Con motivo del lanzamiento de la revista El Canon, publicamos este artículo inédito sobre la cantaora
El Canon – Revista de Arte Flamenco – monográfico sobre Rocío Márquez – compra online (20 €)
Por Nicolas Bonnard
Si la carrera de Rocío Márquez dio un giro decisivo en España gracias a las entrañas de la tierra, a su triunfo en el Festival Internacional del Cante de la Minas de la Unión en agosto de 2008, en Francia se dio a conocer en julio de 2010 gracias al cielo.
Entonces solo conocían en Francia a Rocío unos cuantos aficionados clarividentes; sin embargo, sus consejos, la reputación naciente de Rocío Márquez y los vídeos disponibles convencieron a Marie-José Justamond, directora del festival «Les Suds à Arles» – una referencia – para invitarla a cantar como telonera de Diego el Cigala.
Aquella noche, con las entradas del teatro romano de Arles agotadas, se habían congregado unos 3 000 espectadores para escuchar los éxitos de su disco Lágrimas Negras. Pero el concierto tarda en empezar, hay rumores de cancelación, el público se impacienta y protesta. Y se da la noticia: el Cigala no ha llegado a Arles, está todavía a más de una hora. Su avión se había quedado en tierra por una huelga de controladores aéreos…
Un regalo del cielo para Rocío Márquez, que va a iluminar la noche. En una velada en la que solo tendría que haber cantado una breve primera parte, su magnética presencia, su preciosa voz, la intensidad de su interpretación conmueven y maravillan al público durante casi dos horas.
Finalmente, llega el Cigala, pero los espectadores ya no quieren dejar irse a Rocío: acaban de vivir un momento mágico y poco común: la aparición de una nueva estrella bajo aquel cielo sin aviones.
Entre el público, José Renato* ya lo tiene muy claro: a sus 24 años, Rocío Márquez posee un talento increíble. Pero, como el profesional experimentado que es, también sabe cuántos grandes talentos, propulsados muy alto demasiado rápido, se quemaron las alas, especialmente en el flamenco, arte extremo.
Sabe lo difícil que es llevar bien una carrera en el arte, y sabe que, además del talento, serán esenciales la personalidad de la artista y su inteligencia, sus esfuerzos, su paciencia y su visión.
También sabe la importancia que tienen el entorno personal y sobre todo profesional, hasta qué punto es determinante saber elegir lo mejor en cada momento: músicos, mánager, técnicos, promotor, sello, casa de discos, jefe de prensa…
Rocío superará enseguida nuestras expectativas. La tierra y el cielo la acompañan.
En enero del 2012 va a hacer cumbre. Su colaboración con José Renato y la agencia Viavox la llevan de entrada al escenario del… Olympia.
Cantar en Paris ante 2 000 personas en esa sala mítica no le hará perder la cabeza; en agosto de ese mismo año baja a la mina de Santa Cruz del Sil para apoyar a los mineros en lucha. Las imágenes de aquellos hombres, de aspecto tan duro, con los ojos enrojecidos por la emoción, conmovidos por su cante y por su gesto, permiten hacerse una idea del aura y de la humanidad de la joven mujer.
Desde 2012 y nuestro primer encuentro en el Olympia, he tenido el privilegio de acompañar a Rocío a casi un centenar de conciertos por Francia y en otros lugares.
Cada vez que sube a un escenario, lo hace con una sinceridad y una humildad siempre renovadas, con el respeto más profundo hacia el público, sea el que sea.
Cien veces he sentido escalofríos con sus desgarradoras siguiriyas; siempre me ha impresionado la musicalidad de sus guajiras, igual que el virtuosismo de sus tangos. Y qué decir cuando en el bis se arranca por fandangos, sin micrófono, frente a 7 000 espectadores, boquiabiertos ante su aliento inagotable, en un concierto en el que comparte cartel con Patti Smith… Qué decir de la profundidad de sus peteneras, o de la gracia de sus romances. Muchísimas cualidades, que se perciben también cuando se aventura por otros caminos, ya sea la música antigua, la música clásica o sus propuestas personales más experimentales, con matices de jazz y rock.
Pero si después de tantos años sigo maravillado por la artista, lo estoy igualmente por la persona.
Comparto con ella el día a día de giras en las que, a pesar del ritmo intenso, del cansancio, de los compromisos, en ningún momento pierde su buen humor ni su delicadeza, ya sea con sus compañeros, los organizadores, el público o simplemente un taxista. Generosa con todos y siempre humilde, es también dueña de una fuerza interior y una determinación considerables que también la han ayudado a superar etapas, paso a paso y lejos de efectos de moda o montajes de márketing, hasta llegar al lugar que ocupa hoy.
Su proyección fuera de España, en Francia, le ha permitido, en mi opinión, alcanzar más rápido la libertad de expresarse plenamente, con corazón y cabeza y sin concesiones, para abrir nuevos horizontes al flamenco.
Allá donde esté, allí arriba, José Renato se sentirá orgulloso y feliz de comprobar de qué manera, después de su partida, Rocío, la última artista que acompañó, ha seguido volando… con los pies bien asentados en el suelo.
Nicolas Bonnard
Guitarrista flamenco primero, reconvertido en los años 80 en agente artístico, José Renato trabajó en Francia con los más grandes, como Camarón de la Isla (de José es la voz que presenta el álbum «Camarón en París 87»), Paco de Lucía o Enrique Morente. También acompañó las carreras de grandes voces del fado y estaba considerado en Francia como una referencia imprescindible para estas dos estéticas. Cofundador de Viavox Production con Thomas Barré y Nicolas Bonnard, agencia y sello que lleva a Rocío Márquez, promueve sus conciertos y distribuye sus discos en Francia. Muere en julio del 2014 a los 73 años.
En julio del 2015, Rocío Márquez cantó de nuevo en el teatro romano de Arles, esta vez encabezando el cartel, para una noche del festival «Les Suds, à Arles» dedicado a su memoria.
Muchas gracias a Céline Garcia Navio y Jesús Iglesias del Castillo por la traducción.
