El coreógrafo y bailaor utrerano Antonio Montoya logra reunir a cientos de artistas de lo jondo en este original proyecto con el que pretende reivindicar “el sitio que el flamenco se merece”
Si han estado navegando estos días por las redes sociales es imposible que no se hayan topado con la fotografía de algún artista clavándose una peineta en la cabeza, en el pecho, en la boca o en las pestañas… Bailaores, cantaores y guitarristas consagrados que se han sumado junto a cientos de jóvenes de la cantera jonda y otros rostros amantes de este arte, más o menos conocidos, al proyecto del bailaor, bailarín y coreógrafo Antonio Montoya titulado ‘Hasta la peineta’. Una idea que es el germen de su próximo espectáculo y que, según explica su impulsor, “nació como una forma de defender mi postura frente al flamenco”.
Así, en un primer momento, y ante la imposibilidad de poder ensayar y desarrollar el montaje que tenía en mente debido al confinamiento, Montoya decidió aprovechar para pedir imágenes a artistas a los que admira, amigos y vecinos con la intención de ir recopilando material para su propuesta, en la que las instantáneas iban a formar parte tanto de la escenografía como de una exposición paralela. Sin embargo, el mensaje caló tan rápido que en apenas dos semanas ha recibido más de dos mil fotografías de personas de todo el mundo (EEUU, México, Brasil, Turquía…). “Ha sido increíble, no me lo esperaba en absoluto y me he llevado una gran sorpresa. El llamamiento ha corrido como la pólvora, hasta el punto de que han colaborado compañeros que no conocía y me etiquetaba gente, sin que me hubiera puesto en contacto con ellos… Ha ido solo”, narra aún sorprendido.
En este sentido, el artista utrerano, que lleva toda la vida recorriendo escenarios de medio mundo y formando a alumnos en su escuela, tiene claro que “las claves del éxito han sido el mensaje y el momento”. Por un lado, “los flamencos estamos hartos de ser los últimos en el escalafón, de no sentirnos representados, de las polémicas, de la falta de oportunidades, de que se dé gato por liebre, de hacer espectáculos para cada festival y que luego se mueran…”, cuenta, y “tenemos ganas de que se nos escuche y se nos dé el sitio que nos merecemos”. Y, por otra parte, en unas circunstancias tan especiales como las que estamos viviendo “tenemos más tiempo para dar rienda suelta a nuestra imaginación y desarrollar nuestra creatividad”, algo que ha animado a muchos a participar y que ha permitido “que no haya ni una sola foto igual a otra”.
“los flamencos estamos hartos de ser los últimos en el escalafón, de no sentirnos representados, de las polémicas, de la falta de oportunidades, de que se dé gato por liebre, de hacer espectáculos para cada festival y que luego se mueran…”
De hecho, es especialmente llamativa la originalidad y la calidad artística de las imágenes, sobre todo teniendo en cuenta que son realizadas con el móvil y en casa y que “el único requisito era que saliera una peineta”, o cualquier cosa que se le parezca, porque los cubiertos, las espumaderas, los abanicos o incluso los pinceles les han servido a muchos para reflejar este elemento. Al final, explica el creador de espectáculos como ‘Tauromaquia’, ‘A contratiempo’, ‘Zapatito’ o ‘Un poquito de aje’, entre todos “hemos demostrado cómo con un elemento tan simple y tan nuestro se pueden expresar tantas cosas distintas”, sostiene.
El caso es que seguramente ‘Hasta la peineta’ es el proyecto jondo que más artistas ha logrado reunir hasta el momento, coincidiendo nombres como los de Rubén Olmo, Patricia Guerrero, Rafael Amargo, Antonio Canales, María Terremoto, Eduardo Leal, Rocío Márquez, Fuensanta La Moneta o David Coria, entre otros muchos. Aunque, recalca el bailarín, “para mí es muy importante darle cabida a jóvenes que nadie conoce y que son grandes artistas y, cómo no, a la gente de mi tierra, a la que llevo por bandera”.
La idea le ha trascendido hasta tal punto que a Montoya le han llegado asimismo iniciativas de escultores, pintores, diseñadores, dibujantes, etcétera, interesados por participar. Incluso, cuenta, “hay artesanos de la peineta que han visto una oportunidad en el proyecto para volver a poner en valor un complemento tan nuestro”. Y es que, reflexionando, parece que después de Martirio, quien el bailaor desearía que fuera la anfitriona de la muestra por razones obvias, Montoya es el artista que mejor ha sabido darle un aire fresco a la peineta.
En definitiva, paradójicamente, estos momentos tan duros han resultado ser una estupenda plataforma para el utrerano que, de un día para otro, tuvo que hacer públicas sus redes sociales ante la avalancha de peticiones de amistad y contar con compañeros para que le ayudaran a gestionarlas. “No sólo es recibir las fotos, hay que filtrarlas porque no todas valen o tienen calidad, pasarlas a blanco y negro, subirlas y, por supuesto, dar las gracias a todos los participantes”, comenta. Además, ahora se ha animado a realizar directos por Instagram con otros artistas y que está realizando los viernes a las 17 horas. “Vamos, que estoy que no paro con el confinamiento”, bromea desde la prudencia.