Llegó una tarde nublada a mediados de octubre. Hacía doce años que lo había estado esperando. «Canto», el nuevo CD de Manuel Moreno Maya, conocido artísticamente como El Pele, y Vicente Amigo, por fin es una realidad.
Una extraordinaria simbiosis artística
y creativa con Vicente, que recuerda
la de Camarón y Paco de Lucía.
Fue en el año 1991 cuando casualmente encontré una copia
de “Poeta de esquinas blandas” en el Corte Inglés de
Madrid. Aquel CD se convirtió en uno de mis preferidos de flamenco,
un modelo para valorar los méritos de otras grabaciones. Ya que
fue la última colaboración artística de estos artistas,
parece apropiado emplearla como referencia para este nuevo trabajo
El Pele posee tres características que lo diferencian claramente
de todos los demás cantaores: 1) tiene una voz singular, como una
huella dactilar, fácilmente reconocible; 2) es capaz de alcanzar
tonos bastante más altos que muchos cantaores; y 3) tiene un especial
sentido rítmico que emplea para ampliar las posibilidades dentro
del flamenco tradicional.
Vicente Amigo también ha desarrollado un sonido muy personal.
Es obvio que ha puesto muchísimo interés en encontrar su
propia voz con la guitarra, y este sello colorea todo lo que toca.
El
Pele tiene un especial sentido melódico que emplea para ampliar
las posibilidades dentro del flamenco tradicional.
El primer tema, Canto, alegrías, comienza con una melodía
descendente de la guitarra, fuertemente acentuada, que evoluciona en una
música parecida a las alegrías “La tarde es caramelo”
de su anterior álbum Ciudad de las ideas. Un sonido percusivo profundo
marca el compás, además de palmas y cajón, apoyando
guitarra y voz.
Muy pronto el coro expresa su melodía y así comienza una
de las actuaciones más logradas de la grabación. El coro
no suena en absoluto como los anteriores de Poeta de esquinas blandas
(1990) o La fuente de lo jondo (1986). De hecho, recuerdan aquellos de
Del Amanecer (1998) que Vicente grabó con José Mercé.
El guitarrista parece haber encontrado una mezcla de voces masculinas
y femeninas que le agrada y que ha quedado como su sello.
En esta grabación se presenta un Pele bastante dinámico
y se puede apreciar una extraordinaria simbiosis artística y creativa
con Vicente, que recuerda la que existía entre Camarón y
Paco de Lucía. La bulería “Los amantes” empieza
con una simple progresión de tonos y de pronto…¡córcholis!…¡un
saxo! Vicente había incorporado la flauta con gran efecto en unas
alegrías de Poeta de esquinas blandas, y una trompeta para una
rumba en Vivencias imaginadas. ¿Pero un saxofón? Vaya novedad.
Es difícil no relacionar el peculiar sonido de este instrumento
con el jazz, los blues, o la música pop, pero la cuestión
es: ¿suena flamenco? No, a mi juicio, no. Mi oído me dice
que no es un sonido apropiado, por mucho que pueda gustar dentro de otros
contextos. Otro instrumento, quizás algo menos conocido, como un
duduk, un zímbalo o un kanun, aunque estuviera relacionado con
otro tipo de música, hubiera sido más fácil de asimilar.
Un gran adelanto en la calidad de sonido
comparado con grabaciones anteriores del Pele
Esta
bulería lenta da resultado después de todo. Se une la voz
de la Susi, y El Pele ofrece una interpretación emotiva para esta
historia de dos amantes. Compensa en intensidad casi todo lo que le falta
de velocidad.
A continuación, los tangos “Iré con el viento”.
Otra vez el coro carece del drama del fandango “Qué bien
te suena” por ejemplo de Poeta…, aunque Pele se entrega, como
siempre, con la debida carga emocional.
La soleá “Rincón de los amargos” nos lleva
al flamenco más tradicional. Aquí Vicente acompaña
con un estilo mucho más reservado que en grabaciones suyas antiguas.
Los nuevos silencios permiten que Pele varíe la dinámica
y presente su singular sentido melódico. Otro elemento digno de
mención es que la grabación, realizada en el estudio que
Vicente tiene instalado en su casa, representa un gran adelanto en la
calidad de sonido comparado con grabaciones anteriores del Pele.
El acompañamiento sugestivo de
Vicente insinúa la progresión andaluza en
lugar de declararla abierta y repetidamente
Las rumbas y sevillanas que siguen a continuación son mucho menos
sustanciosas que la seguiriya, que es merecedora de atención. La
música comienza a sonar poquito a poco y va adquiriendo velocidad
sutilmente, con un fondo de sintetizador que proporciona un aire de seguiriya
que sabe auténtico, a la vez que es atrevidamente vanguardista.
Si funciona o no, es cuestión del gusto de cada uno. Para mi gusto
personal, tiene varios puntos positivos: el ambiente musical, la voz del
Pele en uno de sus palos más fuertes, el acompañamiento
sugestivo de Vicente que insinúa la progresión andaluza
en lugar de declararla abierta y repetidamente y la sorprendente velocidad.
Es todo un placer poder disfrutar de este nuevo trabajo de dos individuos
tan creativos y les solicito públicamente, aquí y ahora,
que no nos hagan esperar demasiado antes de volver a grabar juntos.