Por Carolina Le Port
Luis Troquel es periodista musical, alumno y divulgador de flamenco, compositor, letrista, conector necesario y director artístico. Ha ido adaptando distintas formas cual Proteo. Ese dios de la mitología griega que podía predecir el futuro y que según Heinrich Khunrath, debido a su relación con el mar, es tanto un símbolo del inconsciente como la perfección del arte.
Es la primera vez que es abordado en clave flamenca. He reunido a las voces más destacadas de su trayectoria profesional en el flamenco: Sílvia Pérez Cruz, Miguel Poveda, Rosalía, Raül Refree, Mariola Membrives, Soleá Morente, Rocío Márquez, Jordi Turtós y Lucas Bun. La capacidad de convocatoria en torno a la figura de Luis Troquel ha hecho de este artículo una muestra real de lo querido y respetado que es por muchos grandes artistas. Ninguno de ellos ha necesitado explicación alguna para poner a mi disposición de forma casi inmediata sus reflexiones.
Y a vosotros lectores, bienvenidos al universo del exquisito periodista y crítico musical, el musicólogo más libre y desprejuiciado que conoceréis y el estímulo necesario para las Epifanías Flamencas. Y así, presentándole como le gustaría a él: “Damas y caballeros, con todos vosotros: Luis Troquel”.
¿Cuándo y cómo el flamenco irrumpe en la vida y obra de Luis Troquel? “Tendría unos 13 años cuando en un viaje a Nerja escuché a Lole y Manuel. Y como tantísima gente de varias generaciones, ese fue mi primer amor flamenco. Dicen que no hay amor tan idealizado como el primero, pero la grandeza de Lole y Manuel va mucho más allá de esta circunstancia. Sigo pensando que su obra es una de las cúspides del arte jondo. Musicalmente pueden mirarse de tú a tú con lo más grande. Y a nivel de letras yo creo que son todavía más: lo máximo. Con aliento de poesía culta sin dejar de sonar nunca popular”.
Hay unos versos flamencos tuyos para el cantaor Antonio Cortés que conectan geográficamente con ese lugar desde el que el flamenco parece llamarte:
“De esta corona de espinas
líbranos desde la cruz
y cuando esto haya acabado
nunca he de olvidar que tú
seguirás aquí clavado”.
‘Balcón de Europa’
“La escribí en la primavera menos bucólica que la mayoría de nosotros recuerda, la del 2020. Una saeta que Antonio Cortés cantó aquella Semana Santa desde el balcón de su casa, confinado, en Nerja. Las calles estaban vacías pero llegó a muchísima gente de diferentes latitudes, pues Rosalía compartió el vídeo. A fin de cuentas, una cosa que ella me dijo entre whatsapp y whatsapp, me había dado la clave para escribirla”.
Muchos compañeros periodistas y críticos musicales se han dejado seducir por el flamenco a través de ti: «Luis Troquel y el flamenco» podría ser el título de un ensayo que resultaría hermoso, entrañable y oceánico. Luis ha sido siempre, aquí en Barcelona, un faro, un observador minucioso de cuanto acontecía en el flamenco: desde las ortodoxias hasta los más irreverentes pecados. Siempre lo ha hecho con mucho cariño y una simpatía cómplice. Nunca ha usado su saber como poder, sino como fuente de conocimiento para compartir con quien quiera saber de flamenco. Luis es uno de los entusiastas más generosos que he conocido y espero seguir teniendo entre mis colegas más queridos”. Así me lo ha contado Jordi Turtós, pero ¿tú cómo defines tu propio trabajo en prensa sobre flamenco?:
“Lo que se dice crítico de flamenco nunca lo he sido, aunque alguna vez, casi accidentalmente, haya ejercido como tal. Generalmente mi labor ha sido más de cronista o, sobre todo, de periodista musical. A menudo teorizando sin intentar pontificar… Tal como en la copla puedo presumir de tener conocimientos musicales como apenas ningún otro periodista de mi generación o más joven (aunque haya gente escribiendo en internet de la que nunca se deja de aprender), de flamenco, evidentemente, hay bastantes colegas de profesión que saben muchísimo más que yo. Alcanzar determinadas cotas de sabiduría jonda exige un sacerdocio del que me siento incapaz. Saber algo de flamenco ya es mucho, y en esta categoría seguramente me encuentro. El elogio que más me han hecho como periodista al respecto es el de enfocarlo con particular perspectiva. Y si realmente es así, yo creo que es debido al hecho de amar también en cuerpo y alma, y con similar dedicación, bastantes otros estilos musicales”.
