Desde Morón de la Frontera, pasando por Granada, una joven bailaora ha llegado a Tokio para ofrecer su arte en un importante tablao flamenco de la capital. Aquí nos cuenta sus impresiones, observaciones y algún que otro sueño en una entrevista realizada en línea mediante chat…
«Lo bonito que tiene el arte es que cada uno lo interpreta a su forma y sentido de realizarlo.» Lidia Valle En las décadas finales del siglo veinte tuvo lugar una peregrinación importante que nada tenía que ver con la política ni la religión. Desde el siglo diecinueve el flamenco había sido objeto de fascinación y curiosidad para los foráneos, y siempre hubo algún que otro bohemio dispuesto a abandonar las comodidades de su casa para perderse en el ambiente flamenco de España. Pero la década de 1960 – 70 fue extraordinario en este sentido. Las academias de baile de Madrid y Andalucía llegaron a parecerse a la ONU, y era corriente ver artistas no españoles en los tablaos y en los ballets flamencos de la época. Sin lugar a dudas, el grupo más numeroso venía del extremo oriente, concretamente de Japón. Ahora, cuarenta años más tarde, el flamenco en Japón ha salido del entorno de unos cuantos incondicionales para convertirse en un arte internacional, digno de respeto y admiración. La revista de flamenco de mayor tirada del mundo, Paseo, sale de Tokio, y la segunda, Alma100, publicada en Madrid, es traducida al japonés. Hoy por hoy la capital japonesa cuenta con más profesores de baile y toque flamenco que en todo el resto del mundo combinado, y existen flamencólogos japoneses. Hace poco la bailaora japonesa Yoko Komatsubara ha dado el pregón que inauguraba el prestigioso festival de La Unión, y una noche de gala fue dedicada a la actuación de su espléndida compañía de artistas japoneses y españoles. Por si fuera poco, Yoko, que siempre se ha dedicado a traer los mejores artistas de flamenco a su país, logró convencer a la veterana cantaora Paquera de Jerez para que a sus 68 años hiciera un primer viaje a Japón donde sus cuatro conciertos tuvieron una acogida sin precedentes. A una escala más modesta, artistas españoles son contratados regularmente para llenar los cuadros flamencos de las capitales niponas. Lidia Valle es una bailaora nacida en Morón de la Frontera en 1978 que fue a vivir a Granada a los quince años de edad. Tras haber estudiado con Mari Carmen Lozano, Juana Amaya y Mariquilla, pasando por varios tablaos y salas de fiestas con los grupos de Juan Andrés Maya y Mariquilla, haber viajado por Inglaterra y Austria con el grupo de Enrique de Melchor, haberse convertido en profesora de baile en la academia de Carmen de las Cuevas y llegado a finalista en el concurso de baile de La Unión, ahora se encuentra en Tokio ofreciendo su baile en el tablao El Flamenco…. ¿Qué tal lo estás pasando por allí Lidia? ¡Increíble, no veas! Me encanta esto! Anoche estuvimos en Casa Nanas, una taberna llevada por un japonés flamenquito, y na' mas entrar, escucho una guitarra con el soniquete de Morón…NO me lo podía creer, pero así es esto…¡demasiado! Y el japonés que la tocaba hablándome de Andorrano, de Diego…¡todos! Y tocando bien, bueno tú sabes…pero con aire, nadie podía decir que no era de Morón. Ojú qué arte, y cuando le dije que yo era del polígono se me puso a llorar el hombre, hay que ver como es este arte, y nosotros tenemos la suerte de disfrutarlo ¿eh?. ¿Como has llegado a parar tan lejos de casa hija? No sé, yo tenía muchas ganas de salir, pues con los estudios no me podía mover de Granada, así que cuando los terminé me fui para Sevilla y allí me encontre con este viaje…no pude decir que no, pues la gente que está son de Cádiz, Jerez, Sevilla y Barcelona, así que pensé que sería como un cursillo intensivo de 6 meses. El aire cambia ¿sabes? así que para mí, demasiao… ¿No hay trabajo en España para un bailaora experimentada como tu? En España sí hay trabajo, poquito pero hay, lo único que hay que hacer es moverse en el ambiente adecuado y estudiar mucho, hay que estar muy preparado. De Granada te fuiste a Madrid a probar suerte y volviste pocos meses después. ¿Volviste decepcionada? ¿Qué opinas del nuevo