Con las guitarras de Enrique de Melchor e Isidro Muñoz, Universal 2006 (1979 y 1980).
JUAN VERGILLOS
La gran voz ‘blanca’ de Córdoba
Reaparecen por sorpresa, incluso para el propio protagonista según
me comentó unos días atrás, y felizmente, dos discos
editados por Luis de Córdoba a finales de los setenta. Se trata
de dos elepés editados ahora conjuntamente y por vez primera en
CD: ‘María del amor’ (1979) y ‘A las ermitas’
(1980). En ellos asistimos a un giro en la carrera brillante de este cantaor
cordobés. Luis Pérez Cardoso (Posadas, Córdoba, 1950),
Luis de Córdoba para el flamenco, se inicia discográficamente
en 1972, el mismo año de su triunfo en el Concurso Cayetano Muriel
de Cabra, y un año antes de obtener la Lámpara Minera del
Festival de La Unión, galardón que conseguiría también
en 1974. También obtuvo primeros premios en el Concurso de Córdoba
de 1974 (Premio El Canario por malagueñas) y 1977 (Premio Don Antonio
Chacón por malagueñas). Estos galardones, estos primeros
discos para Philips, con las guitarras de Antonio Piñana, Ramón
de Algeciras y Juan y Pepe Habichuela, lo dibujan como un cantaor ortodoxo,
en la onda mairenista entonces imperante, de voz poderosa, aunque con
inclinación por los estilos levantinos.
En los discos que comentamos hoy, en los que le acompañan Enrique
de Melchor e Isidro Muñoz, advertimos un giro en la técnica
de emisión de voz, hacia la voz fina característica del
Luis de Córdoba de hoy. Luis firma sus propios temas, y no sólo
la letra, como hace desde sus primeras entregas, también la música
e, incluso, la contraportada de sus discos.
1. María del Amor – tango
2. Buscando la flor que amaba – granaína
3. La Piconera – bulerías
4. Acaba conmigo – seguiriyas
5. Por culpita de la 'helá' – guajiras
6. Serranita, me trajinaste – tangos de triana
7. Siempre estamos discutiendo – fandangos de gloria
8. Tiene tu cuerpo candela – soleá
9. Quizás no me quiera ya – taranto
10. Perla del Guadalquivir – romance
A LAS ERMITAS
11. Me estremecia – colombiana
12. La de aquel cantar – tango
13. Ya no puedo más – seguiriya
14. Ya escampará – bulerías
15. 'Pa' dormir a mi niña – nana
16. De las ermitas – soleares de Córdoba
17. Yo me harto de llorar – m. granaína
18. Me causa remordimiento – fandangos de Cayetano
19. Dile que llorando están – malagueña
Tangos pegadizos, con estribillo, como el que da título al primer
disco que comentamos, dedicado a su hija. O el curioso arreglo del romance,
dedicado a Córdoba, con una primera parte sin guitarra, en la onda
de los gitanos de El Puerto, y una segunda con acompañamiento de
soleá bailable, aunque con la misma melodía. También
se adentra con toda la propiedad en los estilos de ida y vuelta, a los
que dedicaría un monográfico en los ochenta (en donde rescata
versiones olvidadas de estilos como la milonga), haciendo nuevas letras,
incluso comprometidas, para guajiras clásicas y colombianas. Con
todo la mayor parte del disco lo conforman estilos tradicionales como
soleares de Córdoba, granaínas, fandangos de Lucena, malagueña
en tono de granaína, tangos de Triana, fandangos del Gloria, taranto,
etc. Por eso, porque se trata de flamenco clásico, y porque los
temas vienen firmados por el propio intérprete, no entiendo lo
que significa este apunte en los créditos del disco: «dirección
musical José Torregrosa». Me pregunto que es lo que hizo
Torregrosa. ¿Firmar la partitura en la sociedad de autores?
La interpretación de las malagueñas y los cantes mineros
es fina, directa, hiriente y muy elegante. Pero al mismo tiempo el cantaor
sabe ser vital en tangos y fandangos y solvente en soleares y seguiriyas.
Incluso hace un par de entregas por bulerías de Jerez, un cante
que está en la antípoda, aparentemente, de su estilo.
Luis de Córdoba es la gran voz ‘blanca’ en activo
del flamenco cordobés actual. Se inició, como decía,
como mairenista en los concursos de su tierra y alrededores pero su inteligencia
y una voz fina, dulce, melosa, lo inclinaron a un estilo personal, depurado,
que en los últimos años asume ciertas inclinaciones modernistas
con naturalidad, sabiduría cantaora y notable buen gusto. Es un
cantaor completo y una estrella de los festivales andaluces desde hace
varios años. Lo dicho, uno de los grandes del cante cordobés.
Es decir, del cante sin más. Eso sí, echamos de menos una
nueva entrega discográfica (su último disco, ‘Que
ni pintao’, es de 1992).
También sobre los escenarios nos gustaría disfrutarlo con
más asiduidad.
Además de lo dicho Luis es un notable activista de la investigación
flamenca por su patrocinio del premio de ensayo González Climent,
el único que sobre el tema se concede en el mundo, y un estimable
ensayista con una obra titulada ‘El flamenco, tradición y
libertad’ (Córdoba, 2001).
El texto que acompaña a esta edición podríamos habérnoslo
ahorrado perfectamente. No sólo porque no dice nada, sino porque
para un dato que da, está errado. También hay que decirle,
por decirlo todo, al editor de los textos del disco, que elimine la tilde
de «Luís» del corrector ortográfico de su ordenador.