Una de las grandes sabedoras y estudiosas del flamenco es la esencial cantaora Rocío Márquez y al preguntarle por este rol tuyo, me cuenta: “Yo de él destacaría que es todo amor. En contextos en los que solemos estar bastante tensos, porque al final tienes un nivel de exposición muy grande porque estás de promo, él es como el momento en el que te dejas caer y sientes ese abrazo con la mirada ¿no? con ese amor profundo que él siente por la música y por el arte. Una calma enorme, un oasis en medio de la promo”.
Aunque para oasis de Huacachina el que vivió Enrique Morente en la última entrevista que le hiciste a propósito de la publicación de Morente Flamenco (Universal, 2009): “Yo le había entrevistado alguna otra vez pero nunca con tanto tiempo. Y en una circunstancia tan especial. Ese mismo día llevaban toda la tarde poniendo mi foto en ‘Sálvame’ a toda pantalla por una confusión que tuvo Isabel Pantoja y por la que estuve durante unos días en el ojo del huracán mediático rosa. Nunca he sido, ni creo que vuelva a ser, tan famoso como esa semana, jejejé… Yo venía tan de los nervios que se lo conté y él, como todo el mundo, se moría de risa. Solo quería hablar del tema más que de la entrevista, gozosa luego donde las haya.
Hablamos mucho, y un detalle me dijo muchísimo del tipo de persona que él era. Yo, con cierta intención, le pregunté por la dedicatoria que años antes le había hecho en el ‘Pequeño reloj’ al presidente brasileño Lula, quien atravesaba entonces sus horas más bajas. Enrique en cambio, lejos de justificarse o ponerse a la defensiva, empezó a preguntarme información sobre el tema, a querer saber al respecto. La antítesis del postureo o las ideas preconcebidas, transmitiendo absoluta sinceridad”.
Por la senda de esa misma libertad de pensamiento e inquietud por las distintas realidades sociales andaba tu ‘Breve Historia de España (en lo que llevamos de siglo XXI)’. Con espectaculares colaboraciones y las voces de Las Negris al grito de ‘Compro Oro’, y de Soleá Morente cantando el pasodoble ‘Suelo Español’. Con ella hablaba hace unos días y me decía al respecto:
“Trabajar con Luis Troquel fue una experiencia mágica, de la que surgió además una amistad luego maravillosa con él. Cantar ese pasadoble que escribió, ‘Suelo Español’, se ha convertido en uno de los trabajos que más orgullosa estoy de haber hecho. Cuánto más pasa el tiempo más identificada me siento con él. Y también me parece increíble todavía las personas que logró reunir para la canción. Todo es así con Luis Troquel. O la aventura que fue la grabación del videoclip”.
“Suelo español
que caro sale este suelo español,
que con un sueldo no alcanza
Rebájeme la fianza
o arregle la instalación.
Suelo español
al norte Francia y al sur el Peñón
Tampoco busco un palacio
pero sí un poco de espacio
y luz en la habitación”.
‘Suelo español’
Entramos ahora en lo que a mí me gusta definir como “Las Epifanías Flamencas de Luis Troquel”: Sílvia Pérez Cruz, Mariola Membrives y Rosalía. A través de ti, se le han revelado al flamenco una serie de informaciones necesarias para saberse vivo. Una Epifanía Flamenca no tiene porque ser un señalamiento de alguien como flamenco ortodoxo, pero sí puede ser una señal desde el flamenco a otros lugares y está claro que estas tres artistas el encontrarse contigo en sus inicios, les ayudó a activar su estrella.
“Luis Troquel es familia. Persona sensible y única. Amante de la música. Cuidadoso y generoso. Le conocí cuando tenía 16 años. Yo salía en una obra de teatro cantando desde el público y él preguntó por mí al terminar. Creo que le pasé una cinta cantando alguna canción, entre otras “Alfonsina y el mar”, y él fue quien me propuso como cantante para el proyecto “inmigrasons”.
