Fotos: Rafael Manjavacas
Paco del Pozo. Con la colaboración especial al baile de Concha Jareño. Con Pedro Sanz, Pedro Obregón, Roberto Vozmediano, Paco Vidal, José Almarcha. Dirigido por José Manuel Gamboa.
Entrar cantando en Madrid
Tras su ya larga andadura en el arte jondo, ha creído Paco del Pozo llegado el momento de presentar su personal homenaje al Madrid Flamenco que le ha visto nacer. Recoge aquí la herencia de los artistas cañís, pero, y esta es una aportación diferencial, sin olvidar a aquellos que, siendo mayoritariamente andaluces, en Madrid han creado algunas de sus obras maestras. Sin emplearse exclusivamente en la “fetichización del pasado” -como explica Alex Ross-, en ese amor entregado al arcaísmo con aversión al presente tantas veces visto en nuestro género, Paco del Pozo, bajo la dirección de José Manuel Gamboa, recoge en su espectáculo las herencias decimonónicas junto a las creaciones de última hora.
Quiere mostrar la vigencia y la importancia de la contribución de Madrid y su comunidad al legado del gran arte flamenco. Quien no haya escuchado al Chata de Vicálvaro con Ramón Montoya, ¡vaya un par de castizos!, no sabe lo que es bueno, aunque por desgracia este sea casi un completo desconocido.
Para subsanarlo en cierta medida lo mejor es ¡Entrar cantando en Madrid!, que revisa un legado que viene desde aquel Mimi decimonónico y la colosal figura de don Antonio Chacón, hasta un Zaira, un Manzanita o un Enrique Morente, pasando por el Niño de Marchena o el vallecano Angelillo, más alguna que otra sorpresa trenzada en bailes por una Concha Jareño fetén, y salir por la puerta grande camino de la calle Alcalá al son de caracoles.
