Periodista, crítico flamenco
Alfredo Grimaldos ha sido uno de los críticos flamencos más rigurosos que he conocido, coincidimos durante muchos años en las páginas del diario El Mundo en un momento en el que soplaban fuerte los aires del nuevo flamenco. Alfredo pensaba que el flamenco no tiene apellidos y nunca disimuló su gusto por el flamenco clásico y su admiración por Antonio Mairena. En el año 2006 reflexionaba sobre el oficio de escribir sobre flamenco: “desde un periódico se debe realizar la labor más constructiva posible, a caballo entre la pura información, la divulgación y la crítica”. No estaba de acuerdo “con el periodismo de exaltación que se practica actualmente” y así Alfredo calificaba los discos de flamenco con un criterio tan riguroso como historicista (valoraba los discos según su aportación a la historia del flamenco). Por eso sus críticas jamás regalaban una estrella, ni a las figuras contrastadas ni a las emergentes. Eso contrastaba con las valoraciones de la música pop cuyo criterio, en el mejor de los casos, alcanza a la semana o al mes en curso. Grimaldos jugaba con desventaja frente a otros comentaristas musicales que valorábamos los discos con más ligereza. Se plantearon situaciones límite en la redacción de la desaparecida revista Metropoli ¿Quién hace la crítica del “Omega” de Morente? En la redacción se llegó a pensar en una novedad, el mismo disco valorado por dos críticos diferentes. Finalmente Alfredo declinó escribir sobre el disco.
En las distancias cortas Alfredo era muy cordial. La noche que le concedieron el premio a la mejor cobertura periodística del año 2011 en los galardones “Flamenco Hoy” organizados por Alfonso Eduardo, vivía una sensación agridulce, por un lado el reconocimiento a su labor y por otro el hecho de que había dejado de colaborar con el Mundo.
Esa noche Alfredo contaba la visita que le hizo a don Antonio Mairena en su casa como un acontecimiento, era uno de los fundadores de la revista Cabal de la que fue director entre 1982 y 1985. La parte amarga era el desdén que había recibido por parte del periódico en el que había ejercido de crítico desde 1989. Otro de los premiados de la noche fue el festival flamenco de Caja Madrid que había caído fulminado por la crisis de las cajas de ahorros.
Nacido en 1956 y licenciado en Periodismo por la universidad complutense además de su labor en el flamenco Grimaldos ha desarrollado el trabajo de periodista de investigación, ha publicado entre otros libros “la sombra de Franco en la Transición”, “La CIA en España”, “Zaplana, el brazo incorrupto del PP”, “La Iglesia en España” (1977/2008) y “La Lidere S.A.”.
En el terreno flamenco publicó “Luis el de la Pica. El duende taciturno” (El flamenco Vive) “Flamencos en el ferrocarril” (2017). Ofreció algunas conferencias junto al cantaor conocido como Niño de Elche y además era un gran aficionado al tango. Quizás el libro que mejor le representa es “Historia social del Flamenco” (Península, 2010) en el que repasa el compromiso social de varias generaciones de flamencos a través de las experiencias y testimonios vividos junto a los artistas. Siempre decía que los periodistas que nos dedicamos al flamenco teníamos la suerte de poder charlar con los mejores artistas tomando un vino, mientras que eso era algo que no solía ocurrir en la música pop.