Lecciones de guitarra por Rocío Molina

Rocío Molina entrevista

Rocío Molina entrevista

Es un privilegio hablar con una de las estrellas mundiales de la danza con un grado de intimidad que no te puedes creer para cualquier estilo musical que no sea el flamenco. Imaginen que hablan con Bob Dylan o con los Stones y te cuentan que lloran en los ensayos. ¿Se lo pueden creer? Esa desnudez emocional se alcanza pocas veces en el mundo del arte y resulta un hecho excepcional para cualquier periodista.

No sé si merezco la confianza de semejante torbellino emocional. Rocío Molina me recibe con una sonrisa con mascarilla tras la rueda de prensa en la que ha presentado en Madrid su trilogía de la guitarra. Hago una pantomima de saludo y bromeo con la historia de Mijaíl Barýshnikov (la última estrella de la danza clásica) que hizo el gesto de postrarse a los pies de la bailaora tras una presentación en el New York City Center.

Conozco esos camerinos, había recreado la escena, uno le añade glamour y un poco de comedia cuando imagina el momento. Lo que no sabía es que existía un video en el que aparece mucha más gente que en mi imaginación. Ahí se ve cómo el último bailarín estelar que atravesó el telón de acero hace el gesto de postrarse ante la diva que reacciona como cualquier ser humano corriente ante un amigo que exagera: “Ni-se-te-ocurra”.

Me resulta muy fácil conectar con Rocío y en unos pocos minutos salgo de la entrevista con la misma sensación de flotar que me provocó Lindsay Kemp en el teatro de la comedia de Madrid en 1978 con “Flowers”. Hablar con Rocío Molina también es una experiencia.

Rocío Molina – Vuelta al Uno

Gufi. –Acabas de llegar de París con la trilogía de la guitarra. ¿Estupendo, verdad?
Rocío Molina. -Si ha sido muy bonito, muy bonito.

Gufi. –Ahora la representas en Madrid con el estreno de la tercera parte. Yo sólo he visto la segunda parte, la oscura, a mí me encantó pero mi compañera quería verte más iluminada.
Rocío -El escenario es negro pero con mucho brillo. De hecho no queríamos trabajar en la oscuridad, para nada. Hay mucho cañonazo de luz. ¿Dónde lo visteis?

Gufi.-En los teatros del Canal hace un año.
Rocío.- Lo ves en París (ahora) y te puede parecer otra cosa.

“Con Riqueni he llorado en los ensayos”

LECCIÓN PRIMERA. Los espectáculos evolucionan. No sólo dependen del momento del bailaor, de los músicos y de los técnicos, son entes vivos que se mueven y crecen en la misma medida que los artistas que los crean.

También puedes ir a París. Rocío se ríe y apunta que no es necesario. Hay varias citas en Madrid estos días.

Gufi –La primera parte es con Rafael Riqueni. La última vez que le ví en el café Berlín… lloré. Su música es…
Rocío -Yo he llorado en los ensayos. No habíamos empezado a ensayar y estaba tocando. Yo hago de su técnico, le pongo el sonido. Estoy a mi rollo preparando.. el está tocando y empiezo a llorar, sin poder controlarlo y ¿qué hago yo ahora? ¡Me tienes que abrazar!. Terminar un ensayo temblando de ¡Cómo ha tocado ese hombre! ¡Qué más da si está bien iluminado, si el traje se ve… a ver… importa. Si toca Riqueni, yo vuelo. Ese es el espectáculo.

Rocío se ríe como si fuera así de simple.

Gufi –Un día le pregunté a La Chana por tu estilo y estaba agradecida por lo que habías hecho en su homenaje y su regreso, sabe que eres grande, pero me dice que no es lo suyo.
Rocío -La Chana es que es muy auténtica, muy verdadera. Pero fijate que capacidad tiene de querer, porque me quiere y me adora y también aceptando lo otro. No es lo mío, pero te quiero.

