Estela Zatania
El día 10 de abril, 2002 a las ocho de la tarde, en el Hotel Alcázar de la Reina de Carmona, Sevilla ha tenido lugar la segunda reunión del Foro para la defensa del Arte Flamenco.
Se estaba jugando un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Bayern que algunos calificaban como «importante», pero otro tipo de afición nos llamaba a unas cien personas a un rinconcito hermoso de Andalucía al noreste de Sevilla capital. El histórico y señorial hotel Alcázar de la Reina en Carmona proporcionó un marco perfecto para el tema que había dado lugar a la fundación del Foro para la defensa del Arte Flamenco. Este foro, oficialmente constituido el 30 de mayo del 2001 en Jerez de la Frontera, y organizado por Alfonso Ceballos Martín, Luis Soler Guevara, Ramón Soler Díaz, Antonio Bascón Torres y Manuel García Ojeda tiene la noble meta de defender y conservar el «patrimonio artístico del flamenco» frente a la saturación casi total del flamenco de vanguardia llamado 'fusión' o 'nuevo flamenco', un género que algunos ven como ajeno al flamenco y que, en las palabras de Luis Soler «es una música que no hace más que enriquecerse ella y perjudicarse la otra». Hace poco los estatutos del Foro fueron aprobados por la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior. Todo muy formalito y mucha buena voluntad. ¿Pero qué significa todo esto? ¿Qué pretende conseguir este grupo de escritores, académicos y representantes de peñas flamencas? Una colección de personas eruditas para proteger un arte esencialmente popular, tradicional y algo anárquico por naturaleza. Es imposible pasar por alto un importante paralelismo con el movimiento 'fundamentalista' encabezado por Manuel de Falla y que dio lugar al Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, hace exactamente ochenta años. Aquel acontecimiento también pretendía revalorizar el arte flamenco. Según la instancia cursada al efecto el 31 de diciembre de 1921 «…es por esta actitud de perversión estética por lo que prefiere a la cupletista al cantaor, por lo que de seguir así, al cabo de pocos años no habrá quien cante y el cante jondo morirá sin que humanamente sea posible resucitarle.» El documento viene firmado por numerosos músicos, escritores, catedráticos y pintores de renombre, igual que el Manifiesto del foro actual que celebraba su verdadera puesta en marcha en la tarde del 10 de abril.
Artistas y representantes de las casas discográficas brillaban por su ausencia, y sé que no me equivoco cuando digo que todos teníamos en mente la imposibilidad de llegar muy lejos sin la colaboración de estos elementos. Los organizadores explicaban que habían invitado a numerosos artistas a participar, pero todos se mostraban reacios manifestando la necesidad de cumplir con las discográficas que exigen un tipo de 'producto' más comercial. Unicamente estaba presente el cantaor de la Puebla de Cazalla, Diego Clavel que ofreció las siguientes observaciones: ez: Diego ¿qué te parece esta iniciativa? DC: Bien, bien, todo lo que sea en pro y en defensa del flamenco, me parece maravilloso, y además, aquí se han dicho cosas bastante importantes. ez: ¿No debería de haber más artistas? DC: No sé si los han invitado o no, porque a mí no me han invitado…anoche estaba con unos amigos y me dicen 'Diego, mañana hay esto'. Pasa que a los artistas no les conviene venir, porque si están haciendo lo contrario de lo que aquí se pretende, ¿me entiendes? Pero yo estoy muy a gusto aquí, porque estoy defendiendo lo mío, el cante cante, sin cajón ni na' de eso. A mí me han intentado imponerme a la hora de grabar, pero cuando veo eso digo «¡me voy!» y yo siempre he grabao lo que he querío. No existe el flamenco nuevo…cantaores nuevos y cantaores viejos, eso es lo que hay. ez: ¿Crees que se puede conseguir algo con todo esto? DC: De las muchísimas cosas importantes que se han dicho, una de ellas es lo que han mencionado de las escuelas, que si se consiguiera que las escuelas se preocuparan por orientar a los jóvenes, pues por allí se empieza. Lo mismo que se enseña el francés o las matemáticas, pues un maestro de guitarra flamenca, a enseñar compás, un cantaor… ez: ¿Va a seguir el flamenco tal y como lo conocemos? DC: Eso no se va a morir nunca…lo que ha hecho la Niña de los Peines, eso está allí…y lo que ha hecho Manuel Torre, eso está allí. Yo por ejemplo he grabao cuarenta y siete malagueñas, y allí están…no sale to' los días en la radio pero existe. ez: Si ahora mismo tuvieras veinte años ¿te meterías en el flamenco tal como está ahora? DC: Seguramente sí, claro que sí, porque yo he nacío para esto, pero haciendo lo que yo quiero, claro…¡seguro!
