'De Jerez y sus cantes' . Reseña libro.

José María Castaño Hervás
Ed. Almuzara, 2007

Rubén Gutierrez

Nos encontramos ante una época fructífera en lo que a la edición de libros de flamenco se refiere, y es de destacar la labor que la editorial Almuzara está haciendo en este campo. Sin ir más lejos, su directora de contenidos, Doña Génesis García, encargó el libro que ahora tenemos la oportunidad de reseñar después del gusto que ha supuesto leerlo. La ciudad de Jerez de la Frontera, de la que se dice ser una de las cunas del cante, tenía contraída una deuda con el flamenco, y José María Castaño  Hervás ha venido a solventarla.

Cuando uno se dispone a narrar la historia del cante de Jerez, antes que armarse de paciencia, debe tener una afición desmedida por este arte, porque ni siquiera los libros de historia de la ciudad del Guadalete pueden recoger tantas danzas y andanzas de una población marcada por el marchamo del arte jondo en menos de doscientos años. Casi quinientas páginas dedicadas sólo al cante, con una pequeña pasada por el baile y el toque jerezano, hablan de por sí de la idiosincrasia de este pueblo de gañanías, bodegas y barrios donde la llama que enciende la vida es el compás que marcan los nudillos sobre el mostrador de un tabanco.

En veintiséis capítulos, el autor, licenciado en derecho, pero que ha colgado la toga para dedicarse a las ciencias flamencas, da conferencias y cursos en la universidad y dirige el programa radiofónico Los caminos del Cante desde hace quince años. Castaño, como así lo conocen en Jerez, nos introduce desde los orígenes del flamenco, según las distintas corrientes y teorías, hasta el fenómeno del nuevo flamenco, donde igualmente esta ciudad ha destacado como punta de lanza. Hablar de Tío Luís de la Juliana, y esos grandes seguiriyeros del siglo XIX como Paco al Luz, Manuel Molina, Loco Mateo, Joaquín Loreto o El Marrurro, solo es posible con ese conocimiento de causa que proporciona haber nacido en estos teritorios, sin necesidad de haber nacido ni en el barrio de Santiago, ni en el de San Miguel.

‘De Jerez y sus cantes’. José María Castaño. Ed. Almuzara

Contenido:



Un repaso enciclopédico a una de las cunas del arte flamenco.




De Jerez y sus cantes ofrece una perspectiva histórica y enciclopédica del hecho flamenco de una de las indudables cunas de este arte de Andalucía. Su autor nos invita a hacer nudillos sobre el mostrador de los acontecimientos que han ido conformando la escuela jerezana de forma minuciosa, hecho a hecho, nombre a nombre. Tras un detallado contexto, que explica las claves de la posterior formación de la jondura jerezana, nos propone un recorrido por las distintas etapas del cante de la ciudad, agrupando a sus intérpretes en grupos generacionales con características comunes. Unos eslabones que, mediante una jerarquía en el tiempo, se van sucediendo desde la aparición de los primeros portadores del quejío hasta los nuevos mostos representados en las últimas voces de la prolija cantera jerezana. Todo con una clara vocación descriptiva y didáctica y con la inclusión de unas recomendaciones sonoras para ir escuchando mientras se lee. En definitiva, el relato escrito imprescindible de una historia cantaora fundamental del arte flamenco.





Nombre a nombre, cante a canta, estilo a estilo, todas las sagas del Jerez jondo

Ficha Libro – Compra on-line

La llama que enciende la vida es el compás que marcan los nudillos sobre el mostrador de un tabanco.

De los cafés cantantes decimonónicos, hace un alto y fonda en la vida y obra de Don Antonio Chacón y Manuel Torre, sin olvidar a personajes vitales como Frijones, La Serneta, Juaniquí o El Chozas, Carapiera, Charamusco o Tio José de Paula. Ya entrado el siglo veinte, Jerez se consolida como manantial de artistas flamencos que buscaran la fortuna fuera de sus merindades, desde Sevilla a Barcelona, pasando por Madrid, nos referimos a José Cepero, Niño Medina, Juanito Mojama o El Gloria. Toda esta pléyade de artistas confirman que Jerez no es sólo tierra de seguiriyas o bulerías para bailar o para escuchar, sino que también tiene su cabida las tarantas, cartageneras, tangos, alegrías y fandangos, aunque en los primeros sobresale por encima de cualquier comarca cantaora.

Y seguimos con esta nómina larga de artistas de los cuales es de agradecer la guía sonora que se incluye en cada apartado, pues no sólo de biografías vive la obra, sino que también cuenta con todo lujo de detalle la discografía de cada cantaor y cantaora. Fernando Terremoto, y sus respectivas familias.

La obra sigue narrando grandes epopeyas flamencas donde el tiempo va avanzando cual cuaderno de bitácora hasta encontrarnos con Luis EL Zambo, paradigma del gen jerezano que no han buscado la profesionalidad hasta una edad avanzada, lo cual demuestra que en cualquier esquina de Jerez no solo huele a vino, sino que se oye el compás.

Tampoco se olvida de las criaturas nacidas en periodo democrático y que siguen siendo el sustento de la actual cantera Jerezana con nombres como Melchora Ortega y su marido David Lagos, Mijita Hijo, La Tomasito.

Por todo ello, sólo me queda decir una cosa, y aunque sé que no son las palabras adecuadas para esta ciudad, no puedo callármelo, porque en el orbe flamenco significan algo muy grande ¡Gracias Maestro!


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