Jose Manuel Gómez «Gufi»
Flamenco Festival New York
Ir a Nueva York a ver flamenco tiene todo el sentido del mundo. Nueva York se convirtió en la segunda patria de Sabicas (después de la calle la Mañueta en Pamplona) y de Carmen Amaya (después del Somorrostro y de su última morada en Begur). Ambos triunfaron en el Carnegie Hall, juntos y por separado. El Carnegie es el templo de la música clásica pero también lo es del jazz, de la bossa nova y de la música cubana, este año no han programado flamenco ahí. A un paso está el New York City Center uno de los templos de la danza en la ciudad. Un teatro de dos mil localidades donde las butacas están muy cerca de los artistas. Me cuelo en el escenario y la sensación es muy potente. La gente está casi encima de los artistas. Incluso en el primer piso tienes la sensación de estar cerca. Me avisan de que, si me paso un rato antes, tendré la oportunidad de ver como los neoyorquinos aprenden flamenco. La profesora parece de “Graná” pero es de Nuevo México y en media hora consigue que más de un centenar de espectadores entren a sus butacas con la sensación de haberse puesto “flamencos”, dar una vuelta, soltar una patada, dar unas palmas y decir ¡ole! más o menos donde conviene. Luego afroamericanos, afrolatinos, mestizos, blancos y chicanos se hacen unas fotos con la profe. Se lo toman con esa pizca de guasa que hay que buscarle a los neoyorquinos, tan serios ellos.
El flamenco es tendencia en NY desde que se inventó el cinematógrafo a principios del siglo XX. El flamenco Festival se celebra en NY desde 2001, una odisea organizada por Miguel Marín que ha armado un espectáculo singular “La gala” que reune a cuatro figuras de la danza en un espectáculo bien armado por Manuel Liñan y conducido por el cante de Rocío Márquez que pone en conexión a las cuatro estrellas del baile Juana Amaya, Olga Pericet, Jesús Carmona y Patricia Guerrero con cantaores y guitarristas. Atrás queda Paco Vega que es el que ve todas las coreografías con sus percusiones. Todos están por encima del nivel a destacar unos tangos “arrumbados” por Juana Amaya y la larga guajira de Olga Pericet.
La fundación SGAE estrenaba ciclo “Flamenco en eñe” orientado a la pujante escena jazzistica de nuestros flamencos, la ausencia de Manolo Aguilar (presidente de la fundación) se justifica por su reciente dimisión. Los protagonistas fueron Josemi Carmona, Javier Colina y Bandolero que ofrecieron en el Joe´s Pub su propuesta. Los tres han librado muchas batallas en Nueva York. Josemi con toda clase de espectáculos desde que era niño, Colina pasó por aquí con Chano Domínguez y con Bebo Valdés, Cigala y el Lágrimas Negras. Bandolero estuvo con Morente y el Omega. Así que están relajados, especialmente Colina que saca un acordeón para tocar una farruca en memoria de Juan Habichuela, el hombre que en la feria mundial de 1964-65 se trajo ´”pa” España los discos de Sabicas, algo que revolucionó el toque en la familia Habichuela. A destacar cambios en el repertorio, no entró “el Incomprendido” y acabaron por el “Moon River” ambas con vínculos con la ciudad. Pesca escuchó esa canción en la voz de Ismael Rivera en 1965 y “Moon River” suena en “Desayuno con diamantes” la película en la que Audrey Hepburn iba a desayunar a Tiffanys (al escaparate) una posibilidad que barajaba el cronista, más sobrao de leyendas que de dólares.
Me encuentro con el pianista Chano Domínguez que me cuenta que se ha instalado en NY y que ya tiene banda flamenca y conciertos. Hay unos cuantos hispanoparlantes en el Joe´s Pub (un local un poquito más grande que el Nuevo Café Berlín) y se nota cuando nos reímos de los comentarios de Josemi, sembrao. Total que el 90 por ciento son anglos que parece que aprecian la letra de estos instrumentales. El lector entenderá el asunto cuando escuche como Colina canta como Camarón o siguen escrupulosamente la letra de boleros inmortales. Éxito indiscutible que se repite con Alfonso Aroca un pianista al que debiéramos conocer mejor por aquí, por España y que ha grabado un disco que es una declaración de intenciones: “Orilla del mundo”. Este fin de semana la banda UHF cierra el ciclo.
La guinda la puso Olga Pericet con el estreno en Manhattan de “Pisadas” un espectáculo que ahonda la profunda impresión que ha causado la bailaora en el cronista. Será por eso que Nueva York me ha parecido más pequeño, quizá porque en este viaje estaba con los flamencos y eso es muy grande.
Un ratito antes del estreno de la Gala Flamenca en Nueva York . Una profesora de origen mexicano ofrece un cursillo muy acelerado de flamenco, incluida posición, palmas, tacón y ¡olé!. Más o menos en el sitio. (foto: Gufi)
Rocío Márquez es la voz que conecta todos los elementos de la Gala Flamenca, aquí junto a Olga Pericet. (Foto Carole Edrich).
Juana Amaya la conexión con los ancestros (Foto Carole Edrich).
Por la mañana nieva en Nueva York y 2000 niños asisten a su primera experiencia flamenca. Un momento de la salida. Se puede apreciar que apenas hay unas docenas de niños en las puertas del teatro que hacen cola para subirse al autobús amarillo. Dentro del teatro los niños están organizados en filas por colegios y autobuses y guardan escrupulosamente su turno para salir a la calle. (foto: Gufi).
Josemi Carmona, Javier Colina en el joe´s Pub momento para la farruca al acordeón. (Foto Alejandro Mallado)
Alfonso Aroca saluda al público del joes pub puesto en pie. (foto: Gufi)
Olga Pericet baila el Garrotín con un bicho con cuernos en Pisadas. (foto: Alejandro Mallado)