Desde entonces siempre ha estado ahí. Llevándome a conciertos, proponiéndome canciones, compartiendo lo que pensaba de mis decisiones profesionales. También nos acompañó al Taller de Músics cuando enseñábamos nuestra primera maqueta de “Las Migas”. Hizo el escrito para el proyecto “granada”, he cantado alguna canción suya… pero insisto, Luis Troquel es familia. Le quiero. Y sus bravos desde platea siempre te llenan el alma y te sale una sonrisa”. Sílvia Pérez Cruz
¿Qué hay de flamenco en Silvia Pérez Cruz? “Entre las cosas que más me fascinaron la primera vez que escuché a una jovencísima Sílvia cantar, es que ya transmitía esa hondura insondable. Jondura, me atrevería a decir. Capaz abrir la pena en canal como ya apenas se ve en la música occidental, como sucede en el mejor cante por seguiriyas y escasas manifestaciones más. Será por eso que sin adoptar nunca el rol de cantaora, ni siquiera cuando estaba en Las Migas, tantísimo gusta a tantos flamencos de ley”.
Estoy totalmente de acuerdo contigo Luis, de hecho cuando estuve hace unos meses asesorando a Joe Boyd sobre flamenco para su próximo libro, quise incluirla a ella también en una selección de voces de mujeres y literalmente me dijo: “no la conocía. Gracias por compartirla conmigo. He estado escuchando su música y es maravillosa”.
Mentiras que son
una brizna apenas
ay! de hierba que
por sus labios va.
Mentiras que son
finas como arena
que sin intención,
sin mala intención,
levanta al pisar.
‘Caricias de sal’
Mariola Membrives es una de las cantaoras más extraordinarias de su generación. Siempre digo de Mariola que es una de las voces que más me gusta cantando por Federico (García Lorca), hay algo en su forma de abordar al granaíno que me conduce a un espacio mucho más íntimo. No sé Luis, es que Mariola me saca del Federico universal, del poeta más internacional y me conecta con algo que tiene que ver con la persona, con el hijo, con el hermano, con el tío…
Cómo hemos hablado en alguna ocasión, la enorme influencia de Mayte Martín en el flamenco, hace que este sea uno de los motivos de Mariola para ir a Barcelona a formarse y es allí donde os conocéis.
Así me explica Mariola Membrives ese encuentro : “Yo le conocí por Marta Robles de las Migas, que le habló de mí. Él me llamó y le puse voz a una canción suya, y luego a otra… y me apoyó muchísimo cuando hice mi primer disco. Hizo una letra para unas bamberas que yo quería hacer que son preciosas. Fue él quien me animó a que hiciera lo de Lorca con Marc Ribot. Y siempre ha estado ahí. Es alguien que te habla bastante clarito. Sí ve algo de mi trabajo que no le gusta, me lo dice, y eso me hace confiar bastante en él. Es una persona educada, diplomática y muy cariñosa, pero “lucha” a su manera por lo que piensa. Defiende lo que cree, es lo que más respeto yo, que sea una persona de verdad”.
Si todo mi sufrimiento
el viento se lo llevara
convertiría en desierto
todo aquello que tocara.
‘Bamberas al viento’
Llegamos a la tercera de las Epifanías: Rosalía. Una de las actuaciones más espectaculares que he vivido, Luis, fue la de Rosalía en un Palau Sant Jordi abarrotado cantando por seguiriya “De Plata”. Pensé: el flamenco nunca se ha vivido así. No podía no preguntarle a Rosalía por ti y ésto es lo que me dice: “Yo adoro a Luis, él creyó en mí mucho antes que nadie y siempre me ha respaldado como amigo y como músico. Me acuerdo de cuando escuchamos música juntos, ¡él me enseñó mucha copla! En realidad… ¡Nunca conocerás a nadie que sepa tanto de música española como Troquel!”
