Isaac Rodriguez
Puro Jerez
Juana la del Pipa & |
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Segundo jueves del ciclo “Pinceladas Flamencas” en el Villa Rosa, con un cartel tan atractivo como inusual para los verdaderos aficionados de Madrid, que allí acudieron en masa, con puntualidad y con glotonería de buen cante. Como si estuviera pregonando las pipas de girasol que vendieran sus mayores, se arrancó Juana por martinete casi sin dejarnos respirar. Un cante breve, intenso y arrebatador que puso ya las cartas sobre la mesa de una voz que no puede ser más flamenca y más cabal. Acompañada por la guitarra de Curro Carrasco, el de Navajita, prosiguió con unas bulerías por soleá que son marca de la casa y de la tierra, jerezanas cien por cien, en el compás y en los melismas, porque también hay miel en su voz quebrada. Tras una fervorosa ovación, nos regaló un par de letras por fandangos de quejumbrosa factura, cabales y recortaos, de odre, de bota, de cantimplora: “Pero quererte yo no. No quiero que tú me quieras, pero quererte yo no. Quisiera que te murieras y aluego morirme yo. Yo no sé lo que quisiera”. Y ya con el grupo en pleno, hizo la del Pipa unos sentidos y sabrosísimos tangos, “los tangos más bonitos de los últimos cincuenta años”, al decir pregonero de un ardoroso espectador. Tan grande fue su entrega en estos cantes, que se tomó un respiro. Y, sobre todo, para que se lucieran en ratito las tres Viejas de Jerez que, para la ocasión, la acompañaban con su compás y sus perfiles jerezanos (no caigo en la golosa tentación de describir su admirable estampa, más propia de una escena de Estébanez Calderón o una lámina de Fernando el de Triana que de estos tiempos del Euribor y la Wii. Mejor véanse las fotografías). Sólo por dar un brochazo, se me antoja destacar, de sus festivas pinceladas, unas bulerías –de Jerez, por supuesto– a cargo de “la Chata”, la del pañolón blanco. Salió de nuevo, y de rojo, doña Juana, para rematar la noche con una tanda de bulerías, jerezanas, claro está, que no sé si duraron tres minutos, treinta y cinco o todo un mes, pero que se nos hizo tan corto… No está mal, cuando está bien, esto de las fusiones y las nuevas iniciativas vanguardistas del flamenco, pero darse de vez en cuando un atracón de pureza, no está mal, estando bien, como terapia de la vida. |
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