A pesar de la abundancia de buenas intenciones al servicio de una causa francamente admirable, es fácil criticar uno o varios de los puntos expresados debido principalmente al tono autoritario evidenciado en términos como «bases», «denominación de origen», «normas» o «control». Son palabras incompatibles con el arte que hacen poco más que erizar sensibilidades. El veterano periodista Alfonso Eduardo Perez Orozco, un personaje respetado dentro del mundillo del flamenco desde los años de Antonio Mairena de quien era íntimo amigo, es sumamente indicado para opinar sobre este tema, por haber vivido de cerca aquella época dorada que ahora llaman «de los festivales», a la vez de estar involucrado en el panorama actual. Sobre los puntos expuestos en la reunión, afirma estar en desacuerdo con dos «por irrealizables»: Sobre el punto no. 4: «Es absolutamente imposible en la situación sociopolítica de la España actual que alguien pretenda «supervisar» o «dar aprobación» a los presupuestos «oficiales» de organismos como la Consejería de Cultura o la Junta de Andalucía. En sí misma es una pretensión imposible de conseguir….Es quijotesca y visionaria.» Sobre el punto no. 5: «En este caso me niego totalmente a que un Sanedrín (o Senado) «oriente» y «decida» lo que la crítica deba decir sobre cualquier cosa relacionada con el Flamenco….aunque sean mis peores enemigos y los imbéciles más grandes del mundo. Si tienen una tribuna periodística hay que dejar absolutamente la «libertad de opinión» como la «libertad de error». Solamente cabe el enfrentamiento dialéctico, de tú a tú, de escrito argumentado a escrito argumentado.» Quizás más constructivo resulte la página web del Foro que fue estrenada hace pocos días y presentada en Carmona. La web contiene artículos relacionados con el tema, un foro de debate, información histórica y otros apartados de interés. http://flamencofpd.eresmas.com Después de la reunión, en el cóctel ofrecido por el señor alcalde de Carmona, Sebastián Martín, pude hablar con Ramón Soler de la comisión organizadora: ez: ¿Crees que se puede considerar lo de hoy como un éxito? RS: Se han citado a unas ciento cuarenta personas, y han asistido algo más de cien, que lo considero un éxito considerable, ¡teniendo en cuenta el fútbol también! [se ríe]. El verdadero éxito luego lo dirá el tiempo, cuando la gente empieza a conectarse, poco a poco, día a día. Nadie tiene claro, y yo me incluyo, lo que es la verdad y lo que es la mentira en el flamenco, pero lo que sí es cierto es que cualquier aficionado medio está de acuerdo en que está pasando una cosa muy grave muy grave, que casi no es opinable: en cuanto a la calidad del flamenco en los programas de Canal Sur, en como se hace el programa de las Bienales…son cosas muy gordas y la mitad del público no está de acuerdo con esa gente. ez: ¿Se puede influir en esas cosas? RS: Algunos dicen que somos los 'talibanes' del flamenco, pero bueno, vamos a intentarlo, por lo menos patalear sí…es que si nos callamos y nos quedamos cruzados de brazos hablando en el bar, entonces seguro que la cosa no cambiará…que el derecho al pataleo sí que lo tenemos. Lo que sí es penoso es que los críticos no hayan querido unirse. ez: ¿No ves tú una barrera muy grande entre los fusionistas y los tradicionalistas? RS: Es que en un artista pueden convivir las dos cosas. Plácido Domingo canta con los mariachis y luego canta ópera. Lo malo es cuando el artista dice 'esta cosa comercial que he hecho es el verdadero flamenco'. La crítica tiene que ser más objetiva y más valiente también. |
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Texto y fotos: Estela Zatania |