Reseña: ‘36-39, 51 pequeñas y grandes historias de la guerra civil desde el sentir flamenco’

Memoria y política

JUAN VERGILLOS

Lo primero que sorprende de esta obra es su procedencia. Pero
primero permítanme hablarles de su temática: se trata de
una visión desde la lírica y la música flamenca de
la guerra civil, la nuestra. Esto no se había hecho nunca. Hay
referencias tangenciales en algunos de los cantaores-protesta de la transición.

‘36-39,
51 pequeñas y grandes historias de la guerra civil desde
el sentir flamenco’

Gaztea e Iñigo Ruiz. Editorial Ochoa.
Libro + CD

MARTINETE del Soldado
SOLEÁ POR BULERIAS. Sin novedad en el frente
LA CAÑA. Agarrao a mi fusil.
TONÁ. Madrid dedspeirta a su pesadilla
TARANTA. Hospital Clínico
BULERÍAS de los Gallos
GALERA La Trinchera
ALEGRIAS de los Voluntarios
BULERIA del Francés
GRANAÍNA. Compañía de Acero
Sierra de Gandesa. SOLEÁ
FANDANGOS de Manuel Vaqué 'El descalzo'
TIENTOS/ TANGOS de Gregorio Martínez
MALAGUEÑA Pándols
…..

Ficha
del producto – Compra-online

La guerra de España ha sido objeto de diversos tratamientos artísticos,
entre los que sobresalen el literario (personalmente les recomiendo la
prosa heroica de Max Aub, auténtico Víctor Hugo de la contienda
civil, y la narrativa corta de Francisco Ayala, tan sutil como exacto
en el tratamiento formal) y el cinematográfico (desde el intimismo
épico de Ken Loach a la farsa de Berlanga, pasando por la grotesca,
aunque técnicamente impecable , ‘Raza’, un guión
que firmó con seudónimo, mismamente, el que tantas penas
de muerte firmara). Pero que apenas ha contado para el flamenco. Apenas
algunas referencias puntuales. Lo que más se puede parecer es ‘Andalucía,
40 años’ de José Menese, que es más una crónica
del franquismo. Esto es una crónica de la guerra. De la lucha en
los frentes, en las retaguardias. De los episodios bélicos a la
glosa de las brigadas internacionales. De la defensa heroica del Madrid
sitiado a los refugios antiaéreos. De las sacas a Badajoz. Un fusilamiento
de un cura. Paracuellos. La toma y huída de Málaga. Universal
Durruti, Miguel Hernández. Amadeo Gracia cruzando los pirineos
con una sola pierna para, por suerte para todos, leer este libro casi
setenta años más tarde. También la represión
y el exilio. Los maquis. Y todo ello a través de glosas flamencas,
todo el repertorio jondo: seguiriyas, fandangos, martinetes, soleares,
colombianas, tangos, bulerías … todo, incluso alegrías.

Un proyecto valiente. Un libro de historias de la guerra y poemas flamencos
sobre la guerra. Es también una excelente colección de fotografías
sobre el conflicto. Y un disco, una antología cantada por los propios
autores de las letras recogidas en el libro. Lo más sorprendente,
tal vez, es que la obra no venga de Andalucía, la cuna del flamenco.
Una tierra en que la guerra fue tan cruenta, la represión tan larga
y la memoria tan fresca. Esta última afirmación quizá
sea la causa. Por supuesto que el hecho de que los autores sean vascos,
y no andaluces, le da más valor, si cabe, a este libro-disco.

El flamenco se comprometió tempranamente con la república:
Vallejo grabó fandangos republicanos el mismo año de 1931.
Y, en el posfranquismo, intérpretes como Morente, Gerena, El Cabrero
o el propio Menese, se comprometieron con la lucha de los jornaleros o
por el estatuto andaluz. La guerra civil ha sido objeto artístico
para diversas disciplinas musicales, desde la académica hasta el
rock, por poner dos ejemplos a vuelapluma. Hora era ya de que el flamenco
se comprometiera con su pasado, hiciera un ejercicio de memoria. Un ejercicio
de memoria colectiva: sigue siendo tan necesario. Por eso la herida está
tan fresca, por eso el pasado está tan presente. Los muertos que
no han sido enterrados no pueden descansar en paz. Por eso este libro
tiene tantas virtudes artísticas como políticas, en un sentido
aristotélico, esto es, sociales, ciudadanas. Y, si me lo permiten,
hasta terapéuticas. Porque por esta valiente incisión puede
empezar a supurar la herida. Porque el flamenco es, también, la
crónica de un pueblo. Chaconcito murió en el frente de Madrid
y el Corruco en el del Ebro. El Chato de las Ventas murió al serle
anunciado que iba a morir fusilado al amanecer. Angelillo, El Pena Hijo,
el Niño de Utrera o Sabicas murieron en su exilio americano. Ellos
son sólo ejemplos. Ejemplos de lo que ocurrió con todo un
pueblo. Por tanto no se trata sólo de ellos, que son meros representantes
(como lo son Aub, Ayala, Cernuda o Alberti en la literatura, Pablo Casals
en la música o María Zambrano en la filosofía), sino
de los más de 500 mil muertos y de los millones de heridos, física
o espiritualmente. Es decir, de todos nosotros.

La verdad es que en estos mundos tan convulsos del mercado del libro
y del disco, del negocio flamenco, con lo que está cayendo, encontrarse
con esto es una sorpresa mayúscula. Una obra con tanta verdad,
con tanto poder. Tan hábil como amorosamente cincelada, desde el
diseño del libro hasta las melodías del cante o las falsetas
de la guitarra, pasando por los textos. Ahora que tanta política
invade el flamenco, en el peor sentido de la palabra, esta es una obra
verdaderamente política. En el sentido aristotélico, ya
digo. Revolucionaria. Una bocanada de aire fresco en un mundo algo enrarecido
en los últimos tiempos.

Más información:

Revista
de Prensa: 36-39 desde el sentir flamenco

‘36-39, 51 pequeñas y grandes historias de
la guerra civil desde el sentir flamenco’

     

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