Sentaíta, cabizbaja dando palmas
Mientras a su alrededor
Pasaban, la miraban
La miraban sin ver ná
Solita en el infierno
En el infierno está atrapá
Sentaíta, las manos las juntaba
Que al compás por bulerías
Parecía que rezaba
Junta las palmas y las separa
Junta las palmas y las separa
‘Bagdad’
¿Tú cómo conociste a Rosalía?: “A finales de 2013 desde el Taller de Músics me proponen dirigir un espectáculo en el Festival Ciutat Flamenco, que se centraría en la figura de la gran Maruja Garrido y en el que intervinieron también otros artistas. Como ella había sido musa de Salvador Dalí yo quería incluir una versión rumbera de la canción que le habían dedicado Mecano. Surgió el nombre de Rosalía para hacerlo y yo de inmediato dije que sí, pues, meses antes, había actuado en una programación a cargo de Mayte Martín. Yo entonces no pude verla pero recordaba muy bien las maravillas que Mayte decía de su voz en la nota de comunicación. A Mayte Martín hay cantantes que no le gustan nada y a mí me entusiasman, pero si ella afirma que alguien canta bien, sea del estilo que sea, eso va a misa. Sin dudarlo. Y así, sin haberla escuchado cantar, nos conocimos y a los pocos minutos de conversación era ya como si fuésemos amiguísimos de toda la vida”.
Entonces, ¿es en el “Homenaje a Maruja Garrido” del Ciutat Flamenco dónde se conocen Raül y Rosalía? “Conocerse fue algo después. Yo invité al espectáculo a varios amigos. Refree entre ellos. Y también Gisela Sais, y Sílvia Pérez Cruz. Con ella sí que se conoció Rosalía esa misma noche a la salida del Mercat de les Flors, por cierto. Pero Refree se había tenido que ir a un bolo hacia la mitad. De hecho solo la vio cantar la vieja zambra ‘Ya no te quiero’ junto a Chicuelo, y quedó tan prendado que me llamaría luego enseguida diciéndome que quería conocerla. Entre una cosa y otra pasó un verano de por medio, y al final quedamos los tres una tarde en una terraza junto a mi casa”.
Encuentro que tampoco olvidará nunca Raül Refree. Ni muchas otras cosas: “Luis Troquel es una persona única”, me dice. “Y también una de las personas más queridas que conozco. Todo el mundo le quiere y él corresponde con un corazón gigante y una visión alegre de la vida. Tiene un gran olfato para el talento y su instinto y recomendaciones me han cambiado la vida en varias ocasiones: él me presentó a Sílvia, y años después a Rosalía. También a Jeanette. Espero poder tenerlo cerca mucho tiempo, es un buen amigo de la familia y una inspiración”.
No se puede entrevistar a Luis Troquel sin preguntarle por Bambino por tu extenso conocimiento sobre él, pero sobre todo ¿cómo fue qué debutaste como letrista con unos versos flamencos en la voz de Nacho Vegas? “La primera letra de canción que vi publicada, allá por el 2004, la escribí imaginando que la interpretaría algún cantaor. Estaba dedicada a Bambino y por una serie de coincidencias se incluyó in extremis en un disco tributo en su honor. Le pidieron a Nacho Vegas que la musicara y grabara en menos de 24 horas para que pudiera entrar. Casualmente, yo con Nacho ya había trabajado algo antes en un material para un disco que hice con muchos artistas y saldría poco después, titulado ‘De Benidorm a Benicàssim”.
De tan a gusto que bebo,
de tanto apurar el vaso,
de tan a gusto que bebo
de dar los tragos tan largos
termino bebiendo el poso
y me queda un sabor amargo.
‘La rumba del sabor amargo’
Me maravilló el capítulo bambinero de Cachitos de Hierro y Cromo en el que participaste de forma activa. ¿Cómo surgió titularlo ‘Sonido Bambino’?
“En realidad más que dedicado a Bambino es la historia de un estilo del que él fue principal artífice e inapelable rey. Un subgénero que nadie ha bautizado nunca. Yo lo intenté, y al no conseguir resumirlo en una o dos palabras decidí titularlo ‘Sonido Bambino’. Nadie como él encarnó este subgénero que bien podría definirse como “Canciones sentimentales en clave flamenca”. Casi siempre por melodramáticas rumbas o encendidas bulerías. Las voces, el compás y la instrumentación eran rumberas y flamencas, pero no se trataba de cantes sino de canciones. Con repertorio propio y muchas versiones de baladas, coplas, boleros, rancheras… Incluso canción italiana o francesa. Es una práctica habitual en infinidad de músicas de raíz en su más desprejuiciada vertiente, sobre todo en la tropical. Algo similar al fenómeno de la salsa romántica”.
