El cordobés estrena este sábado en su tierra ‘Movimiento’, una ópera prima donde se sitúa como uno de los guitarristas más frescos y luminosos de su generación
En el transcurso de la entrevista, al otro lado del teléfono, Luis Medina (Córdoba 1990), insiste en varias ocasiones en la idea de sinceridad. Reconociendo que su concepto artístico sitúa ahí su máxima aspiración, más que en la búsqueda del virtuosismo o de la genialidad que procuran muchos otros guitarristas de su generación.
Así, sin grandes pretensiones, pero con muchas ganas “de mostrar, que no de demostrar” lo que le agita en la música, el cordobés forjó Movimiento, un disco fresco, luminoso y alegre que publicó a finales del pasado año y estrena por fin en su tierra este sábado 19 de junio en el Teatro Góngora con el cante de Jesús Corbacho, José del Calli y Rafa el Calli, Juanfe Pérez al bajo, Javier Rabadán a la percusión y la colaboración especial de Álvaro Paños.
-Sabemos que el movimiento se demuestra andando, ¿también tocando?
-El movimiento se demuestra en todas las facetas de la vida. Está presente siempre porque lo que nos rodea se transforma continuamente y nos cambian también las vivencias, las experiencias… Por supuesto que tocando también porque cuando tocamos estamos reflejando lo que llevamos dentro. El toque es la manera de expresar esa música interior, por eso nunca puede permanecer inalterable.
-En este caso, se presenta con ocho temas, la mayoría con letra propia, donde destacan la soleá El Rinconcillo (dedicada a Paco de Lucía) o el single por abandolaos Plaza grande. ¿Cómo definiría su guitarra?
-Me defino como un guitarrista sincero. Simplemente intento tocar lo que siento, nunca alardear de técnica, ni de recursos armónicos o rítmicos. Simplemente intento contar cómo veo la música, sin tratar de agradar a nadie más que a mí mismo. Lo que pasa es que creo que cuando eres honesto al final conectas más con el público. También trato siempre de sonar flamenco, creo que eso también me define.
-Usted, a pesar de esta nueva etapa, se reconoce abiertamente como guitarrista de acompañamiento, ¿qué le cuesta más de ponerse solo con el instrumento?
-Es verdad que donde más disfruto es acompañando porque me encanta el cante y el baile. De hecho, suelo componer pensando antes en la voz, en la letra incluso. Tocar solo es muy diferente porque tienes que intentar contar algo distinto, personal, una historia que tenga un sentido. Eso es lo más complicado. Luego, técnicamente se exige otra disciplina también, pero ya digo, lo más difícil es conseguir que tu guitarra tenga un discurso propio porque cuando acompañas tu función es arropar al cantaor.
-Tanto en el álbum como en el concierto aparece rodeado de grandes artistas de su generación, ¿se puede decir que lo suyo es una banda flamenca?
-Hemos formado una banda de gente joven muy interesante e intentamos ofrecer un formato más actual. Aunque mi objetivo primero es que suene flamenco, de verdad, puro, en el sentido de auténtico.
– Porque, hablando de movimiento, ¿cuánto le mueven a usted sus compañeros?
-Los músicos siempre estamos fijándonos los unos en los otros, tanto para coger ideas como para estar al día de lo que se está haciendo. Es una manera de inspirarte, son una fuente. Para mí es muy gratificante, aunque tengo que reconocer que no suelo escuchar mucho a la gente de mi generación. Me gustan muchos compañeros como Sergio de Lope o Andrés Barrios, pero a la hora de ponerme un disco suelo acudir a lo antiguo.
-Después de este año loco, ¿cómo se siente en esta vuelta a los escenarios?
-Con muchas ganas. Después de la pandemia ya hemos hecho algunas cosas, pero poder estrenar el disco es un paso adelante muy importante. Creo que no va a dejar indiferente a nadie, sobre todo porque es algo hecho con el corazón. Va a ser un concierto donde esperamos que el público vibre y se lo pase genial.
-En este sentido, ¿qué diría que se va a encontrar el público?
-Algo hecho de verdad, desde el corazón, con el único objetivo de conmover el alma. Pienso que ésa es la virtud de la cultura, el tener la capacidad de transmitirte emociones y llevarte a otros terrenos. La muestra de sinceridad más clara que puedo hacer.
-Por último, ¿cree que hay sitio en el flamenco para tanto buen guitarrista?
-Siempre hay sitio para todos porque además cada uno puede tener su sello. Sólo hace falta es que cada uno encuentre su espacio.
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