flamenco? El nuevo flamenco está demasiado, hay cosas buenas y cosas malas, igual que en el flamenco, todo tiene su riqueza y de todo se aprende. ¿Yo qué voy a decir? a mí me han pillado los dos en medio, y cojo de uno y de otro, y ahí voy. Cada uno baila como siente, y eso es lo bonito, la diversidad. ¿En Japón gusta más el flamenco tradicional, o la fusión? Les gusta todo, pero pienso que prefieren el flamenco tradicional, pues éste está un poco mas esquematizado y lo entienden mejor. Por ejemplo les gustan unas alegrías con su silencio y su castellana, su escobilla… Aquí las japonesas que bailan se preparan para concursos que hacen cada 4 meses más o menos y claro, sus bailes son como se hacen en el flamenco tradicional, que es lo que conocen. Lo otro les cuesta un poco más trabajo, pues van mentalizados con las instrucciones de algunas cintas y demás. ¿Reconoces el flamenco que ves en Japón como el mismo flamenco que tu interpretas? Pues mira, te voy a contar una cosita que descubrí el domingo: me fui para el tablao a eso de las tres de la tarde, pues tenía ganas de ensayar un poco, y me encuentro allí con diez academias de baile que junto con sus profesoras estaban representando bailes como el garrotín, caracoles, tangos de Málaga… y yo las vi muy bien, como podrían bailar unas niñas españolas que están empezando, además moviendo sus deítos como nosotros y muy bien. Y por último una profesora bailando por farruca, muy bien montada y bien bailada. Yo me quedé flipá, pero no porque no sean capaces, sino por lo que te digo, bailando por todo, además con respeto y bien. ¿Como te interesaste por el flamenco? Bueno porque mi padre es flamenco aunque él diga que no, y yo cuando escuchaba cante en festivales, fiestas y demás, se me cogía un pellizco en el estómago que no me podía aguantar, así que poco a poco me fui interesando por esto. Lo gracioso es que mi padre nunca me habló del flamenco, pues a él le gustan muchos otros artes y creo que el flamenco para él es su forma de vivir, sin él darse cuenta. Así que a mí me daba mucha vergüenza preguntarle por algún tipo de cante o baile, pues me daba corte que se diera cuenta de mi ignorancia. Así que un día en un Gazpacho cogí al primo de mi padre, Gregorio el zapatero, una gran persona dedicada toda su vida al arte, y con una zapatería por donde pasaban todos los flamenquitos de Morón. Pues lo cogí y fue él que me aclaró algunas dudas que yo tenía de los tipos de cante y demás. Y mientras más sabía, más quería, y así empezó todo esto. ¿Cuál es el primer recuerdo flamenco que tienes? No sé en el año que fue, pero sí que fue en un Gazpacho de Morón que se celebró en los altos de la plaza. Vi a esa Juana Amaya bailando por soleá con un vestido negro y enaguas rojas. No veas la estampa que tengo en mi mente, y la impresión que me produjo en mi cuerpo. Aluciné, y aún recuerdo ese momento y se me pone to' el vello de punta. Artísticamente ¿te sientes mas moronense o granadina? ¡¿Cómo me preguntas eso Estela?! Pues me siento de Morón, no por na', sino porque en realidad allí es donde yo siento de verdad que me falta el aire cuando voy por sus calles, mi cuerpo se pone tela de sensible. Supongo que será porque estuve fuera mucho tiempo y ahora lo valoro más y recuerdo esos quince años de infancia tan bonitos…no sé pero es así. Granada me ha dado muchos amigos, arte, Granada es un ensueño de ciudad, pero Morón es…no sé, otros sentimientos que aún no puedo controlar y que me gustan. ¿Encuentras en Japón un público entendido? Sí, aquí hay mucha afición, hombre hay de todo, pero disfrutan tela. A algunos les llega tanto que les brillan los ojos como diamantes. Incluso en el tablao los miércoles que descansamos, hay pase de sevillanas, y los domingos las profesoras japonesas llevan a sus niñas a bailar en el tablao al mediodía para que las vean sus padres, y se pintan, se arreglan como cualquier andaluza. ¿Que bailes llegan más al público japonés? Siempre los bailes como tangos, alegrías…pues como me estuvo diciendo el otro día el encargado, ellos entienden el flamenco como una fiesta alegre, con claveles rojos, sombreros, fiesta…en un 70%, pero