Texto & fotos: Tamara Marbán
Si has venido a la última edición del Festival de Jerez, quizá necesites cuarentena flamenca y no quieras seguir leyendo. O igual perteneces a esa clase de gente que una vez con el veneno inoculado, sólo quiere más. Puede ser que este año no hayas podido venir y quieras saberlo todo. Calma, que tampoco te vamos a descubrir el antídoto del coronavirus. Tan sólo hemos hecho una recopilación de pequeñas-grandes cosas que no influyen en la caída de la bolsa ni son relevantes para establecer el precio del crudo, pero sí marcan hitos en el ritmo interno de este pequeño rincón del planeta, Jerez, tan admirado por muchos otros.
–Por fin, Rubichi vuelve a su barrio
Han pasado casi trece años desde la muerte de Diego de los Santos Bermúdez, Diego Rubichi, y casi cinco del homenaje a su persona cuyos fondos irían a parar a lo que hoy, por fin, puede verse en el número 21 de la calle Empedrada en su peña, la de La Bulería: un busto encargado a la jerezana Nuria Guerra (autora de otras tallas similares, la de Antonio Chacón, Manuel Torre o la de Tío José de Paula). El acto congregó a infinidad de artistas, amigos y familiares de Diego, que esperaban con ardor verlo de regreso en su barrio.
–Emisaria en Dinamarca
Vino al Festival de Jerez, como cada año desde hace muchos; pero lo justo es decir que Kirstine Hastrup vuelve siempre a esta ciudad, con o sin programación oficial. La danesa, que puso en pie Kriatura, el Festival de Flamenco para Niñxs (que se realiza en Jerez desde 2018), recibió de manos del consistorio jerezano el reconocimiento de Embajadora del Flamenco de Jerez por su labor múltiple: por poner en valor el arte local y llevarlo por el mundo por bandera, por contar las bondades de una ciudad que la apasiona y por su apoyo y compromiso con el flamenco en particular y la cultura en general. Habitante habitual del barrio de San Miguel cuando arriba a la ciudad, se muestra visiblemente agradecida por esta distinción y no deja de vislumbrar y estremecerse con la hondura que narra la voz del flamenco, nacida de pueblos errantes y minorías castigadas.
–Al cielo, A las estrellas
Hasta allá arriba dedica la creadora audiovisual Roksaneh Emma Fotovat su último trabajo. El cortometraje que la asidua jerezana de adopción presentó en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco se llama A las estrellas, un homenaje directo a las mujeres de nuestra vida y al trabajo cotidiano que todas y todos deberíamos sostener y que, oh casualidad, sólo recae en sus espaldas y, la mayoría de las veces, sin reconocimiento. El metraje incluye la participación de la gran Coral de los Reyes y El Macano como protagonistas, aunque aparecen en pantalla también conocidos nombres del panorama flamenco local como Juan Diego Mateos, El Zorri o Juan Garrido. Mención aparte merece la celebración posterior a la proyección del corto, donde reinó la convivencia entre las participantes y visitantes del festival de todo pelaje, así como de parroquianos habituales de la peña gastrovinícola Margara de Mané, que preparó una sopa de tomate que invitaba a la genuflexión.
–Imagínate que grabas tu primer disco con 73 años
Te viá matá, suelta entre bromas Manuel Fernández González, el Gordo, a su sobrino Domingo Rubichi mientras reoyen el cante que acaban de rematar en el estudio. Con 73 años, este hijo del fragüero Tío Juane y el segundo de una casa cantaora que continúa, acaba de dejar registrada su voz, por primera vez, en un trabajo discográfico. Nada acostumbrado a las lides propias del estudio, Manuel se arropó con los guitarristas Domingo Rubichi y Juampe Carabante, aledaños a su entorno habitual. Éste último fue quien sugirió la posibilidad de grabar al Gordo para la posteridad. No en vano, el padre de Juampe, Pedro Carabante, polifacético creador local, ha sido el autor de la fotografía, diseño y maquetación del CD, además del libro Dando el cante, que se presentó en el mismo acto. Ambos trabajos, nacidos al calor de la serie Flamenco y Universidad que coordina Rafael Infante, destinarán lo recaudado con su venta a la Asociación Española Contra el Cáncer.
–El nombre de los Moneo, en las calles de la Plazuela
Sería erróneo decir que vuelven porque nunca se fueron, aunque ahora sí lo reconoce hasta GoogleMaps. Y es que se encontraban a faltar los nombres de dos plazueleros de pro: el de Manuel Moneo Lara y el de su hermano, Juan Moneo Lara El Torta, que ocupan ahora un lugar privilegiado en el barrio que los vio nacer y al que tantas letras dedicaron. El Ayuntamiento de Jerez, a petición de la familia, ha decidido que la calle que conecta Puertas del Sol con Madre de Dios lleve ahora el nombre de Manuel y, la que enlaza Puertas del Sol con la calle Leones, el de El Torta. Emoción incontenible en un acto dedicado a quienes dejaran para la afición un legado y un referente del cante.
Y una cosita más
En cualquier mes de febrero, mientras el centro de la ciudad bulle y se llena Villamarta noche sí, noche también, en algunos barrios jerezanos -especialmente aquellos adonde el turismo no ha llegado ni tampoco se le espera-, considerable niñez y adolescencia sigue jugando a ocupar calles y plazoletas para bailar por bulerías y para hacerse la contra en cualquier compás. Pero en febrero, en mayo y en octubre. En la calle, sin focos y sin programa de mano. Eso también pasa. Y no sé si lo sabías.
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