Ángel Sody de Rivas
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Texto: Andrés González Gómez En cuanto a su contenido, el autor comienza haciendo un breve repaso de la tradición guitarrística de Morón de la Frontera, con Pepe Mesa y Pepe Naranjo como posibles influencias más inmediatas. Igualmente, describe los rasgos más característicos del toque que han hecho de Morón uno de los enclaves más originales en el mundo de la sonanta flamenca, no sin advertir la enorme trascendencia de Diego en su posterior y actual configuración. Unos detallados apuntes biográficos -haciendo siempre hincapié, quizá excesivo, en el contexto-, genealogía de las familias Amaya y Flores incluida, conducen a continuación hasta los pasos a su llegada a la ciudad de la cal, donde desarrollaría el artista toda su trayectoria. Allí mismo desde 1963, constituyó hasta su desaparición en 1973, pieza fundamental en el engranaje del Gazpacho -festival de la localidad- participando al lado de la flor y nata del Arte Flamenco, como señala el autor, «desde Antonio Mairena, Juan Talega, la Fernanda y la Bernarda, José Menese, Fosforito, Perrate y Joselero, pasando por la saga de los del Gastor, Anzonini y otros, hasta completar una lista? ? interminable». Junto a todos los reconocimientos que merecidamente se fueron acumulando sobre todo en sus últimos años en torno a las virtudes de su toque, Sody de Rivas reúne interesantísimas glosas, muchas de ellas pertenecientes a personajes que convivieron con el guitarrista. De esta forma, el escritor moronense Alberto García Ulecia evocó su recuerdo en una de las muchas jornadas junto al río Espartero: «Y sentimos la música mezclada con la sangre y en la boca otra vez el sabor de las lágrimas». El Eco de unos toques. Libro/book + CD – También resulta novedad respecto de la edición primera un sentido poema de El Poeta de Alcalá titulado 'El arte tiene raíces en Morón de la Frontera', Porque eso, tu toque, Diego, tu toque Una treintena de excelentes reproducciones fotográficas en blanco y negro dan también preciso colorido a la remozada obra -diecinueve de ellas novedosas-, superando así con suma facilidad en cuanto a calidad la publicación original. Las fotos en su mayoría pertenecen a los archivos de William Davidson y Steve Kahn, estudiosos norteamericanos de nuestro arte que en su momento pudieron captar muchos de aquellos inolvidables momentos. Comentario conjunto a lo editado merece también, por supuesto, la incorporación de la muestra sonora en formato cedé que acompaña al escrito. Los sonidos que se han podido recoger para la ocasión son ”Misterios de la guitarra flamenca” -single grabado a principios de los sesenta con dos toques por soleá- y una recopilación de diversas fiestas a finales de los años sesenta y principios de los setenta, editadas éstas en 1990 por Pasarela bajo el título “Evocaciones”. Si bien la incorporación del disco constituye todo un acierto, resulta evidente que no se puede decir otro tanto de lo demás: persistir en la escasa calidad de sonido justificándola por su importancia documental, resta excesiva emotividad a unos archivos que podrían haberse visto mejorados notablemente. Foto de portada: Steve Kahn
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