Entrevista: Rafael Manjavacas
Fotos: Paco Villalta – Cía Marco Flores
Hablamos con Marco Flores, bailaor flamenco de Arcos de la Frontera (Cádiz), joven pero con una larga carrera a sus espaldas, realizada en paralelo con otros artistas de su generación, Olga Pericet, Manuel Liñán, Daniel Doña… con la que ha compartido escenarios y unos cuantos espectáculos. En 2007 gana 4 premios nacionales en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y en 2010 afianza su carrera en solitario presentando «Deflamencas» en el Gran Teatro de Córdoba. Espectáculo que consiguió el premio de la crítica del Festival de Jerez 2012 y que ha llevado a los festivales y teatros más importantes del mundo.
España está muy, muy difícil, es casi imposible
Dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio, ¿Cuánto tiempo llevas bailando?
Llevo bailando 17 años, empecé mi formación bastante tarde, a los 17, porque antes estudiaba guitarra.
El camino, además de largo, no parece que haya sido fácil, para ti y para todos los de tu generación, ¿hay momentos de desesperación a lo largo de tu carrera?
Hay muchos momentos de desesperación, sobre todo cuando te ves solo y tienes que producirte y distribuirte tú solo. Es el gran problema con el que nos encontramos nuestra generación. Sacar adelante cualquier proyecto cuesta mucho, y que te apoyen y crean en él aún más. Pero creo que somos una generación que tiene un grandísimo respeto y amor incondicional por este arte y eso lo suple todo.
A pesar de las dificultades, entiendo que recorrer ese camino, acompañado de Olga Pericet, Manuel Liñán, Daniel Doña… os ha ayudado y retroalimentado a todos.
Yo me siento muy afortunado de tenerlos como compañeros y mucho más como amigos. Creo que formamos un laboratorio creativo en el que no teníamos miedo a nada y nos lanzábamos a todo y eso es gracias a la admiración y respeto que nos tenemos entre todos.
Para mí fue la mejor escuela que uno puede tener, teníamos un crecimiento individual y colectivo a la vez. Ellos son parte de mi carrera y de mi baile, hay un poco o mucho de ellos en mí y me siento muy orgulloso de eso.
Comenzasteis juntos, habéis crecido profesionalmente juntos… pero también habéis hecho proyectos por separado, otros de forma conjunta… parece que con acierto, por los resultados.
Nosotros nunca fuimos una compañía cerrada y definitiva. Nunca tuvimos un compromiso o contrato de permanencia como compañía, nos juntábamos cuando la necesidad creativa lo pedía y según ésta, estábamos en el proyecto unos u otros. Todo era muy de verdad y creo que eso produce cosas buenas.
El reconocimiento del público, de la crítica… y de tus premios en el Concurso Nacional de Córdoba… ya llegó hace unos años, a pesar de eso, luego hay que ir llamando a muchas puertas.
Si, nunca hay que parar. Esta es una carrera de fondo y lo que importa es la dedicación que le pongas a esta. Hay muchos altibajos pero cuando amas esto de verdad le dedicas todo de ti de una forma muy natural.
Yo creo que el camino lento es el mejor.
El verdadero reconocimiento, quizás sea, cuando te programan en los grandes festivales.
El verdadero reconocimiento son muchas cosas, entre ellas esta que comentas, pero para mí el verdadero reconocimiento o el más valioso es el de los compañeros de profesión o de la gente verdaderamente aficionada al arte.
Esos festivales… Festival de Jerez, Bienal de Sevilla… constituyen escaparates, donde programadores de todo el mundo buscan esos espectáculos únicos. Acabas de venir de México, en Francia se ve que te quieren mucho… quizás sea más difícil en España.
España está muy, muy difícil, es casi imposible. Salvando pocos festivales como los que has nombrado antes que hacen muy buena labor y tienen un gran compromiso con este arte, la mayoría no arriesga, no se documenta del momento tan rico en cuanto a intérpretes tiene este arte y su objetivo es colgar el cartel de “no hay localidades” dando así cabida a compañías y artistas mediáticos. No critico esto porque creo que es necesario pero sí creo que habría que combinar este tipo de programación con otra.
Aunque me consta que estos días has pasado por casa, por Arcos de la Frontera, ¿Qué has hecho allí?
Hemos hecho tres funciones con mi espectáculo Tránsito, y estoy muy emocionado de haber podido bailar en mi tierra, con mi gente y mis paisanos que me quieren mucho.
¿Cuántos espectáculos llevas en rueda? ¿Cómo te están funcionando?
Coproducidos y dirigidos con Olga, Manuel y Dani seis producciones, y en solitario tres: DeFlamencas, Tránsito y Laberíntica.
Aunque cuesta mucho salir adelante el balance que saco es más bien positivo, con unos más que otros, pero estoy contento. Sigo con estos tres espectáculos en distribución y trabajando. DeFlamencas es el que primero estrenamos (2010) y es el que más se ha rodado, llevamos casi 50 funciones y estamos muy contentos.
Han sido muchos los flamencos, que han puesto cierta distancia de la raíz flamenca, ¿Cómo se conjuga eso? ¿Cuál es tu posición?
Intento que mi posición sea la más clara siempre. Yo creo que no pongo ninguna distancia de la raíz flamenca cuando bailo flamenco, la manera de sentir esa raíz creo que es personal. Otra posición que creo que hago en mi carrera es hacer danza con un lenguaje flamenco y creo que se ve muy claro cuando es una cosa y es otra y ambas caminan muy bien juntas. Lo importante es defenderlas cuando estas en una posición u otra.
Además… de los Tablaos, nunca te has despegado y sigues bailando habitualmente. ¿Siguen siendo un punto de encuentro entre los artistas?
Siempre bailo en tablaos, aprendí a bailar y sigo aprendiendo en ellos. Los tablaos son un hervidero creativo y de aprendizaje para el flamenco. Trabajas con gente con la que habitualmente no trabajas, tanto bailaores, guitarristas como cantaores y eso te hace crecer mucho y estar en el momento real de este mundo.
A mí me encanta porque coincides con gente que tiene más carrera que tú, gente que son más jóvenes… y todo esto me hace sentir vivo y estar en la onda. El lenguaje que utilizas es distinto al de un teatro, ni mejor ni peor. Y siempre es como un reto porque es todo improvisado y diferente cada día. Se aprende mucho, y no solo de baile sino de cante y guitarra también.
Yo creo que los tablaos están viviendo ahora otra época dorada ofreciendo actuaciones de buenísimos artistas.
Y también los Cursos, un habitual de la Escuela de Amor de Dios… y en el Festival de Jerez. Estos cursos constituyen también un punto de encuentro internacional, vienen gente de todo el mundo.
Los cursos son muy importantes, es una forma muy interesante de conectar con la afición flamenca en el mundo, y también de contactar con sitios de todo el mundo donde no puedes ir actuando.
Y cuéntame, ¿qué estás preparando actualmente y cuándo podremos verlo?
Ahora empiezo a coreografiar a otras compañías, sigo trabajando con la mía y preparando ya con mucha ilusión “Paso a Dos” junto a Olga Pericet y José María Velázquez-Gaztelu. Estoy muy ilusionado con esto, es un proyecto muy bonito y muy íntimo. Estaremos en el festival de Jerez el próximo 26 de Febrero.