“En los años 60 y 70 arrasaba, en pleno boom de los tablaos. A los flamencos les encantaba, en cambio los flamencólogos abominaban de ello. Denostado por las tendencias culturales de entonces, entró luego en absoluto declive. Parecía que iba a extinguirse por completo. Sin embargo, recién iniciado el siglo XXI, se alinearon varios factores que siguen manteniéndolo vivo. Empezó un culto de jóvenes generaciones a Bambino en permanente renovación. Era aún muy reciente el impacto del disco ‘19 días y 500 noches’ de Sabina en que tanto lo reivindica. María Jiménez volvió a primera línea y aparecieron nuevos artistas flamencos con ese legado como principal referencia. Muy especialmente Falete, pero es que hasta el mismísimo Miguel Poveda borda este estilo como un palo más de su triunfal baraja”.
“Conocí a Luís Troquel a principio de los 90, yo recién estrenaba mi carrera que se disparó en el 93 y sobre el año 95 me encontraba de promoción de la película ‘La teta y la luna’. Lo recuerdo venir a las entrevistas con una enorme sonrisa, como si celebrara cada triunfo mío y fuese el suyo propio. Su mirada siempre llena de entusiasmo y curiosidad. Después de tantos años no he visto jamás a Luís serio ni enfadado y en sus escritos en prensa se nota un crecimiento siempre ascendiente, quizás por esa falta de ego y su afán de aprender cada día. Gracias Luís por recibirme siempre con tu eterna sonrisa, y tus ojos llenos de ilusión, esos que tienen las buenas personas, sin dobleces, sonrisa auténtica donde cabe todo el gozo que da el arte, ese que te entusiasma como a un niño pequeño al verlo. No la pierdas nunca querido, quien está a tu lado se contagia de tu inocencia y se vuelve algo más niño con juguete nuevo. Te admiro y aprecio mucho”. Miguel Poveda
Era un Cachitos además con cierre superlativo: Lucas Bun evocando a Bambino con todo un combo flamenco. ”Lo viví como un regalo, pues ando maravillado con Lucas y, sabiéndolo, fue el creador de Cachitos, Jero Rodríguez, quien lo propuso”.
“Cuando todavía no nos habíamos conocido, ya sentía que podríamos tener una conexión especial. Hoy ya hemos escrito varias canciones juntos, y Luis es parte fundamental de mi camino como artista. Amigo, consejero, guía, inspirador de canciones, apoyo emocional y profesional, compañero de conciertos, de largas charlas, y mucho más. Siempre agradecido de que nuestros caminos se cruzaran, porque el destino no está escrito, tú me ayudas a escribirlo y tú me ayudas a acabarlo. Gracias, Luigi” dice Lucas Bun
“Fue una grabación que parecía un milagro, pues Lucas llevaba varios días enfermo, sin poder casi hablar. Creía que no podría cantar, pero al coger el micrófono se abrió el cielo. Aunque él suela hacer música muy diferente, también quedó rendido al conocer a Bambino. Es increíble constatar la de discos suyos que se han reeditado remasterizados en Spotify. Es la prueba de que este estilo sin nombre, que sin ser propiamente flamenco es flamenquísimo, sigue vigente. Yo desearía que tuviera más vida por delante. No sé si la tendrá o no, pero me encantaría porque me gusta como pocas cosas en el mundo”.
Agradecimientos Miguel Poveda y María Torrejón, Sílvia Pérez Cruz y Álex Sánchez, Mar Girona y Raül Refree, Mariola Membrives, Rosalía y Pilar Tobella, Rocío Márquez, Soleá Morente y Sofía Comas, Lucas Bun, Lluis Cabrera y Sonia Vallejo, Jordi Turtós.
Y a ti, mi querido amigo, aunque en apariencia la puntualidad no sea tú fuerte: siempre estás en el lugar y el momento adecuados. Gracias siempre por todo y por tanto. Te queremos.
*Todas las letras aquí plasmadas son creación de Luis Troquel.