QUIJOTE DE LOS SUEÑOS se publicará el próximo 11 de octubre, un ejemplo de inspiración, pureza y renovación en el flamenco.
El 11 de octubre de 2011, Arcángel publica su nuevo álbum Quijote de los sueños. Es el cuarto de su carrera y el cantaor lo define como «un disco variado con muchos frentes abiertos, con calidad en los textos, aportando conceptos nuevos… Es la pretensión: pureza y renovación. Indagar melodías dentro del flamenco con un aire fresco». Considerado como uno de los grandes intérpretes, autores e innovadores del flamenco actual, Arcángel ha grabado un álbum de gran altura artística, enraizado en la tradición pero con un espíritu absolutamente contemporáneo. «Las modificaciones de las estructuras tienen que ser desde la base», afirma. «En los últimos 40 años, el flamenco ha sufrido un cambio tremendo y los espectáculos tienen que competir con otras ofertas musicales. La gente se ha puesto las pilas, aunque a veces hemos adoptado cosas que no nos iban tan bien. Ahora, tras el boom, el flamenco quiere evolucionar desde la raiz, de manera más sólida». Cuando se escucha Pa’ qué tanto discutir, el tema que abre Quijote de los sueños, estas palabras cobran sentido. Son unos tangos de enorme preciosismo con música de Arcángel y Dorantes y letra de José Luis Ortiz Nuevo («La pureza es un consuelo, una raya en la memoria; para qué tanto discutir de lo antiguo y lo moderno, y de lo que está por venir»), envuelta en unos magníficos arreglos de Dorantes, que también se sienta al piano, y con las guitarras de Daniel Méndez y Miguel Ángel Cortés, que recorren casi todo el álbum. «Queríamos acercarnos un poco a la gente joven. Tengo suerte con los músicos porque son los que me acompañan en directo. Nos conocemos perfectamente y es una ventaja porque cuando se crea a veces aparecen las sensaciones de miedo al enseñarlo y la confianza con ellos limita esto. Y luego podemos transmitirlo en directo», asegura Arcángel, que ha conseguido un tema de gran elegancia, con transiciones que mezclan la música contemporánea, el pianismo jazzy con ecos de Keith Jarrett y un excepcional balance rítmico sin perder nunca la esencia flamenca. Un magnífico comienzo de disco, toda una declaración de intenciones que continúa con el tema que le da título, Quijote de los sueños, unos fandangos de Huelva dedicados a Paco Toronjo con letra de Juan Cobos Wilkins («Filosofía y amor, amor y filosofía, nadie trenzó como tú la pena con la alegría») y música de Arcángel. Con una instrumentación más sucinta (guitarras de Cortés y Méndez y percusión de Agustín Diassera) es el reflejo del dominio de Arcángel del cante de su tierra y de sus ancestros alosneros. Después llega Alas y olas («El mar invisible guarda la rebeldía y los sueños. La libertad siempre a flote de los que no tienen dueño»), unas alegrías con letra de Cobos Wilkins y música de Arcángel (el tándem compositor que predomina en el disco) también de enorme delicadeza y sutilidad, sonando nuevo sin cortar la raíz. «Muchas veces, el flamenco suena nuevo por la instrumentación más que por las melodías y yo he querido transformar a partir de la esencia», afirma Arcángel. «En el álbum, la mayoría de la música es mía y la mayor parte de las letras de Juan Cobos Wilkins. Es un paisano, conozco su obra y me gusta como escribe. Lenguaje popular y texto con contenido, con muchos versos asonantes. Un reto. Era la oportunidad de cantar textos con un contenido sustancial, casi poemas a medida». Alguna letra del disco es popular, como la de Vivo por recordarte («En qué soledad me encuentro, que vivo por recordarte sin estar en tu recuerdo»), una soleá vertical acompañada por la guitarra de Miguel Ángel Cortés, mientras en Tu voz es mi voz («Hasta las manillas del reloj se detuvieron al instante, cuando yo te conocí, el tiempo iba