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Cierto es que no suele interpretar estilos que pertenezcan a lo que conocemos
por cante jondo, cante grande o como quieran darlo en llamar, pero es
que realmente no le hace falta cultivar otros campos para emborrachar
de alegría y emoción al que lo escucha. En estado de embriaguez
puede quedar el oyente que ose a comprar el disco: magnífico.
Un cedé sembrado de rumbas y bulerías, alguna balada flamenca
y versiones de temas tan populares y simpáticos como el “Aserejé”
o “Ratones Coloraos”. Le acompañan magistralmente Diego
del Morao a la guitarra, Tino di Geraldo a la percusión (entre
otros), Ignacio Cintado al bajo, Tomasito… Un gran elenco de artistas
que arropan el cachondeo que le rebosa al jerezano.
Pide “Libertad” en el primer tema del disco con letras reivindicativas
que protestan por las injusticias de un mundo oprimido y alivia el tono
con el conocido “Aserejé”, tomando un aire pícaro
y juguetón, experimentando con el pentagrama y haciendo quiebros
con las notas y su voz. Homenajea a Camarón en el tercer corte
de este trabajo, acompañado a la guitarra eléctrica por
Raimundo Amador, contando en los coros con flamencas como Chonchi Heredia
y con Lucía Montoya como voz solista. “Me voy pa mi casa”
y “Yo te quería María” son los títulos
que siguen. Luego, con el joven Pedro Ricardo Miño, extraordinario
pianista flamenco de cuyas obras ya estamos empezando a disfrutar, y rindiendo
tributo a Isidro o el Funi, interpreta un tema llamado “Bailaores”.
“No miento” dice el que viene. Y con “Ratones Coloraos”,
“Qué tal Dolly” y “Do, Re, Mi” termina
este trabajo dedicado íntegramente a su compadre, recientemente
fallecido, Manuel Soler.
Una grabación imprescindible para la discoteca del buen aficionao.
Kiko Valle
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