José Manuel Gómez Gufi
Este año la cosecha de discos ha sido corta y sin embargo ha sido un año estupendo para escuchar flamenco en directo. En mi tercer año consecutivo en el festival flamenco de Nueva York voy a la gala para los niños que ofrece la compañía de Sara Baras que, por supuesto, no va a bailar porque tiene que reservarse para el estreno de por la noche. Pero hay que escuchar a 1800 escolares de Nueva York decir ¡ole! a las doce del mediodía para sentir lo que sintió la Baras que se levantó de su butaca y decidió que no había nada ni nadie en este planeta que le fuera a impedir bailar para aquellos niños. Así que en mitad de una de las escenas vemos cómo Israel Fernández mira asombrado entre bambalinas como su jefa ha sacado los trajes reservados para el estreno. María Terremoto ofrece un concierto estupendo y hace la versión de Morente de “La leyenda del tiempo” pero donde lloro es en el concierto de Antonio Rey cuando sale su hermana Mara. No sé distinguir ni cómo ni por qué. Veo a Mara en el Corral de la Morería ejerciendo de cantaora para todo y supongo que es eso lo que me emociona que ha ido a Nueva York a mostrarse sin dejar nada en la maleta.Me ocurre lo mismo con Rafael Riqueni en el café Berlín cuando interpreta una de las nuevas composiciones de ese disco que está preparando y supongo que es ese aire de fragilidad que transmite la música de Rafael que consigue un silencio improbable en un lugar con el bar abierto. Mi viaje a la Bienal de los Países Bajos comienza en tono de comedia en el aeropuerto de Amsterdam, me llevo una maleta muy parecida a la mía y casi consigo que me peguen un tiro por intentar cruzar por una puerta que no es, cuando consigo hacer un intercambio de maletas muy cinematográfico me voy a ver a Rosario la Tremendita que se presenta en trío, un formato que hace viable su disco “Delirium tremens” las composiciones se vuelven más flamencas y son expuestas de manera más radical. Ha sido el año de la Tremendita que en la noche blanca de Córdoba reúne a diez mil personas pero no encuentro crónicas. Se presenta en Madrid con el trío JuanFe Pérez al bajo y Pablo Martín Jones a la batería y el apoyo familiar de los Tremendos (osea su padre y su hermano) que remata el concierto actualizando a Morente. ¡arggggghhhh! (gruñido de felicidad).
En Amsterdam vi el concierto de Dani de Morón con Duquende, Jesús Mendez, los Mellis y Patricia Guerrero. Fue un concierto en el que sales convencido de las bondades de la modernidad y del clasicismo flamenco. A partes iguales.
En el festival flamenco de Madrid debuta Francisco Contreras (Niño de Elche) como comisario y en la presentación ningunean a un tocaor y a un guitarrero. En un entrevista (por mail) se lo recuerdo a El Niño de Elche que me contesta diciendo que hago preguntas malintencionadas y que soy “mal profesional”. En lugar de publicar la entrevista hago un elogio de una programación que tiene una característica muy peculiar: el único artista madrileño presente es Rafael Jiménez “Falo” que ofrece un concierto maravilloso que conecta con los inventos de José Antonio Galicia. Los dos conciertos que llenan son: La Chirigota de El Selu y Los Planetas (que tienen un momento magnífico). Me piden que entreviste a El Niño de Elche y me presento un viernes a las cinco de la tarde en Sony, cinco minutos antes me comunican que no quiere hablar conmigo. Tampoco me dan el disco. Creo que ahora canta “Soy el novio de la muerte”. Le deseo lo mejor.
Aún hay gente que habla de los poderes ocultos del flamenco que dirigen como mano negra los designios del mercado y las modas. ¡Ja!
La fundación autor reúne en el museo Picasso de Málaga a una docena de programadores y directores de festivales. Veo a Pedro Ojesto con su magnífico disco “Kilómetro cero”. Rafael Riqueni ofrece otra muestra más de la belleza de la guitarra flamenca. Desde Alicante aparecen las hermanas Bautista, desde Jerez Lela Soto y la Carrasco Family pero la unanimidad se produce con Diego del Morao e Israel Fernández. Veremos.
Siempre he proclamado que soy de la generación de Jorge Pardo y su concierto en la suma flamenca fue “cum laude”, en octubre se reúne el trío con Carles Benavent y Tino DiGeraldo. Su música vuelve a reunirse en torno a Chonchi Heredia con la guitarra de Melón Jiménez en un concierto en el que suena Camarón por los rincones.
¿Y el baile? Este año me ha tocado descansar de los Farrucos. He visto a el mayor en el Flamenco On Fire y como telonero de Chick Corea donde brilla Nino de los Reyes. En Pamplona Israel Galván y Rocío Molina demuestran que son los que están ahí en la trinchera de la creación.Me quedan los muy queridos Rocío Márquez, Rycardo Moreno, Eduardo Guerrero y Jesús Carmona, Lin Cortés y su tío El Pele y Maui los domingos por la mañana (con vermú y potaje) y Fraskito (conciertazo en la sala clamores), Sandra Carrasco, La Negra y La José, Diego Guerrero y José Luis Montón y Juan Habichuela Nieto y Naike Ponce y Pepe Habichuela y la banda de Ketama y los Ketama (que me los perdí y este año lo resuelvo) y los que se acercan al flamenco y Gerardo Núñez (vaya concierto que se hizo en el Molino del Manto) y las ANTONIAS grupo al que bautizamos en el mismo lugar y compuesto (e improvisado) por Antonia Jiménez, Antonio Serrano, Antonio Lizana y Nasrine Rahmani. Y va Javier Colina y toca en un mes con todo bicho viviente en AC Recoletos y voy yo y me lo pierdo. Y la rumba…En Hondarribia hacemos los honores a Peret y tocan Arrels de Gracia ¡enormes! y aparece un dj que hace scratch con la rumba. Y sé que me estoy dejando a muchos que conozco y muchos por conocer y ha sido otro año en el que Moncho Chavea no ha parado y no ha sacado disco.