.
Una ‘madrugá’ con arte local
El Restaurante Stromboli fue el escenario final de la cuarta jornada de la 63ª edición del Festival Internacional del Cante de las Minas, con otro lleno completo para una ‘madrugá’ con fuerte arraigo local. El cantaor José Antonio Chacón, acompañado por el guitarrista Pablo Barrionuevo, la bailaora Mamen Baños y el percusionista Alejandro Solano, ofrecieron un gran espectáculo. El público respondió con entusiasmo, aplaudiendo tangos, farrucas y alegrías.
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