El tiempo pasa, pero el sentimiento queda. Una prueba de ello es Jesús de la Rosa, mito, maestro, predecesor, etc… Una de las personas más representativas de nuestra historia musical (junto a Paco de Lucía, Camarón, Pepe Roca, Serrat, y no mucha gente más) viajó por última vez a su Sevilla natal (o quizás se quedó en la calle Feria para siempre) la madrugada del 14 de octubre de 1983. Fue cerca de Burgos, en dirección a Madrid, cuando la tarde del día anterior su destino se cruzó con un contratiempo regresando de entregar su arte por una buena causa; unas recientes inundaciones en el norte de España habían provocado ciertas necesidades económicas. La época de Triana estaba llegando a su fin mientras Jesús planeaba su carrera en solitario.
Un chaval que salía cada mañana de su casa en la calle Feria, el menor de ocho hermanos, en dirección al taller mecánico tarareando alguna bulería o algún éxito anglosajón… poco después empezaba a sustituir a su hermano Manuel en la Orquesta Macarena, o se metía en alguna otra formación similar de manera ocasional para actuar casi siempre en ferias de la zona. Posteriormente fundaría «Los Nuevos Tiempos» junto a Manolo Rosa (quien en el futuro sería bajista tanto en Triana como en Alameda), Rafael Marinelli (futuro teclista de Alameda), Gualberto (futuro guitarrista de Smash), etc… mucho arte en una formación que vería su final con el cumplimiento del servicio militar. Quedaron en el recuerdo temas como «Cansado me encontré», único tema en castellano puesto que los demás estaban en lengua inglesa. Durante el tiempo que Jesús estuvo en Madrid debido a la obligación militar, tuvo una primeriza incursión en «Los Bravos», pero su voz sonaba excesivamente sevillana para los propósitos comerciales así que fue rechazado. Una vez libre del compromiso, pasaría una temporada en Granada prestando su voz a formaciones orquestales hasta que volviendo a Madrid (Barajas) forma «Tabaca»; junto a Emilio Souto y el guitarrista de «Los Payos», Eduardo Rodríguez, hacía experimentos musicales sin una orientación clara. Se trataba de mostrar el arte sin ningún tipo de pensamiento impuesto o sonidos pretendidos… la aventura musical duró apenas un año. La CBS, su discográfica, intentaba establecer formas a un arte excesivamente libre respecto a parámetros establecidos. Emilio Souto decidió irse al norte a formar la «Desde Santurce a Bilbao blues band». Jesús y Eduardo se fueron a Sevilla, donde también vivía Telesforo, que compartió anteriormente escenario con Eduardo siendo el batería de «Los Payos». Ellos tres junto a Lole y Manuel empezarían pronto a ensayar un nuevo proyecto rockero con esencias flamencas… pero tanto arte junto no pudo compartirse. Finalmente Lole y Manuel seguirían su carrera por un lado y los otros tres terminarían formando «Triana», que adoptaron tal nombre debido a que Tele era oriundo del citado barrio. Quizás debido a esa circunstancia, los medios de comunicación por fin se dieron cuenta de que clase de agrupación era Triana, y le dieron amplio espacio a la banda. Posiblemente era la primera vez que un grupo español de rock contaba sus ventas en cientos de miles, tanta era la expectación que en el mítico concierto del Parque de atracciones de Madrid la mañana del domingo 30 de septiembre de 1979 las cinco mil localidades del auditorio solo pudieron acoger al diez por ciento de la gente que pretendía acceder al recinto. Entre una multitud que les aclamaba, recogieron tres discos de platino por las ventas de su más reciente álbum, «Sombra y luz». En los tres años posteriores llegarían discos que a pesar de tener temas espectaculares como «Cae fina la lluvia», «Tu frialdad», «Una noche de amor desesperada», «De una nana siendo niño», y pocas más destacables, no estaban al nivel artístico de los tres discos anteriores. Quizás fuera por desorientación en la idea principal del proyecto,o la necesidad de buscar nuevos caminos conceptuales debido a la presión que sobre todo artista le da estar en lo más alto, pero la trayectoria del grupo iba en evidente declive. Prueba de ello es que «Llegó el día», el último disco, no tuvo apenas repercusión. Realmente no eran malos trabajos, pero es cierto que Triana pasó de tener grandes discos a tener grandes temas formando parte de irregulares discos. Todos los grupos, por buenos que sean, tienen una fecha de caducidad… y el final de Triana tal como estaba planteado se podía ver en el horizonte. Jesús de la Rosa empezaba a planear una carrera en solitario, pero el destino se cruzó por medio a las cuatro de la madrugada del viernes 14 de octubre de 1983. Nos dejaba una voz naciendo un mito. Es cierto que se echa de menos un gran homenaje .No me refiero a algún tipo de concierto que seguramente se hará, sino a posibles acciones como el nombre de una calle del barrio de la Macarena, una estatua en algún lugar como la Plaza del Pumarejo, o algo similar… pero me consta que somos muchos (bastantes creo) los autores que en el silencio de cada noche, entre nuestros versos y acordes, abrimos un paréntesis. Espacio en el que caben lagos donde se reflejan los sueños, sueños que son altos como el cielo, cielo al que se quiere subir para ver motivos que impiden ver… o ver como cae fina la lluvia, contar una historia, quizás una noche de amor desesperada; mañanas luminosas o quizás desnudas, donde encontramos a un señor que sigue buscando su ser, mientras a alguien todavía le preocupa la frialdad de una mujer. Creo que estos momentos que a mucha gente nos gusta sentir en nuestro aire de vez en cuando son el mejor homenaje que se le puede hacer a un poeta. Estés donde estés, Jesús, nunca te olvidaremos. |