Con tan sólo 12 años, a Javier Conde Santos, natural de Cáceres, se le puede considerar un joven prodigio de la guitarra flamenca.
Iniciado a los 4 años por su padre, el reconocido guitarrista José A. Conde, ya tocaba un año después la Malagueña de Lecuona en la guardería. Con 7 toca la «Marcha Turca» de Mozart, con 8 comparte escenario con Tomatito y Raimundo Amador y al año siguiente con Manolo Sanlúcar en el XXIV Festival Flamenco de Cáceres.
En 1999 – con diez años, insistimos- viaja a Italia para representar a España en el festival televisivo Veo-Veo Internacional y consigue el segundo premio en el concurso de la veterana peña jerezano «Los Cernícalos»
A los once años resulta finalista del XL Concurso Nacional de Guitarra Flamenca del Cante de las Minas (La Unión) y se alza con el segundo premio en el I Concurso de Guitarra celebrado en Mairena de Aljarafe (Sevilla), levantando al público de sus asientos. También consigue menciones y premios especiales ( a veces, por su edad, no le pueden otorgar el primero) en Puente Genil y en el Ateneo de Córdoba.
Según Norberto Torres, «lo que sorprende es su aplomo y naturalidad. Tiene unas manos enormes, manos de adulto, con una fuerza impropia de su edad, que le permiten abordar los picados de Paco de Lucía, los trémolos de Andrés Batista (uno de sus maestros) o las variaciones de farruca de Niño Miguel. Y lo más importante para mí, tiene un fraseo en su ejecución que hace cantar cualquier tema interpretado».
El concierto que presenta resulta ser un homenaje a los maestros de la guitarra flamenca: Ramón Montoya, Sabicas, Andrés Batista, Paco de Lucía, Serranito, Esteban de Sanlúcar y Niño Miguel.