marcando los silencios») la letra es de Antonio Orozco, que comparte la música con Arcángel. Los dos interpretan a dúo un tema a medio camino entre tango y rumba con la instrumentación más sofisticadamente pop de todo el álbum, incluyendo metales, programación… Después, Cuando se dice te quiero («Dicen que el que guarda halla y no entiendo esa razón. Yo sé que el que lo inventó, buscando andaba en vivas llamas los besos que se guardó») retoma los fandangos con letra de Manuel Correa y de nuevo Arcángel a solas con la guitarra de Cortés, para dar paso a Amor mío («Nada me pudo parar. Me dijiste ven a verme y caminé sobre el mar»), bulerías por derecho con letra de Cobos Wilkins y música de Arcángel, que también muestra su solidez con los cantes festeros. Y en la recta final del álbum, la sorprendente Los dulces peligros de la música («Hay músicas que llegan de repente y nos asaltan; pulverizan la inesperada rutina, incendian la quietud y un instante») con el piano, arreglos y música de Jesús Cayuela en unos fandangos de Huelva con violín y cello absolutamente renovadores, casi de cámara, que da paso a No consigo («No consigo amarle sobre todas las cosas. No más, mucho más, que a mi abuelo») con letra de Cobos Wilkins y música de Isidro Muñoz para cerrar un álbum de enorme calado que une frescura y densidad, raíz y modernidad, sencillez y preciosismo artesanal, todo envuelto por la voz de Arcángel en su cima expresiva. «Creo que uno tiene una concepcion general de lo que quiere conseguir: hacer una buena producción, aportar nuevas cosas y mejorar lo hecho antes, dar un paso adelante…. Quería mostrarme yo. A veces he tenido dudas pero finalmente las hemos superado», dice Arcángel del disco. «He conseguido salvar muchos miedos, afrontar cosas que me asustan pero que me ilusionan. Quiero enseñar mi música, ser un músico diferente que disfruta con lo que hace e intenta superarse cada día. Ser más yo que nunca». Es lo nuevo de uno de los grandes de la escena del flamenco contemporáneo, de un artista de gran personalidad y creatividad que ha respirado hondo desde la cuna. Arcángel nació en Huelva en 1977 y a los diez años ganó el primer premio en el concurso infantil de fandangos de la peña La Orden, que repitió en las dos ediciones siguientes. Un año después ya cantaba en la compañía de Niño de Pura y José Joaquín, para continuar con artistas como Jesús Cayuela, José Roca, Mario Maya o Manuel Soler. Tras causar impresión en la 10ª Bienal de Sevilla, muy pronto Arcángel se convirtió en cantaor imprescindible para figuras como Eva Yerbabuena, Javier Barón e Israel Galván, colaborando con músicos de otros géneros en Cus-Cus Flamenco (2001) junto a Segundo Falcón y la Orquesta Chekkara de Tetuán. En 2001 publicó su primer disco como solista, ganando el Premio Andalucía Joven 2002, el Premio Nacional Flamenco Activo de Huelva, el Giraldillo en la Bienal 2002 y la Venencia Flamenca del Festival Flamenco Mistela. Su inquietud artística le llevó a colaborar con el compositor contemporáneo Mauricio Sotelo en Cantes antiguos (estrenado en Amsterdam en 2003) y Sonetos del amor oscuro, mientras siguió cosechando reconocimientos como el trofeo de la Peña El Taranto. En 2004 publicó su segundo álbum, La calle perdía, junto al guitarrista Juan Carlos Romero y en 2006 lanzó Ropavieja, producido por Isidro Muñoz. Ahora, el 11 de octubre de 2011, Arcángel publica Quijote de los sueños, un álbum apegado a la tradición que mira al futuro, que abre caminos, que es un ejemplo de solidez y congruencia artística. Un disco que Arcángel ofrece en madurez, con el alma como garantía y, una vez dejada la inspiración en el empeño, con una promesa: «Lo que sí aseguro es capacidad de compromiso con el arte, con el trabajo y no tener miedo».
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