Gufi –Me contaba Tino di Geraldo que un día le dice Morente para un concierto: “además del cajón, lleva la batería” cuando están en la prueba de sonido Morente, Juan y Pepe Habichuela, se vuelve Juan hacia el instrumento y dice: ¿No hará mucho ruido? (risas) ¿Cuando estás con Riqueni, te dice algo… sobre los silencios, los bailes, la música?
Rocío -Mira, Rafael, ahí donde lo ves, lo estaba deseando tanto que en los primeros ensayos me decía: “me siento tan bien, tú que eres “rara” y yo me siento tan raro y que… podamos ser raros”. Era como una liberación. Luego, luego el tema de los silencios era muy duro para él… ha sido un trabajo… de confianza, como todo. Yo lo forzaba al silencio, le decía ahora está sucediendo esto, estamos en calma, está pasando un nube. En el escenario no lo hacía. Yo decía… Rafael ¡aguanta!, hasta que un día en Madrid me dijo: “Rocío es que yo no lo soporto, no puedo, es que me cuesta mucho”. Ah vale, no es que se le está olvidando. Lo entiendo, lo entiendo. En París ha sido especialmente bonito porque él ahora está empezando a entender la obra; que no hay que mostrar, no hay que estar tocando todo el tiempo; que a veces el silencio, cuando le das el lugar, primero te incomoda.

Gufi –Pero Riqueni maneja los silencios maravillosamente…
Rocío -Pero claro, estás tocando para que alguien…

Gufi –…lo baile y la que baila, baila raro.
Rocío -Me dice: “Rocío ya te voy conociendo, ya estoy entendiendo la obra”. Se ha metido en mi mundo. Hay cosas que hasta que uno no las entiende emocionalmente, físicamente, no las puede hacer.

“Yeray Cortés y Eduardo Trasierra son diferentes en todo”

LECCIÓN SEGUNDA, Dos guitarristas, Eduardo Trasierra y Yeray Cortés

Gufi- En la segunda parte, que es la que he visto, están dos guitarristas Yeray Cortés y Eduardo Trasierra. Me impresionó una tormenta por bulerías. Me gustó la puesta en escena, las texturas. La escenografía.
Rocío. Ahí está más el artificio. La máscara es una parte de crisis, de inseguridad. Entonces aparece la “otredad”, la mirada del uno sobre el otro, el miedo a la mirada. El ego. El toque de ellos dos se complementa pero también se confrontan, se comparan. A parte que son el día y la noche, Eduardo y Yeray, no pueden ser más diferentes para todo, para sentarse, para tocar, para afinar, para ensayar.
Es la otra cara de la moneda. Son dos generaciones diferentes, son muy jóvenes pero son el día y la noche. Cada uno te hace moverte de otra manera. Con uno tienes que ensayar porque a Eduardo le gusta mucho repetir y con Yeray no puedes repetir nada porque tienes que improvisar y a lo que dios quiera. Y yo en el medio pasándomelo bien.

Gufi.- He encontrado la belleza buscando su significado en palabras como “riela”: que el diccionario define como: “Brilla con luz trémula”.
Rocío. -Yo tenía la imagen de un lago negro y lo que es el concepto espejo. El reflejo de la luna (que riela).

Gufi.-Y la tercera parte que ahora estrenas ¿es con Yeray Cortés?
Rocío.- Sí con Yeray. Se nos queda corta la segunda parte. Aquí hay otro mundo lleno de color. Empieza una fase mía en color y nos ponemos a jugar como niños. Él toca y cuanto más cerca esté más disfruto. Sólo tenemos que mirarnos y ya está.

Gomez Gufi entrevista a Rocío Molina

LECCIÓN TERCERA Parece sencillo. Nos queda buscar las entradas y ver las obras. Naves del Español. Matadero. Madrid.

‘Vuelta a Uno’ con Yeray Cortés (del 12 al 15 de diciembre) – Entradas
‘Inicio (Uno)’ con Rafael Riqueni (el 16 y 17 de diciembre)
‘Al fondo riela (Lo otro del Uno)’ con Yeray Cortés y Eduardo Trasierra (el 18 y 19 de diciembre).

Video de su rueda de prensa en Matadero (Madrid)

 
 
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