lo que estoy yo percibiendo aquí es que hay algo para todos. Vienen profesoras con alumnas que se quedan flipadas con una soleá, y luego también ves a un grupo que con tangos de Málaga te jalean… ¿Reaccionan al cante? Sí, y bastante, en el espectáculo hay un solo de guitarra y cantaores y les suele gustar bastante. ¿Es un lugar para gente rica, o accesible a cualquiera? Es como una peña, hay gente que pagan una cuota mensual, los más aficionados, y cuando vienen al tablao les sale un poco mas barata la consumición, pero ya cenar cuesta bastante mas, como 10.000 yenes por persona, mas o menos. ¿Hay japoneses en el cuadro? No, hay dos guitarristas de Cádiz, un cantaor de Jerez, un cantaor y el bailaor invitados de Málaga, una cantaora y una bailaora de Sevilla, y de Barcelona Sonia Poveda, la hermana de Miguel Poveda…estamos muy a gustito. Hacemos números alternados: presentación, solo, grupo, solo, y así sucesivamente, y siempre su fin de fiesta por bulerías, que aquí con toda la mezcla que hay en el cuadro, sale con mucho arte. ¿Cómo os tratan en general? Los japoneses nos tratan muy bien, al menos en el tablao…los camareros hablan español un poquito y nos reímos mucho con ellos, el público muy bien y nos suelen felicitar mucho. Luego en la calle nadie te mira ni te hace caso…a veces salgo a la calle vestida de flamenca en los descansos, y ni una mirada, por respeto ¿sabes? ¿Qué otros tablaos hay en Tokio? Hay un tablao que se llama la Sala Andaluza, un lugar pequeño, lo lleva un japonés y la oficina la tienen en Sevilla. Este hombre trae a artistas por un mes o así y les organiza cursillos. Bailan en el tablao los fines de semana. Hace poco estuvo Adela Campallo, Andrés Peña y Mercedes Ruiz. ¿Estás dando clases de baile? Las clases te salen en el tablao, las chicas te ven y al final del espectáculo hablan contigo. Luego quedan en el precio y en el día. Vienen a buscarte al tablao y ellas te llevan el primer día, luego te vas tú sola al estudio. Las chicas suelen entender bien el español, pero hablan poco, y como suele decirse, la mayoría son auténticas esponjas, que lo cogen todo muy rápido. La mayoría sueñan con ir a Sevilla, por lo general. Yo aquí he visto alguna japonesa que baila bien ¿sabes? Lo bonito que tiene el arte es que cada uno lo interpreta a su forma y sentido de realizarlo. No sé porqué…¿qué es la esencia? yo lo entiendo pero no lo puedo explicar… El teatro kabuki en mi opinión es como una especie de comedia, sólo la realizan hombres, aún no han entrado las mujeres a formar parte. Estos hombres hacen de mujeres, se visten con kimonos y demás, bailan, cantan… ¿En que se parece a los ritmos del flamenco? pues en que son ritmos y percusiones, y hacen del ritmo un elemento importante, como en el baile flamenco, pero poco más. Aquí en Japón les gusta recibir de todas las culturas, y su mentalidad es de trabajar y aprender. El flamenco también les ha llegado, y como es una cultura y una forma de vivir tan fuerte, pues los japoneses se han agarrado a esto. Pero la cultura es muy diferente…no pienso que a ellos les gusta el flamenco porque se asemeje a su cultura musical, sino porque tiene mucho campo y les gusta informarse de las cosas y vivirlas a fondo, y claro, con lo que tiene el flamenco se pueden empapar sin cansarse, pues es muy amplio. Tu madre me ha contado que te marchaste de España con garrafas de aceite de oliva, ristras de ajo, lentejas y chorizos. No te habrá durado todos estos meses…¿qué tal te va la comida japonesa? Ya probé la comida agridulce, y me gusta, pero aquí las niñas intentamos hacer guisos parecidos a los de España, además como vienen muchos amigos para trabajar aquí, pues siempre traen algunas lentejitas o algunos apios pa' el pucherito. Aquí comen muy 'lite' y yo tengo que comer calentito y con una mijita de grasa. ¿Volverías a Japón otros seis meses? Echo mucho, mucho de menos Andalucía, pero sí que volvería otros seis meses, pues aquí se está muy tranquilo. Si estudias aprendes un montón y se pasa rápido. *Hace un mes Lidia volvió de Japón para bailar en la Feria Mundial del Flamenco en la presentación 'La Hora de Morón' Estela Zatania |