Texto: Sara Arguijo
Fotos: Flamenco.moda
En estos días previos a la Feria de Abril, las sevillanas ultiman los detalles de los modelos que lucirán este año, donde el amarillo, los estampados florales y el corte vintage son los protagonistas.
No, no le hable usted de faralaes a una sevillana porque rápidamente detectará que es de fuera. Procure no mencionar la idea del disfraz si a vestirse de flamenca o de gitana se refiere. No trate de medir las horas y el empeño que invierten en bichear las tendencias cada temporada, buscar el modelo que les enamore o recorrer decenas de tiendas repletas en pro del complemento perfecto. Y, sobre todo, no cuestionen nunca la necesidad de comprar un vestido nuevo. Difícilmente van a entender la importancia de la moda flamenca en la capital andaluza sino profundizan en su cultura.
A escasos días de que se inaugure la fiesta con el tradicional alumbrado, Sevilla no sólo huele a Feria porque la portada tenga las bombillas colocadas, las casetas estén prácticamente decoradas o le hayan puesto al MetroCentro un sombrero de Tío Pepe. El verdadero olor a Feria sale de las casas de quienes desde hace semanas andan ultimando los preparativos que luego lucirán los días que pisen el albero. Porque una cosa es que las flamencas sepan lo que favorece su traje regional y otra distinta es que se atrevan a dejar un fleco suelto a la improvisación.
Es decir, cualquiera que pasee por la ciudad en estos momentos asistirá aunque no quiera al backstage de la más colorida y fantasiosa pasarela en la que se convierte este evento. Las tiendas transforman sus escaparates y pasan a vender casi en exclusiva accesorios para la Feria; las tintorerías únicamente cuelgan trajes de años anteriores que las sevillanas tratarán de tunear para actualizarlos; los talleres de modistas son un hervidero de últimos retoques; las casas de las diseñadoras están a rebosar de indecisas de última hora que no quieren pasar sin un estreno… y hasta los chinos han realizado pedidos extra de horquillas que sujeten los moños y tiritas que eviten las rozaduras de los tacones que tendrán que bailar sevillanas durante horas. De alguna forma ha llegado el momento para que las propuestas que se han podido ver este año en tradicionales citas como el We Love Flamenco, el Salón Internacional de la Moda Flamenca SIMOF o la Pasarela Flamenca de Jerez se impregnen del sabor a manzanilla.
En este sentido, si algo parece quedar claro es que en este abril de 2015 el traje permite prácticamente de todo siempre y cuando se busque la originalidad sin dejar de lado la elegancia. Así, priman los tejidos estampados: flores grandes y pequeñas que pueden aparecer combinadas con telas de lunares o lisas ofreciendo un resultado vintage que recuerda a las flamencas de las primeras postales.
En cuanto a los colores, aunque se mantienen los clásicos como el combo negro-blanco, los rojos o los beiges, es cierto que el protagonista de esta temporada es el amarillo que desafía la mala suerte que le asignan en radiantes y favorecedores vestidos para el día o en sensuales y distinguidos trajes de noche cuando adquiere un tono más apagado.
Por otro lado, en los cortes veremos ideas para todos los gustos. Vuelven con éxito las dos piezas con faldas de nesgas y camisas con tejidos de alta costura (encajes, gasas, transparencias…) que resalten la feminidad de la mujer. Y en el traje conviven los talles bajos con voluminosos volantes con otros más subidos de reminiscencias setenteras o incluso noventeras, Además, se pone el foco en los escotes (también por la espalda), en los cuerpos barrocos con detalles dorados o en trabajadas mangas de farol o húngaras que juegan con las asimetrías.
Por último, tal y como ya se ha ido viendo en los dos últimos años, los complementos cobran fuerza y lo dejan todo a la elección de cada flamenca. Eso sí, el peso lo tienen las flores ya sea en forma de variados ramilletes –que no tienen que ser del color del vestido- o en forma de coronas colocadas a un lado del peinado o en modo diadema, pero en ningún caso aisladas.
En definitiva, una vez más, existen infinitas opciones que se adaptan a cada tipo de mujer pero que como objetivo común tienen el de hacerlas sentir únicas. Algo que las sevillanas tienen muy claro. No se trata de ponerte un vestido porque sí sino de sentirte especial con lo que llevas y ser capaz de transmitirlo. El entusiasmo por la moda flamenca es aquí una cuestión de actitud.